Archivo #43: El asalto, lado A.

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[19/06/28, 00:42 D - Haima, Omán]

Los chicos se retiraron, ellos se agrupaban en un sector diferente. Por otro lado, yo me encargaba de cargar unos cuantos equipos al avión y de preparar todo para la operación.
- Ziro.
- ¿Cammie? ¿No deberías estar en tu sector?
- Si, pero preferí traer a mi batallón por mí misma.
- Oh, gracias.
- No te preocupes. Ah, y trata de no maltratarlos mucho.
- Nunca lo haría.

El batallón Mavi era el batallón el cuál mandaría en esta operación. Era uno de los mejores batallones que tenían en la base turca, y además, los únicos que son especialistas en paracaidismo en este lugar.
- Bien señores, ustedes me deben conocer muy bien. Mi nombre es Ziro Zakazat y soy el general de la base número 77. ¡¿Me están escuchando?!

- ¡Señor, si, señor!
- Bien, así me gusta. ¿Saben cuál es su misión el día de hoy?
- ¡Atrapar al terrorista de nombre Ásvaldr, señor!
- ¡Ese es su objetivo! ¡Yo pregunté misión!
- ... - Ese silencio era molesto.
- Su misión es saltar desde estos aviones a una altura de 8000 metros, atravesar las defensas de la base enemiga, romper la estructura de defensa y evitar el escape de los enemigos. ¡Se entendio par de avestruces!
- ¡Señor, si, señor!
- ¡Entonces suban a los aviones! ¡Ahora!
- ¡Si señor!

Los 1500 soldados se iban subiendo a los ocho aviones que teníamos preparados para este ataque. Un número aproximado de 190 soldados por avión. Los motores se encendían, los aviones iban despegando uno por uno, uno atrás de otro, y se iban colocando atrás del otro.

La formación consistía en mi avión, el avión líder, en la primera fila y acompañado de otros tres aviones más. Atrás, una segunda fila con los cuatro aviones restantes. En forma de V, o flecha, íbamos subiendo cada vez más.

Llegamos a los 8000 y un poco más de metros necesarios para la actividad que íbamos a realizar.
- Bien señores, pónganse sus cascos, sus armaduras, carguen su oxígeno, y maquíllense bien, que capaz el cielo sea lo último que vean.
- Señor, perdón que lo moleste, pero...
- Pero...
- Encontramos que la base encendió sus sistemas de defensa.
- Carajo. ¿Estructura?
- ¿Estructura?
- ¡Estructura! ¡Cañones, escudos, sistemas de inhibición de frecuencia! ¡¿Que tienen?!
- No estamos del todo seguro señor. Solo vimos ocho sistemas de escudos y cañones antiaéreos a su alrededor.
- Ahh... Bien, me encargaré de eso.
- ¿Como dice?
- Me encargaré de eso, soldado. Cuando yo de la orden, ustedes saltarán, antes no. ¿Se entendió?
- Si, señor.
- Perfecto. ¡Abran la compuerta!

Me coloque el casco de la armadura y salté. Una vez más, saltaba a ese vacío oscuro, a ese cielo negro. Una vez más, me transformaba en ese espíritu de la noche, en ese emisario de la destrucción que tanto mal le ha hecho al mundo, pero del cual el mundo igual depende.

El frío viento nocturno volvía a chocar contra mi casco, volvía a ser atravesado por esa sombra fantasmal, que únicamente era iluminado, por las balas que zumbaban a su alrededor.
- Son como mosquitos, solo que van a 1700 kilómetros por hora. Bueno, entonces... ¡Black Storm!

Miles de fragmentos de energía se crearon a mi alrededor, y como si fueran flechas, se dirigieron al más cercano de los sistemas. La capacidad de atravesar todo es una de las mejores cualidades de mi poder.
- Ah, bien. Allá fue el primero, todavía tengo unos cuantos más.

Y mientras seguía volando, y me seguian disparando, fui destruyendo uno por uno los escudos restantes, y mientras tanto, los cañones antiaéreos que me disparanban. Con las defensas aéreas ahora inexistentes, podíamos comenzar.
- Batallón Mavi, tienen permiso para saltar.
- Entendido señor.

U.N.A.F.: Seventy SevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora