PRÓLOGO

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Disimula – dije nerviosa mientras caminábamos hacia la casa, sonrió, sabia a que me refería habíamos pasado toda nuestra relación (o los pocos meses que llevábamos juntas) fingiendo que lo nuestro era solo amistad.

No te preocupes, sé que hacer... – me dio un beso, toco la puerta una vez más sin notar que ya se estaba abriendo; al entrar de inmediato saludo a mi madre, en verdad sabía lo que hacía, supuse que después de tanto tiempo ya se había acostumbrado a fingir lo nuestro ante los ojos de nuestras familias.

Pasamos parte de la tarde y gran parte de la noche riendo y conversando, cuando llego la hora de irnos, nos despedimos de todos con un leve beso en la mejilla o un apretón de manos, nadie podía imaginarse el secreto que ocultábamos y eso hacia lo nuestro un poco más interesante

El secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora