Día 34 | SansDance | +18

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  En la oscura noche las luces de una majestuosa mansión era el centro de atracción,personas de una alta clase social, entretenimiento con diversas funciones de magia, baile, hasta actos con fuego y personas de circo. Algo exagerado para una fiesta de fin de año, la entrada era una gran puerta de madera entre dos pilares con una especie de arquitectura medieval, era una residencia con antigüedad pero los grandes lujos que ésta poseía desviaba aquel hecho. No todos eran muy importantes, entre todo el bullicio de las personas ricas sosteniendo una burbujeante copa de champagne, se encontraba un comediante en ascenso. Una mirada neutra, una sonrisa presente, y los malos pero ㅡa veces graciosasㅡ anécdotas que lo acompañaban, indicaban que tendrías una noche de verdad festiva.

 Sans, esqueleto cuyo fue hermano lo obligo a ir a esa fiesta. Él solía es más simple, las grandes fiestas no eran su tipo, pero tal vez sería la primera y última vez en la que estaría en una. Sentado en la barra alejado del acto de baile que estaba por comenzar, pidió solamente un refresco, le dieron un Champagne Armand de brignac de midas, venía en una botella dorada con un símbolo de póker el "píca", la bebida caía de manera armoniosa a la copa pompaduor, la que generalmente usan para esa bebida. 

 De volverle tan cara bebida iba a ser una falta de respeto, se dejó vencer y empezó a acercarse al gran salón donde iba a comenzar la primer función de la noche. Su hermano, Papyrus se acercó a él con una gran sonrisa como siempre, hasta que desapareció al ver a su hermano mayor con esa bebida alcohólica. 

 ㅡ Nyeh, que bueno que eres humilde, estás bebiendo una de las bebidas más caras que hay.  

  ㅡ Espera ¿qué? ㅡSi no hubiese tomado un poco antes de que él vino a decirle eso, de seguro ya lo habría escupido.

 Ambos hermanos empezaron a hablar de la fiesta, Papyrus estaba emocionado, su sueño de volverse popular sólo estaba en un paso, y la clave era esa fiesta. No lo hacia para estar en una mejor clase social, sólo quería hablar con personas interesantes. Mientras tanto Sans, empezaba a aburrirse, intentó ya entablar una conversación con los demás pero no entendían su forma de hablar, conoció un Gaster y en vez de hablarle normal le empezó a hablar con idioma de señas.

  Aunque apenas tenía idea de como hablar con las manos, sólo pudo preguntarle dónde estaba el baño. Sin duda algo penoso.

 Eso cambio cuando empezó el acto de baile, las luces cambiaron de color a un azul marino, la sala estaba oscura y lo único que se veía era los bailarines expertos que Asgore había contratado. Era una mezcla de diversos bailes, ballet,latín, caporeira y por último hip hop. Un espectáculo impresionante, el último baile tuvo un "solo" de verdad sobresaliente llamando la atención del comediante la cual le saco una sonrisa.El acto había terminado y los demás aplaudieron, la iluminación volvió a la normalidad.

 [...] 

 Ya eran las once de la noche, y la fiesta seguía, Sans en ningún momento saco su vista del bailarín, quería felicitarlo por su gran colaboración a la fiesta monótona. Empezó a acercarse de a poco, intentando ponerse de acuerdo si en hacerlo o no. En un rincón estaban algunos de los bailarines del primer acto, no obstante, no estaba el que él buscaba en específico. La fiesta se volvió en una búsqueda implacable en buscar a aquel bailarín.  

Entre tantas personas y el ruido, por fin pudo verlo cerca, intentando pasar por las personas le resultó complicado, se sentía atrapado, con un esfuerzo pudo mover su cuerpo para salir, al hacerlo hizo una gran bocanada de aire mientras que respiraba de una forma agitada, al frente estaba él con una sonrisa, vistiendo una camisa blanca con un chaleco negro con delgadas líneas azules, pantalones negros y zapatos del mismo color. 

 ㅡ Parece que me encontraste, ya te estabas tardando. 

 ㅡ Eres muy escurridizo... 

 El contrario solamente le hizo una señal para que lo siguiera, Sans obedeció ciegamente hasta una parte de la mansión donde las personas disminuían, doblaron en la derecha donde sólo quedaba un gran pasillo y diversas puertas, la luz empezaba a cambiar de una clara a una más rojiza. Aquel bailarín abrió una de aquellas puertas, entrando a una habitación elegante muy parecida a un estudio. 

¦ Dos meses ¦ Sanscest. Cancelada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora