Noches junto al mago bajo la luz de luna.

Capitulo 1

POV Protagonista:

Desperté en una habitación de Hotel con una gran ventana hacia la ciudad de mañana,sabanas blancas me cubrían; realmente era muy cómodo, natural.

Al percatarme de lo sucedido, me senté en la cama y llevé mi mano a mi cabeza, pues un ligero dolor estaba presente. Vestía con una pijama ligera. Mi cabello se deslizo sobre el frente de mis hombros.

Me levante en dirección al ventanal, Beika City.

Cerca del frente del hotel se podía leer un anuncio en un departamento "Agencia de Detectives Mouri"

Una sonrisa de emoción se dibujo en mi rostro, estaba aquí, tan cerca de mi amado ladrón.

Al darme la vuelta hacia la habitación, me encontré con unas maletas y algunos artículos: una libreta con bolígrafo, dinero, un celular y un papel con una dirección.

Escribí en la libreta que todo iba con normalidad y la llegada fue exitosa.

Me vestí casual, tomé lo que se supone era mi equipaje. Salí del hotel sin pagar pues no vi a alguien en recepción. El lugar y las calles parecían estar vacías.

En un momento me encontré con la agencia de detectives ya mencionada. La miré por un rato, fue entonces que decidí cruzar la calle, acercarme. Subí las escaleras dudosa. Me encontraba frente a la puerta. No había ningún ruido pero olía a tabaco, así que ya suponía quien estaba ahí.

Hasta ahora, las sensaciones era realidad pero mi mente procesaba todo  como un sueño.
Fue entonces que toqué la puerta, escuché una voz ronca.

—¿Quién?

En aquel momento me llene de nervios y salí corriendo, creo que si hubiera esperado a que abriera la puerta me hubiera desmayado.

En realidad no corrí lejos, solo al fin de las escaleras; me escondí detrás de los casilleros de mensajería, que no era un gran escondite. Observé de reojo al hombre salir y voltear a los lados.

—¡Ya te vi! ¿Qué es lo que buscas?

Sentí que moría, era mi primera interacción directa con alguien. Salí de mi escondite.

—Bu-bueno...Yo...—estaba realmente nerviosa.

—¡Ya entiendo! Eres una de mis fans y quieres un autógrafo ¿No?

—...

Era algo de esperarse de él.
Bajo de las escaleras, acercándose a mí, tomó el bolígrafo y libreta de mis manos. Abrió la libreta, escribió algo, me la devolvió.

—Bueno ¡Mouri Kogoro tiene que irse!¡Nos vemos!

Subió por las escaleras y se encerró en la oficina.
Me quede paralizada, no tenía idea de que sentimiento mostrar. Gritar, llorar, reír a carcajadas o desmayarme. Sin duda, el proyecto había funcionado.

Pronto se hizo presente la voz de un niño pequeño detrás de mí.

—¿Necesitabas ayuda del tío Kogoro?

Me di la vuela incrédula y lo observe, acaba de llegar de la escuela. Con su típico uniforme y gafas. Tan real, tan cerca.