CAPÍTULO 85.

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- Sara, Sara.
Siento como algo me zarandea suavemente en la cama.
- Sara, ¿estás despierta?
- ¿Qué horas es? ¿Rodrigo? ¿Dónde estoy?
- Son las 12 de la mañana. Rodrigo está en casa, Adrián dice que sigue durmiendo. En mi casa Sara, podías abrir un ojo y ver quién soy.
- No me hace falta, se que eres Maykel. Pero no sabía si estábamos en mi casa o en la tuya. Rodrigo, ¿está en casa? ¿la mano? ¿le duele mucho?
- No lo sé, pero sé que cuando llegues no le vas a preguntar así que habla con Adrián.
- No, le va a decir que pregunte eso y no quiero que sepa que pregunte por él.
- Habla con Carla, sabrá algo. Tiene 2 llamadas perdidas de Pablo.
- Vale vale. ¿Me llevas a casa?
- Si, te espero a bajo. La ducha es tuya, las toallas del baño son limpias y no tengo ningún vaquero tuyo así que por favor no devuelvas mi armario.
- Tranquilo, llamo a Pablo y me cambió. Me voy a duchar en casa, que no te parezca mal pero si no no salgo de la ducha.
- Tranquila, te preparo un café abajo.
Sale de la habitación y arrima la puerta sin cerrarla del todo, cojo el móvil de la mesita y marco el número de Pablo.
- ¿Sara? ¿Estabas ocupada? Lo siento mucho, igual estabas haciendo algo en casa.
- No no, estaba durmiendo. Al final dormí en casa de Maykel, no estaba muy segura durmiendo en mi casa.
- Tranquila, no estoy celoso.
Ambos nos reímos a la vez.
- Cada vez que daba un paso hacía el coche pensaba en la noche anterior, pensaba en que volver a entrar sola por la puerta de casa. Pensaba en que iba a abrir la puerta, Adrián iba a decir mi nombre sorprendida otra vez, iba a ver el pasillo de arriba con un sujetador que no era mío y por último, iba a abrir la puerta de la habitación de Rodrigo y ver a los dos juntos. No he podido volver a vivir eso, era más o menos la misma hora que...
- Te entiendo, en ese momento estabas volviendo a casa preocupada por ellos. Te entiendo Sara y tienes un amigo aquí para todo, me puedes llamar a todas horas y lo que necesites.
- ¿Qué tal tu amigo? El de la nariz.
- Le han puesto dos puntos en la nariz pero no tiene más daños, no los va a denunciar porque dice que les ha pagado pero que no le han perdonado la tardanza en pagar.
- Pobre...
- Bueno pero no podemos hacer más, he hablando con mi amigos y me han dicho que iban un poco perjudicados por el alcohol que habían tomado en la fiesta.
- Tranquilo, los tuyos tienen alguno excusa creíble.
- Deja de pensar en eso, no mereces torturarte por alguien que no se tortura por ti. Ahora descansa y vuelve a casa tranquilamente.
- Muchas gracias por todo Pablo.
- Tranquila, si quieres como se calme todo podemos quedar. Tomate tu tiempo.
- Te llamaré cuando llegue a casa y las cosas se tranquilicen porque cuando llegue se va a montar gorda en casa.
- Acuérdate de respirar y tranquilizarte. Chao
- Chao.
Cuelgo el teléfono y me cambio, ya se huele el café desde la planta de arriba. Hago la cama tranquilamente mientras el olor de café inunda la habitación, abro la ventana para ventilar la habitación y cojo los tacones con las manos para no hacer ruido mientras bajo por las escaleras.
- Tienes tu taza de café en la encimera, no se si esta caliente. Voy a subir a ducharme en un segundo.
Me siento en el sofá y enciendo la televisión, reviso los mensajes del móvil y por suerte o desgracia no tengo ningún mensaje de Rodrigo o de Adrian.
Busco el número de Adrián y llamo a ese número sin pensarlo 2 veces.
- ¿Sara? ¿Estas bien?
- Si, si. Quería preguntar por Rodrigo.
- Esta estable, sigue durmiendo como una marmota. La mano, tiene un par de puntos hechos por un cirujano plástico. Le duele cuando apoya sobre él su peso en la muleta para caminar, ayer casi no es capaz de subir las escaleras sin Hugo. De noche le tuve que dar un calmante porque le dolía mucho todo el cuerpo, después de 2 horas de tomárselo se ha dormido y hasta ahora. Le he dejado otro calmante en la mesa para que se lo tome nada más despertar. ¿Cuando vas a volver a casa?
- Maykel se está duchando y yo  tomando un café, cuando acabemos me llevará a casa.
- Vale, igual salgo un rato para ir al gimnasio con unos amigos.
- Te aviso cuando esté llegando, no es bueno dejarlo solo.
- Ten mucho cuidado con él, si ves que corres peligro enciérrate en una habitación.
- Nunca me ha puesto la mano encima, lo he visto fuera de si y nunca me ha hecho nada. En ese aspecto estoy muy tranquila.
- Yo no, tengo mucho miedo a que te ponga la manos encima. Cualquier cosa que te pase llama, ten mucho cuidado con él. Ayer pasamos miedo y éramos sus amigos.
- Tranquilo, cualquier cosa llamo.

Tenías que ser tu...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora