CAPITULO 35 EL MOMENTO INDICADO

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- Como te sientes amor? – Le pregunté mientras me sentaba en la cama para quitarme los zapatos.

- Bien – se metío al baño.

- Ok... -

"Tal vez ella ya no siente lo mismo, tal vez no debiste decirlo así, tal vez..."

- Dijiste que... me... amas? – abrió la puerta algo brusco y se quedó parada bajo el umbral de la puerta del baño.

- Si, yo... Te amo – repetí con la mirada baja y jugueteando con mis dedos.

- Estas... Segura? No es una broma verdad? – se acercó despacio a la cama y se incoó frente a mi – de verdad me amas?

- Si, de verdad, se que llevamos poco tiempo pero tu forma de ser, de tratarme, las cosas que haces por mi, el como me cuidas y me haces reír... Haz sabido como enamorarme, como... hacer que te ame no sólo como amiga, ni como persona por que ya te amaba desde antes, si no como pareja. Eres simplemente increíble y creo que... eres perfecta para mi –

- No soy perfecta, pero quiero intentar serlo para ti –

- Lo eres para mi, en todos los sentidos, eres una gran persona, me ayudaste a levantarme y salir del hoyo, a creer que me merecía algo más que bueno... ella... -

- Yo no hice nada... tu te diste cuenta sola -

- Y aún que me haya llevado tiempo, logre descubrir que de verdad quiero estar contigo lo que el destino me permita, verte dormir a mi lado, desayunar contigo, verte jugar fútbol con nuestros amigos, nadar juntas, crear contigo historias, vivir aventuras... obviamente si tu me lo permites – se levantó despacio, colocó su dedo índice debajo de mi barbilla hasta que logró que nuestras miradas se encontrarán.

- Claro que te lo permito, por que yo quiero lo mismo contigo, quiero hacerte feliz, darte lo mejor de mi, hacerte sonreír, cuidarte y demostrarte que no todas las personas buscan lastimarte o quieren sólo sexo. Tal vez estemos para siempre juntas o tal vez no pero te aseguro que disfrutaré cada segundo de tus labios contra los míos – sonreí.

- Ella se acercó a mi despacio, colocó la palma de su mano en mi mandíbula y me beso de forma tierna, suave y profunda, puso su otra mano sobre la cama y fuimos recostándonos poco a poco, después de un par de minutos beso la punta de mi nariz, mi frente, puso fuerza en ambos brazos y se alejó lo suficiente para que pudiera apreciar lo linda que se veía con el cabello cayendo sobre su rostro.

- No sabes lo mucho que me gustas, lo mucho que me encantas, lo mucho que te amo... - coloque un mechón de pelo sobre su oreja.

- Y no sabes lo feliz que tú me haces a mi...- me beso de nuevo.

- Oye, crees que tú mamá haya notado algo cuando abrió la puerta? –

- Por que lo dices? – se dejo caer a mi lado y puso su brazo sobre mi cabeza.

- Por que cuando me dijiste que me amabas, lo cual de verdad me hizo muy feliz...-

- Si lo noté...- baje la mirada avergonzada por interrumpir y al recordar lo que había pasado.

- Nos miramos detenidamente, yo... sonreí como estúpida, tu dijiste que disimulara y después te di un eso en la mejilla, tal vez noto algo... - sus mejillas se ruborizaron un poco – Además...

- Tu hermano y Diana lo saben no? Crees que le hayan dicho a alguien más? –

- No lo creo, tal vez sólo si yo les dijera que pudieran hacerlo...-

- Crees que deberíamos decirles? – me acomode sobre su brazo y ella rodeó mi hombro para apapacharme.

- Bueno no creo que no lo sospechen ya, tal vez sólo están esperando a que lo confirmemos... pero sólo les diría si tu quisieras hacerlo – estiró su mano para apagar la luz de la habitación.

El secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora