XXII

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El silencio se propagó como virus por todo el lugar y parecía que el hilo delgado se rompía lentamente con la vibración que provocaba el viento chocando sobre las plantas

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El silencio se propagó como virus por todo el lugar y parecía que el hilo delgado se rompía lentamente con la vibración que provocaba el viento chocando sobre las plantas.

¿Cómo se debe reaccionar ante éstas situaciones?

Quería volver en el tiempo y guardarse sus preferencias para él.

Lois sonrió, y la sorpresa de Jon y Clark se hizo presente.

—Ya lo sabía —mencionó su madre con una sonrisa comprensiva.

Clark abrió tanto sus ojos que paresiece que en cualquier momento se saldrían de sus órbitas, y la misma historia se repetía con su boca.

—¿Que qué?

—Amor, era muy obvio—mencionó Lois con una tranquilidad anormal para la ocasión.

Jonathan quería desaparecer y volver en cuanto las cosas se calmasen.

Clark pareció pensarlo un buen rato. Amaba a su hijo, ese era un hecho que nadie podía negar, pero le extrañaba de sobremanera que tuviese aquellos gustos.

No soportaba el aire tenso que los tres habían formado, así que mandó todo por el borde.

—¡Es una broma! —dijo con una sonrisa fingida.

El silencio le dolía, al igual que la posibilidad de matar el cariño de sus padres.

Lois lo sabía. Suspiró.

—Hijo quiero que sepas que tú padre y yo te apoyaremos en absolutamente todo —consoló su madre.

Clark seguía inconcluso, pero no había razón. Su corazón se dió por terminar la conversación.

—Eres nuestro hijo —dijo con toda la sinceridad que merecía —, sólo no te pongas aretes.

Las risas salieron, y el ambiente mejoró.

—Gracias, papás.

Se dieron un abrazo profundo y lleno de amor el cual tardarían en romper, hasta que el estómago de Jonathan rugió.

—Vamos a comer.

La estúpida idea que se hizo cuando no estaba seguro era absurda, sus padres lo amaban, y eso nunca cambiaría, después de todo eran sus padres.

El escenario planteado era símbolo de lo ameno que era el ambiente, pero las rosas siempre marchitan, y la escena más apropiada para describirlo es el final.

Tt, ¿Porqué siempre eres impuntual? —cuestionó el moreno.

—Lo siento, se me hizo tarde —justificó el menor.

Jonathan venía corriendo y al detenerse bruscamente, terminó muy cerca de Damian, se podía apreciar la diferencia de altura que ambos tenían, era mínima e insignificante, pero le gustaba el repartimiento a Jonathan.

—Ve pensando en que comer después de esto —dijo Damian mientras cruzaba de entre unas cortinas para comenzar con las entrevistas.

La cantidad de gente lo mareaba así que cada cinco segundo tomaba un sorbo de su botella de agua.

Las preguntas no eran personales, eran de hecho hacerca de otro de los avances tecnológicos de su padre. Le molestaba tener que representarlo cuando él caballero de la noche pasaba despreocupado teniendo sexo con las primeras que se le cruzasen, o al menos la mayoría de veces.

Las preguntas acerca de la corporación Wayne fluían y no era molestia para Damian contestarlas, la prensa le comenzaba a molestar e incluso aburrir, hasta que una pregunta le dió como balazo en el abdomen.

—Disculpe si la pregunta es personal, pero se rumorea que usted tiene preferencias sexuales hacia personas de su mismo sexo —la pregunta no pudo desconcertarlo más —. ¿Son estos rumores ciertos?

Jonathan escuchó, y no podía opinar. El poder que tenía la prensa podría arruinar la vida de Damian, y era lo que menos quería él, aunque todo estaba en manos del mayor.

Damian no era ningún tonto, y sabía cómo funcionaba todo el mundo de las mentiras. Sólo era cuestión de volver a las verdades a medias.

—La pregunta no tiene nada que ver con lo que estamos hablando.

Las palabras callaron la boca de aquella curiosa periodista, pero contestar o no, traía especulaciones del tema, y ahora más que nunca.

Aún así, gracias a la respuesta de Damian, los entrevistadores que estaban por preguntar por curiosidad decidieron no hacerlo ya que ya sabían la respuesta que obtendrían.

Aclarado esto, las preguntas volvieron a su rumbo principal y continuaron cuestionando acerca del interesante avance.

Y así fue hasta que la sección dió por finalizada y tuvieron que abandonar el salón.

—Increíble —susurró para sí mismo—, ¿Decidiste que comer? —cuestionó Damian.

—Estaba pensando en pizza o hamburguesas, o tal vez unos hotdogs...

—Comida basura —mencionó entre susurros mientras observaba discretamente a los fotógrafos curiosos—, me agrada la idea.

Ambos partieron del lugar, y junto a ellos unos cuantos periodistas y camarógrafos, cosa molesta para Damian e incómoda para Jonathan.

La escoria auditiva comenzó.

—¿Es usted homosexual?

—¿Qué opina del matrimonio igualitario?

—¿Está saliendo o tiene una relación íntima con alguien?

Las luces del flash lo comenzaban a aturdir.

—¿Su padre está enterado?

—¡Wayne! ¿Es cierto aquel rumor de su orientación sexual?

No estaba dispuesto a contestar ninguna de aquellas preguntas, y estaba seguro de que si aquella tipa de la seción no hubiese cuestionado aquello, esto no estuviese ocurriendo.

—¡No! ¡Joder!

Su estrés estaba a tope.

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