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Un coche viene a toda prisa y se coloca detrás del coche de los chicos.

- No la toquéis –grita. Connor.

- Uy Connor Brown, el actorcito me está diciendo que no toque a su nueva novia –ríen.

- Que le dejéis he dicho –grita de nuevo.

- Vaya, resulta que el hermano de Ryan es igual de agresivo que el –empiezan a reír. Estoy aterrorizada. Se acerca Connor al chico que me tiene agarrada y le pega un puñetazo –vale ya tío, era una broma –sigue golpeándole.

- Estas bromas te las ahorras, capullo –sigue golpeando pero yo le paro.

- ¡Para ya Connor! –grito y el no para –le vas a acabar matando, ¡para! –vuelvo a gritar y al fin para. Mis lágrimas siguen inundando mi cara. Los chicos se meten en el coche y se van disparados.

- Te llevo –asiento por miedo.

- Ni se te ocurra dirigirme la palabra –grito. El camino hacia casa se llena de silencio y yo me apoyo en la ventana.

- Sé que no me vas a creer pero no es nada de lo que te piensas. Iba a quedar con Paola para cortar con ella. Por favor créeme –susurra. Sigo sin hablarle –mira, mi hermano es un delincuente –mis ojos desvían su mirada hacia él –mi hermano vende droga, y a mí me crea muchos conflictos. Intento ayudarle pero nunca se deja, y eso acaba conmigo. Harper, por favor, contéstame - Justo a tiempo llegamos a casa y mis lágrimas siguen cayendo.

- Connor, solo te deseo lo mejor para ti, pero olvídate de mí, de nosotros. Nos limitaremos a ser compañeros de trabajo –digo con dolor en mis palabras –tenías novia y no me lo dijiste. Me besas y encima pretendes que te siga hablando.

- Seguro que no quieres seguir por ese enfermero de pacotilla –replica enfadado.

- No, él no es el culpable. El único culpable eres tú, tu solo en un momento has hecho que ese momento especial se destrozara–chillo.

- Lo siento, no quería... -dice triste.

- Ya está, adiós –me despido mientras bajo del coche.

- No te vayas por favor –miro por última vez a Connor y me dirijo hacia casa. Abro la puerta y corro hacia mi habitación. Mis lágrimas caen y caen. Y aquí estoy, sola. Sin mi madre conmigo, sin mi padre, sin Mia, sin Connor y sin Dylan. Olvidarse de que con Connor puede haber algo más va a ser lo mejor.

Para serme sincera, no estoy enamorada de Connor ni mucho menos. Pero me empezaba a gustar algo de él. Me despierto después de quedarme dormida en el sofá y me pego una ducha para quitarme el calor del día anterior. Me visto y mi móvil suena.

- Hola Harper, soy Dylan. Hoy tengo el turno de mañana y he venido a ver a tu madre, mañana le dan el alta –exclama.

- Hola, que gran noticia, hoy iba a verla, ¿estas por ahí? –sonrío.

- ¡Sí! Nos vemos -durante unos cinco minutos de llamada cuelgo y me visto rápidamente para ir al hospital. Cojo mi bicicleta mientras los rayos de sol impactan mi piel y una brisa hace que mi pelo se mueva llego y estaciono la bicicleta en un aparcamiento de bicicletas e introduzco 1 euro. Voy a la habitación de mi madre y veo que su rostro ha mejorado bastante.

- Cariño –dice contenta –mañana me dan el alta –sonríe.

- Que bien mamá, hoy dormiré contigo.

- No hace falta, disfruta que es sábado –me niego.

- Me traeré el ordenador y vemos una película, te dejo elegir solo porque es hoy eh –digo y ella ríe. Alguien pica a la puerta.

- ¡Hola chicas! –saluda Dylan y yo voy a abrazarle. Sinceramente no sé por qué he hecho eso. Simplemente me ha salido.

- Gracias Dylan por preocuparte –dice mamá y él se sonroja.

- De nada señora Jones –se rasca la nuca. Paso la tarde con mi madre y después me voy a casa a cambiarme. Me visto con unos tejanos y una camisa, escojo unos tacones no muy altos pero estilizan. Me maquillo ligeramente y mi puerta suena. Voy abajo ilusionada. Abro y veo a Connor.

- ¿Qué quieres? –digo seca.

- Había pensado en que igual te apetecería dar un paseo por la playa de esos que te gustan tantos –dice tímidamente.

- He quedado, gracias –cierro la puerta pero una mano lo impide.

- Joder Harper, hay algo en ti que me ha llamado la atención y no puedo parar de pensar, déjame conocerte –pide.

- Te recuerdo que solo somos compañeros de trabajo –la sombra de Dylan y aparece por detrás.

- Hola –sonríe amablemente y también saluda a Connor pero él le mira mal.

- Hola –digo.

- ¿Enserio? –dice Connor mientras nos mira a Dylan y a mí, su cara cambia totalmente y se va sin decir nada. Mi mirada se fija en él y en cómo se marcha enfadado.

- ¿Qué hacia el actor de Perdidos eternamente aquí? –se sorprende.

- Él es el actor con el que comparto la película, ¿vamos? –digo intentando cambiar de tema.

- Si –dice mientras me ofrece su mano. Y en este momento me ha recordado a cuando Connor me ofreció su mano para ir a la fiesta que no debería haber aceptado ir. Cojo la mano de Dylan y me abre la puerta de su coche, sonrío. Hablamos sobre anécdotas que tiene el con pacientes y reímos varias veces.

- Llegamos. Espero que te guste el sitio, por cierto estás muy guapa –sonríe y mis mejillas se sonrojan.

- Tú también estás guapo –sonrío mientras él me coge de la mano y entramos a un restaurante bastante bonito. Nos sentamos en la mesa que había reservado Dylan y pedimos los platos principales. Hablamos sobre la novia que tuvo y lo mal que lo pasó, le explico que yo he estado estudiando bachillerato pero al acabarlo me he puesto a trabajar para ayudar a mamá. Sobre la película y que destaco del rodaje. Pedimos los postres y jugamos un poco con mi helado de chocolate a mancharnos. Reímos bastante, y el de nuevo me invita.

- No hacía falta –digo.

- Me apetecía –dice sonriendo mientras nos levantamos y nos dirigimos al coche –he pasado una bonita velada.

- ¡Yo también! –sonrío.

- Deberíamos repetir –asiento.

- Hoy pasare la noche con mi madre, así que si no te importa dejarme en el hospital me harías un favor –pido amablemente.

- Ningún problema –dice mientras pone el coche en marcha. Hay un silencio cómodo durante el camino debido al cansancio –ya hemos llegado.

- Gracias Dylan –sonrío. Voy a darle dos besos modo despedida pero él se lanza. Y yo no puedo evitar apartarme. Me parece un beso dulce y tierno, nada comparado con el de Connor que era lleno de deseo. Me despido con la mano y voy hacia la habitación.

- ¿Con quién has ido? –pregunta curiosa.

- Con Dylan, a cenar –sonrío.

- Anda que bien, pues mira, la película que quiero ver es La Vida Es Bella –dice decidida. Asiento y pongo el ordenador encima de mis piernas mientras me acomodo a su lado-¿te gusta? –dice.

- No lo sé mama, no le conozco de mucho tiempo...

- Eso es que hay otra persona –dice mamá pero me apoyo en su hombro y me centro en la película. 

Sin saber por quéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora