CAPÍTULO 27. (parte 2)

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Son las 10, al final he elegido una camiseta negra ajustada y unos pantalones de chandal sueltos algo desgastados para pelear.
He visto salir a Sara al baño a maquillarse y va tan sencilla pero a la vez perfecta, lleva unos vaqueros negros con un top amarillo de tirantes.
- Rodrigo, vas a pelear no a la boda de tu tía.- dice Adrián apoyándose en la pared de mi habitación.
Recojo la camisa negra junto un polo que también había sacado. Adrián me sonríe pícaro, pero se que hay algo más detrás de eso. Yo se que Sara le tiene igual de loco que a mi pero tiene miedo a enfrentarse a Maykel, yo si fuera él también lo tendría.
- Vístete como vas siempre, seguro que le impresionas más. No te quiere ver de etiqueta y menos en esos sitios; ella va súper sencilla y es la mejor manera sin duda.
- Pero ella sencilla va perfecta y yo no.- digo mientras me paso por la cabeza una camiseta blanca.
- Eres Rodrigo, ese al que las tías hay que quitárselas de encima, ese que hasta recién levantado podría ser modelo y me estás diciendo que sencillo no vais igual que ella.- suspira mientras se pone rígido.- Pegáis mucho, sois iguales en casi todo.
- A veces no hace falta eso, sino quererse.
- Da igual, le he visto como reacciona a tu nombre y enserio si finge lo hace muy bien.
- Adrián... ya está, si ella quiere estar con él no se lo voy a impedir.
- Pero Rodrigo...
- Adiós, si sales de noche cierra con llave.
Salgo por la puerta con la mochila al hombro, bajo las escaleras a toda prisa para no encontrarme de bruces con nadie pero choco con Sara.
Esta sonríe como si hubiera encontrado un ángel, yo le devuelvo la sonrisa y camino hacía el mueble de la entrada para rebuscar entre todas las llaves que ahí tiradas encima del mismo.
- Rodrigo, ¿vas a salir?
- Si, ¿necesitas algo? Adrián está arriba no te preocupes.
- No, era que pensé que no tenías nada que hacer.
- Bueno un pequeño malentendido.- pequeño digo, pero si ella escuchó que hoy había pelea y justamente va a ir con Maykel.
Se acerca y me abraza, le rodeo con un brazo mientras con el otro rebusco hasta encontrar las llaves de mi Range Rover.
- Espero que no te pase nada.- me dice, con una sonrisa apenada añade.- Hasta luego.
- Hasta mañana.
Lanzo mis llaves al aire y las recojo al vuelo mientras salgo por la puerta principal, ella está allí, despidiéndome como si me fuera a la guerra. 
Una vez en el coche me despido con la mano antes de maniobrar y salir del recinto.

Una llamada me sorprende mientras estoy entrando al polígono, es Hugo.
- Dime que vas a venir. Marcos no ha llegado todavía, bueno casi ninguno de su banda.
- Es temprano Hugo, a mi me queda recorrer todo el polígono y me llevará 15 minutos.
- Diego se ha dado de baja, no ha aparecido por ningún lado. No hay casi nadie de su banda y los que hay son de poca monta así que.
- ¿El dinero?
- Nuestro, mucha gente había apostado por Eric. Han perdido una gran suma de dinero de haber ganado, si hoy ganas te daremos tu parte.
- Tema coches.
- Los de la redada, tu padre consiguió sacar un Ferrari ya que estaba limpio. Hay un Mercedes de los caros en trámite, alguien llevaba el dinero de un reparto ahí metido y es difícil de buscar excusa para eso hasta para los niños de papá. Tenemos uno hablado, un deportivo precioso. La verdad nos da pena gastarlo para correr pero sería toda una joya digna de pasear.
- No hay nadie dentro ¿no?
- Si no han pillado a nadie hoy, no. Los de la venta no se han reportado todavía.
- Bueno, mi padre está ocupado así que hoy hay que tener cuidado. ¿Carla? Sara no va a verla desde hace tiempo.
- Sus padres se marchan mañana cuando le da el alta, pero no se que hará.
- Me alegro, creo que hay que apoyarla.
- Sara me llamo paranoico, así que con eso te lo digo todo.
Me río imaginando a Sara cerrándole la puerta de la habitación en las narices, Hugo a veces puede ser un poco pesado pero creo que estará bien en sus manos.
- Acaba de llegar Bruno. Pero Marcos no va con él, es muy extraño.
- Maykel.
- ¿Maykel?
- Vuelve a las andas, pero sobretodo creo que está en un cargo alto.
- No creo que venga.
- Si, con Sara.
- No empieces a inventar, tienes una imaginación un poco grande.
- Quedaron a las 10:30 en mi casa y Marcos no llega con Bruno.
- Ostias, te dejo que tengo que mirar como van las apuestas y el alcohol.
Cuelga sin ni siquiera despedirse, me siento culpable por dejarle todo el trabajo a él pero necesitaba descansar si quiero salir ileso contra Marcos. Hace mucho que no peleo, había olvidado esta adrenalina que me recorre el cuerpo antes de pelear, todas las tensiones que liberas y a los de la banda gritando tu nombre locamente.
- ¡RODRIGO! ¡RODRIGO! ¡RODRIGO!- corean unos de la banda mientras salgo del coche con la bolsa.
Hugo viene a mi encuentro con un vaso en la mano, se escucha la música mientras la gente entra y sale de la nave alquilada; la mayoría de la banda de los pijos. 
- Cámbiate allí, hay unos vestuarios.- me señala un pequeño garaje.- Están abiertos.
Entro en ese garaje, es súper amplio. Saludo a las 4 personas que hay y dispongo a cambiarme, cuando ya estoy a medias se oyen gritos y mas gritos. Algo alarmante salta en mi, ¿Sara? ¿habrá pasado algo y ella estaba en medio?, me pongo la camiseta a prisa mientras salgo con todo en la mano pero solo me encuentro de morros con algo que no quería presenciar. Maykel y Sara besándose, Marcos caminando hacia el interior del garaje sonriendo satisfecho.
- Tranquilo, se han disuelto. Hugo sabe como engañar a los polis.- me dice risueño.
Hoy no acabas bien Marcos, sabe que todo lo relacionado con Sara me toca la fibra pero no te voy a dejar buen sabor de boca por utilizar eso.
Salgo del garaje pasando por su lado, ninguno de los 2 me mira sin embargo veo a Sara temblar.
- Tú.- ella me mira sorprendida.- Coge una sudadera que hay en los asientos de atrás.- le digo lanzándole las llaves.
Una ves que las coge se aleja de Maykel y viene hacía a mi.
- ¿Que haces aquí? No saliste así de casa.
Le señalo la mochila y ella asiente mientras le acompaño al coche.
- Pelear, soy yo quien se parte la cara hoy.
- ¿Marcos?
- Si.
- No...
- No lo sabías.- le digo interrumpiéndolo.- Yo tampoco hasta hoy por la mañana, Hugo me ha pedido el favor.
- Y no te conviene enfadarlo, ya lo se.
Ella estira el brazo para alcanzar la sudadera, se la pasa por la cabeza y rápidamente le cae hasta los muslos. 
- Adrián me dijo...
- Adrián me dice... Adrián me dice...- le digo haciéndole burla.
Me pega un puño suave antes de continuar.
- Me dijo que esa sudadera nunca se la dejaste a nadie.
- ¿Cuál?- digo haciéndome el loco.
- La del instituto.
- Solo me apeteció pequeña.- Le paso una mano por el hombro.- Véte a disfrutar.
- No quiero que te pase nada, me sentirá fatal.
- Te prometo que voy a llegar a casa sano y salvo.
- Gracias.
Me abraza y se pone de puntilla para darme un beso en la mejilla.
- Ahora ve, te estarán esperando.
- Ven conmigo, no te voy a dejar aquí sola.

Tenías que ser tu...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora