«Erecciones»

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Su mano subía y bajaba a  la máxima velocidad que su cuerpo le podía proporcionar.

Escuchó la puerta principal abrirse. Renjun gritaba feliz que había llegado a casa.

Se detuvo. Saltó de la cama y comenzó a cubrir todo a la misma velocidad a la que anteriormente se había estado masturbando.

Una vez cubrió todo, se percató de algo: su parte baja estaba desnuda.

Corrió como el último día hacia su ropero, buscando un pantalón, ni siquiera calzoncillos.

Del otro lado de la casa, Renjun permanecía en silencio, extrañado de que nadie le haya respondido ni nada. Decidió llamar una vez más.

—¿Jeno? ¿Jaemin? ¿Alguien? ¿Chenle, estás ahí?— Nada... —¡Chicos! ¿No hay nadie?

Dejó algunas de sus compras sobre la mesita del living y fue hasta la habitación que compartía con Jeno.

Abrió la puerta, y frunció el ceño ante lo que vio.

—¿Por qué no me respondías?— Reclamó el chino, viendo como su compañero terminaba de colocarse unos pantalones.

—Estaba dormido, perdón— Dijo sin mirar, esperando que no sintiera ningún olor raro y que no notara nada fuera de lugar. —Si te preguntas, Mark y Jaemin perdieron una apuesta contra Chenle, Haechan y Jisung, entonces fueron a comer.— Renjun asintió desinteresado.

—¿Y tú porque no fuiste?— Interrogó.

—Ya te dije, estaba dormido. ¿Y tú por qué estás tan preguntón?

—Porque algo me dice que estás mintiendo.— Analizó la habitación. No había nada realmente fuera de lugar. Su lado estaba perfectamente ordenado mientras que el de Jeno era un desastre total, pero había un olor particularmente familiar.

—Estás alucinando, Huang.

Sip, definitivamente había algo fuera de lugar.

Comenzando con que Jeno nunca era tan desinteresado con él, siguiendo con que a Jeno le encanta salir y los miembros nunca hacen apuestas en las que los hyungs siempre pierden sin él, nunca lo nombraba por su apellido y volviendo a que nunca está desinteresado en él.

Ignoró lo que el menor le había dicho y se dirigió hacia su cama, se tiró de boca a la misma y ahí se quedó. Más tarde descubriría que le pasaba a su dongsaeng.

Pero unas manos rodeando su cintura lo hicieron moverse y estremecerse un poco.

—Jeno-ah, ¿que hac- ¡Ah!— Soltó un pequeño gemido, el cual calló enseguida colocándose sus manos en su boca, pero aún así los que salieron mas tarde se podían escuchar. Pero ¿como no gemir si tienes el pene de Lee Jaeno frotándose contra tu trasero?. —J-J-Jeno-ah... Basta...Mngh...— Suspiró. Permitió por segundos que el menor siguiera, era excitante y le gustaba, pero estaba mal. Por lo cual apretó el brazo izquierdo del menor y se dio media vuelta, este solo lo miró. —No...

El coreano comprendió. Se separó de su hyung y posteriormente de la cama, parándose. Caminó hasta la puerta, y antes de atravesar el umbral, miró al chino: se encontraba sentado y ruborizado, lo estaba observando, y parecía avergonzado. Su cabello estaba un tanto desordenado debido a que se había estado frotando contra la almohada, y su pecho subía y bajaba. Guardó esa imagen en su mente, cerró los ojos y suspiró. 

—Perdón.— Musitó.

Sin esperar respuesta, salió de la habitación con el baño como destino. Tenía que terminar con su "problema".

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( Empezamos suave ah
No lo dejen flopear
plox, me re emocioné
cuando se me ocurrió
 ;; )