Capitulo 36

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Oliver

Después de la increíble noticia de que mi hermana está embarazada nos quedamos hablando un rato más, tomando café y disfrutando el momento en la nueva familia que estamos formando, ya que esto une oficialmente nuestras familias. Aunque siempre estuvieron unidas pero ahora es diferente.

Mentiría si digiera que no quiero que eso me pase con Tess, aunque hijos todavía no, si es que llega a pasar de que en algún momento me case con ella preferiría disfrutarla; llevarla de viaje a varios lugares como a ella tanto quiere. A pesar de tener un padre que tiene la plata suficiente como para pagarle un viaje por todo el mundo, ella dice que no hizo nada como para merecer algo de esa magnitud, siempre fue tan humilde respecto a la plata y regalos y eso es lo que más me gusta de ella. Tess no se te acerca por interés, si te habla es porque realmente le caíste bien, no es por cuánta plata tenés o cuanta popularidad tenés.

Tan diferente a todas las chicas que me rodean, ellas solo quieren salir con vos porque sos "popular" o por que tus padres tienen plata, digamos que quieren salir con vos por interés y para que ellas sean más "reconocidas" por así decirlo. Me la pasaría horas hablando de Tess y estoy seguro de que me quedaría corto. Cuando salgo de mi pequeño transe mental me doy cuenta de que todo este tiempo estuve mirando a Tess con cara de idiota enamorado.

¿Cómo lo es? Porque ella está sentada justo en frente mío y me está sonriendo con una de esas sonrisas de ella que hacen que el corazón te lata como un desquiciado.

Siempre me gusto Tess. Es más puedo asegurar de que siempre estuve enamorado de ella, pero admitirlo aunque sea al reflejo mío es el espejo me harían actuar como todo un idiota enamorado, por eso siempre me refugie e acostarme con otras chicas y ya para saber si solo era un tonto sentimiento del momento, pero no... Ese sentimiento nunca se fue, es más, se hacía cada vez más fuerte. Aunque siempre fui un grandísimo idiota, pero con la diferencia que la lastimaba a ella y me lastimaba a mí mismo viendo como sufría por alguien tan idiota como yo.

Cuando estábamos en los primero años de secundaria me entere de que a Tess le gustaba un chico de mi salón, yo como todo idiota sobre protector fui y le dije al pobre chico que si pensaba con solo hablarle le iba a romper todos y cada uno de sus huesos sin excepción. El pobre la rechazo y la vi tratando de parecer como que no le importaba durante una semana entera, mientras le sonreía a todos cuando estaba sola se ponía triste y ahí es cuando me daban ganas de golpearme a mí mismo por idiota. No podía estar con ella pero la idea de verla con otro me retuerce el estómago y me dan ganas de golpear a cualquiera.

-Oliver- escucho que die mi mama -. ¿Estás bien?- pregunta con el ceño fruncido.

-Si ¿Por qué?- le respondo ahora yo con el ceño fruncido, mi mama está sentada al lado mío.

-Porque parece que algo te enojo y tenés las manos apretadas y los nudillos rojos por la fuerza que estás haciendo- dice ella tocándome la mano derecha, recién ahora me doy cuenta de que es verdad. Tenía la mano apretada y mis nudillos están rojos, aun si haber golpeado algo.

-Si solo...- miro a Tess y ella me está mirando expectante esperando mi respuesta -... Un mal recuerdo- digo mirándola a los ojos, no sé qué piensa ella pero sus mejillas empiezan a ponerse de ese rojizo que tanto me gusta.

Miro la hora en mi teléfono y veo que ya es muy tarde y que mañana tengo que levantarme temprano para arreglar algunas cosas de los restaurantes de mi padre. Me encanta visitar por sorpresa a todos pero es muy fastidioso tener que vigilarlo y ver si todos están yendo bien en cada uno- no sé si lo dije pero mi padre tiene siete en Argentina y bueno por otros lados tienen más.

-Bueno señoras y señores- digo levantándome de mi lugar y mirando a todos -. Me encantaría quedarme un rato más pero tengo que retirarme, mañana tengo un largo día.

Por Una ApuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora