¦ Dos meses ¦ Sanscest. Cancelada

Día 24 | HorrorDust | +18

Ambos cuerpos estaban jadeando en medio de la oscuridad de la casa del de capucha, allí tenían toda la soledad que quisieran, sin tener que soportar algunos que buscaban todavía alimento en el desolado universo del caníbal.

Les daba igual cómo habían llegado a eso, de todos modos disfrutaba el calor que producía besarse de una manera pasional, aunque el de capucha se sonreía por lo desesperado que solía estar el adverso, los besos para él era devorarse entre sí, muchas veces terminaba con el cuerpo mordido.

— Parece que estás hambriento. —Mofó, cruzando sus piernas tras la cadera del ajeno, estaban sobre el sofá, apoyando su espalda en el reposa brazos izquierdo, Horror se relamió al separarse del lujurioso beso.

— Un poco... No han caído humanos que encima sobrevivan a la cabra de las ruinas...

— Qué mal~.

El de cráneo roto rodó su única pupila inclinándose para besar su cuello, de ese modo deleitarse cuál vampiro de su fragancia, de las marcas que lograba obtener tras morder con cierta fuerza, a veces le costaba controlarse, ganaba golpes o enojos, no obstante tenía premios lograrlo, como suspiros suaves.

Dust cerró sus cuencas dejándose llevar, le gustaba no ver para que las sensaciones y escalofríos recorrieran con más intensidad sobre su anatomía, a veces las acciones eran viceversa, podía ser quien dominara la ocasión, pero ambos tomaron la decisión de ser versátiles, era lo que más disfrutaban.

— Hagamos algo. —Susurró Horror, entretanto levantaba su suéter y ver sus costillas, las Acarició con sutileza, provocando en el adverso un silencioso escalofrío.

— No quiero que me devores una maldita costilla.

— Heh, no... Pero quiero devorar su alma.

El de capucha Alzó su cabeza levantando una ceja a su vez, empero, no respondió agresivo, solo sonrió ladino, ladeando su cabeza de forma coqueta.

— Eso es nuevo. Pero no confío en ti.

— No lo morderé, pero no quita que quiera saber a qué sabe...

Dust usó su pierna para darle una pequeña patada, no era un masoquista y sería una experiencia nueva el sexo de almas, hubiera propuesto aquello antes para no tener que vivir la brusquedad adversa.

Se acomodaron, el de cráneo roto yacía bajo el de capucha quien se sentó sobre su regazo, cada pierna por su lado, así podían disfrutar mejor de besos y no hacer monótona la sesión, Horror esperó con caricias por toda la extensión de sus piernas hasta llegar inclusive por sus glúteos, Dust expuso su alma.

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No hubo un comentario, pero se notaba que el caníbal estaba ansioso por saborear su juguete nuevo, tomó con cuidado su alma, examinando cómo podía estimular, ya tenía conocimientos sobre lo que sucedía, no por experiencia, era un tema que siempre se hablaba debido a la sensibilidad, cualquier manipulación brusca podía acabar con la vida de un monstruo, por eso un alma era un tesoro, tener la vida de su pareja era un privilegio.

Posó dos dedos sobre ésta, deslizando en una caricia su superficie, hubo reacción inmediata en Dust, no obstante lo ocultaba bajo una mordida en su propio labio inferior, sus piernas temblaron ante las caricias lentas y constantes.

— Nunca creí que fueras tan sensible.

— Idiota, las almas son muy sensi- ngh...

Horror se guardó en su interior la risa, había presionado su alma, sorprendido de su quejido, era divertido provocarle placer, porque sabía de lejos que no fue de dolor.

Siguió cual explorador tocar el objeto con forma de corazón, ya pasado los minutos, su superficie estaba siendo más viscosa, señal de que ya estaba excitado, apretaba, a cada punto más sensible respecto el genocida, éste estaba en medio de una sinfonía de jadeos roncos; temblores por su anatomía además de un rubor en sus pómulos, estaba sintiendo mucho calor, la estimulación era demasiado placer, más de algún quejido se le había escapado.

— Mierda... Esto es demasiado... —Murmuró Dust tapando su boca con su mano, frunció el ceño sintiendo una gota de sudor resbalar por su sien.

Se sentía muy extraño, aún comprendiendo que por la sensibilidad y un buen manejo del tacto, detestaba estar sintiendo tanto placer por solo su alma, parecía una debilidad que no toleraba.

Un gemido bajo se le escapó, todo por culpa de una corriente fuerte en su cuerpo provocada por una lamida por parte del caníbal, la contextura áspera de su lengua sobre su alma era un paraíso infernal, ya le dificultaba guardar sus sonidos, Horror no se rendía y seguía lamiendo además de usar sus dedos con tal de acariciar y presionar.

Dust se estaba retorciendo, apoyando su frente en el hombro del de chaqueta felpuda.

— ¡N-Ngh...! ¡Esto es d-demasiado...!

Pareció acurrucarse sobre su novio, una vista adorable y candente para Horror, no lo aguantaba, quería hacer una unión de almas placentera.

Invocó su alma dejando de manipular la otra, Dust jadeando giró su rostro con tal de ver lo que hacía el de cráneo roto, al comprender, sonrió ladino, aunque su estado no le permitía ser tan provocativo, se veía bastante sumiso.

— ¿Ves que no la mordí?

— Todavía no confío hasta haber terminado.

— Heh...

Hubo solo una pequeña estimulación por parte del menor en la alma ajena, sutiles caricias además de lamidas logrando sacar jadeos impropios, parecía ser una obligación aquella parte, ambos estaban deseosos de hacer el siguiente pasos.

Una unión de almas era unir las vidas, un lazo especial que podía ser placentera o solo un acto espiritual, estaba claro que ambos querían por el primer medio, y necesitaban una preparación previa. Posteriormente, ambas almas se acercaron cual iman, el simple roce provocó en ambos un quejido, el estímulo era el doble a ser lamido.

Entre jadeos se abrazaron con fuerza, sus almas sensibles se llegaron a juntar mientras parecía que se fusionaban, era un placer inimaginable, y para evitar soltar más ruidos, se fundieron en un pasional beso con sus lenguas entremedio, un roce que lograba ahogar sus gemidos en la garganta, amortiguar los ruidos hasta sentirse colapsar.

Dust quedó temblando al llegar al clímax, ambos recostados sobre el sofá se dieron un par de besos antes de sonreírse, la sensación de tener parte del otro en su alma era especial, se amaban de ese modo tan extraño, pero era mejor así.

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HorrorDust | Sexo de almas.