Día 31 | OuterStave

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Muchos piensan que tener un niño puede hacer más fuerte el lazo que unen a los padres, que la felicidad saldría a flote y habrían momentos emocionantes y sinceros a cada hito que cumplía el fruto de su amor, no obstante, había sido muy distinto con Stave, él siempre tuvo conflictos con su porvenir, sufriendo cada día por la maldición del que estaba atado hasta el final de su existencia, le dolía mucho pensar que tenía menos tiempo de vida que cualquiera, y cuando estuvo con Outer, esa sensación aumentó.

Outer era paciente con él, y le aseguraba que podrían vivir el mismo tiempo, aunque eso condujo a la idea, lentamente, tener un hijo para que Outer en pocas palabras, dejara de ser tan longevo. Al principio tal idea fue muy absurda para el de pecas, no le cabía en la cabeza que él hiciera tal sacrificio, pero cada día fue escuchando más la propuesta, con más argumentos sentimentales que cubrían sus mejillas de su hermoso rubor galáctico, y no es que su pareja insistiera, comentaba esto cuando hablaba con otros monstruos que lucían felices con sus hijos.

Terminó por rendirse, dejando de cuidarse para que, a la próxima relación que tuvieran, el riesgo fuera a resultar positivo, y tras poco tiempo, esa palabra la repetía en voz baja cuando veía el dispositivo que decía si estaba esperando a un bebé.

El tiempo pasó de ese modo, y no fue un embarazo del cual hay que premiar, Outer le trataba muy bien, le mimaba y siempre estaba ahí por él, su hermano apoyó que tomara la decisión y fue quien principalmente le ayudó a bajar la presión que tenía sobre sí, contándole hasta la verdad.

Complacer a Outer fue su principal razón, no quería ser egoísta, sabía que él hacía mucho por él, dejó de ser tan desordenado y flojo, le daba la calidez que siempre necesitó, y el de pecas a cambio, no hizo nada por el otro, ya era hora de poder demostrar que sí tenía confianza de sí, pero fue muy difícil, le aterraba pensar lo que podría pasar, y siempre le aconsejaban no restablecerse pero...

Fue inevitable, nunca había pasado tanto tiempo sin restablecerse, su cuerpo no soportaba esa tensión que un día llegó a tener un gran ataque de pánico, no lo podía soportar, en medio de la noche había terminado desmayándose tras restablecerse, no vivía una crisis tan potente hace muchos años. 

Al principio, no parecía haber ningún problema con la vida de su hijo, seguía creciendo saludable, mas esa falsa esperanza terminó en el parto, cuando por primera vez vio el rostro cubierto de pecas de su niña, no tardó en notar que él dejó de tener la misma cantidad de pecas, sabiendo lo que le condenó a su hija, lloró, bastante, no más que Outer por el choque de emociones, pero el mayor aceptó todo, tomando la resolución de cuidar de igual forma a Stella, y amarla por el resto de su vida.

Para Stave, al pensar que todo fue su culpa, no podía aceptar lo que estaba pasando, a quien tantos meses estuvo creciendo en él, padecería su misma maldición, y cada noche terminaba llorando en silencio, opacado por el llanto normal de un recién nacido. 

Muchas veces Blard ayudaba a su hermano, enseñándole algunos cuidados y dándole los consejos, pese las cosas no pasan como uno quiere, hay que hacerle frente y enfrentarlas, hay que ver la luz en medio de la tormenta. Aunque fueran constantes sus visitas, Stave parecía repudiar mucho a Stella, podía estar con ella junto a Outer, pero buscaba como nunca no tocarle, verle como si fuera algo desconocido, un ser que provocaría pesadillas.

Outer se entristecía por lo que sucedía, llegando a pensar que Stave no sentía nada bueno por la pequeña, él huía con la excusa de su trabajo, evitaba dormir juntos la mayor parte del tiempo, y cuando Outer tenía que trabajar, Stave no dudaba en llevar a la menor donde su tío para que le cuidara por él.

El de pecas no evidenciaba lo que sentía, seguía haciendo bromas, sonreía pues desde el incidente en su Au había aprendido a ocultar sus sentimientos en sonrisas, pero Outer conocía cada reacción, el movimiento de sus savepoints cada vez que la bebé le miraba y sonreía, cada vez que decía "mami" queriendo estar en sus brazos.

Stella al ser todavía una bebita, no sabía lo que ocurría, pero lloraba cuando su madre no correspondía sus sonrisas, o cuando quería ser tomada, giraba el rostro ignorándole.

Fue terrible, una época muy dura para todos.

¿Pero qué fue lo que cambió todo? Cuando Stella se apegó mucho a Blard. Era normal en un bebé inocente, pero a Stave le provocó algo en su interior, miedo. Reflexionó mucho sobre eso, se estaba comportando como una terrible madre, alejando a su bebé solo por sus miedos, no podía seguir así, pero, ¿Qué debía hacer? 

Fue una nueva etapa para Stave, que afortunadamente no duró mucho, solo bastó en aceptar quedarse en Outertale en la casa cuidando de Stella, para que tras volver con el biberón, viera a la pequeña alzado sus piernas y posteriormente su torso con torpeza, y al ver al mayor, sonreír y estirar sus pequeñitos brazos hasta él, repitiendo con su suave y aguda voz.

"¡Mamá, mami!" 

Eran los primeros pasos de Stella, e iban dirigidos hasta Stave. 

Sus piernas no respondieron, arrodillándose hasta ella quien avanzaba apenas, y una vez llegó, Stave no soportó más y lloró abrazándole, debía estar ahí por ella, no podía temer mientras una vida recién comenzaba, debía apoyarle en lo más que podía, susurró muchos perdones a su hija, quien al notar las lágrimas de Stave, le puso sus manitas en su rostro, diciendo "no, mami, noo". 

"Te quiero... Hi-Hija... Perdóname..." 

Por fin las nubes se habían retirado, dejando una hermosa luz embellecer el paisaje.

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OuterStave | Con hijos.

¡Quería llorar y lloré!

Quiero decir que tengo un comic con esta historia, si quieren puedo subirla en uno de estos días en el blog.

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