육 (SIX)

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EENE ┆┆23O718

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EENE ┆┆23O718

La joven se encontraba caminando para ir a su casa después de la escuela. YoonGi se habia ofrecido a acompañarla a su hogar pero ella se había negado. Prefería caminar sola ya que encontraba a la actividad sumamente relajante.

Entre tanto caminar por las calles de Seúl para dirigirse a su cálido hogar, se detuvo a pensar en lo que le había pasado esta mañana. Había conocido a un dulce chico, llamado Taehyung que le pareció sumamente interesante, porque a él le encantaba One Piece tanto como a ella. Además de que el contaba con un humor único y la hacía reír con cada anécdota rara que provenía del chico extravagante que se sentaba junto a él en la clase de proceso de imágenes digitales.

Tambien recordó lo que le había dicho YoonGi esta mañana en la universidad sobre asistir a una fiesta con él para conocer a sus amigos. Y recién era consciente de lo que había dicho.

Ni de chiste pensaba ir allí. No sabía porque había aceptado ir, sabiendo su inexperiencia con respecto a las fiestas porque pese a sus diecinueve años, nunca había asistido a una. Tampoco sabía cómo vestirse y mucho menos como comportarse en un evento social como ese. Estaba jodida.

Observó el cielo tratando de despejarse notando que este encontraba despejado, por lo tanto el sol estaba radiante sobre su cabeza, alumbrando todo el barrio con su extensa luz natural. Y a pesar del magnífico sol que había en el cielo despejado, el frío era incesante.

El frío se colaba entre sus remeras y buzo, haciendo que el pequeño cuerpo de JiMin temblara un poco ante la sensación fría. Sus manos, al igual que su cuerpo, estaban temblando también, así que las puso en el bolsillo de la campera blanca que traía puesta.

Desde pequeña había sido muy friolenta, obligándose a ponerse prendas que le otorgarán calor para no pasar tanto frío. Pero para su suerte, ya se encontraba cerca de su hogar así que fue, casi corriendo hacia la puerta para finalmente entrar allí.

Al entrar fue recibida por su amorosa madre, que la esperaba con una sopa de caldo de pollo caliente para su dulce niña.

-Y dime Minnie, ¿Cómo fue tu día hoy? -dijo la señora Park mientras tomaba asiento en la mesa con su hija.

-B-bien. Sólo me invitaron a una fiesta, y-y no sé si ir.

La señora sonrió alegremente al escuchar que por fin tomaban a su hija en cuenta para que asista a fiestas como a todos los chicos de su edad.

-¡Que bien hija! Estoy alegre por ti -espeto alegremente pero luego cambio su expresión a una preocupada -. ¿Pero por qué no sabes si vas a asistir? Es una gran oportunidad para hacer amigos, cielo. Deberías aprovechar.

Tomo un gran sorbo de su sopa de caldo de pollo y pensó. Tenía razón su madre con que era una gran oportunidad para conocer gente nueva y abrirse al mundo siendo lo que es. Pero el pasado seguía estando allí, haciéndole acordar que a veces, solo a veces, la gente podía dañarte muy, pero muy duro.

-E-es que... Tengo miedo q-que pase lo mismo que antes, mamá. N-no quiero ser objeto de burla de nadie. Nunca más.

Sus ojos le picaban poco a poco. No quería ser débil.

-Bebé, no seas tan dura, ¿Sí? -acaricio tiernamente la mejilla de su hija-. Dales una oportunidad de ver cómo son. Y si se sobrepasan contigo, no importa la hora que sea, voy a buscarte y darles una lección a esos mocosos que no saben valorarte.

Las dos soltaron una carcajada imaginándose la cómica situación. Estaba tan agradecida por tener una madre que la entendiera tanto y que la apoyará a pesar de todo. No sabía que había hecho en su anterior vida, pero seguramente era algo bueno para merecer una madre tan amorosa.

Cuando terminó su sopa, colocó el plato en el lavamanos, para luego ir a su habitación para dormir una merecida siesta pero no sin antes toparse con la intensa mirada sobre ella.

-Prometeme Minnie que al menos pensarás bien en asistir o no a la fiesta.

-S-si mamá. Lo hare -respondio bajando la mirada para después subir las escaleras.

Una vez que ya se encontraba en su habitación cerró la puerta fuertemente y apoyo su espalda contra esta. Su mente daba mil vueltas y sus pensamientos se disparaban hacia todos lados dejándola sin aliento.

¿Qué debía hacer ante esta circunstancia?

Se acostó abruptamente en su cómoda cama, buscando algo que calme todos sus pensamientos y dejándose caer en los brazos de Morfeo.

設¡!

la verdad que estoy algo así como en shock porque se ve que les está gustando está historia.
sinceramente les doy las gracias por leer esto, no tengo palabras para expresar lo agradecido que estoy.

ES ELLA, NO ÉL ♯ 𝙔𝙊𝙊𝙉𝙈𝙄𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora