CAPÍTULO TREINTA Y SIETE: Ataque. Botón de una rosa azul.
Aquellos pasos hacían eco en aquel lúgubre lugar y el hecho que se abriera la puerta de forma tan estrepitosa solo hizo que todo aquel silencio fuera interrumpido haciendo que pronto dos cabelleras negras y una rubia giraran en dirección al inminente ruido provocado por uno de sus subordinados. Aro de inmediato se incorporó de la silla en la cual estaba revisando algunos documentos y libros al lado de sus hermanos.
–Tu llegada ha sido pronta, ¿eso significa que me traes buenas e interesantes noticias? – La sonrisa que Aro no se pudo ensanchar más de lo que posiblemente sonreía cuando las cosas salían tal como a él le gustaba. Pronto se dirigió en un parpadeo donde el vampiro de menor rango tomando su mano y concentrándose para poder obtener toda la información que aquel vampiro podía ofrecerle, tras dar una inhalación y cerrar los ojos, pronto al abrirlos, pudo observar lo que el contrario había hecho.
Claramente corría entre las ramas de los grandes árboles de Forks hasta que por fin fue a dar en un lugar donde podía esconderse y a la vez observar lo que ocurría en la casa Cullen; estaba anocheciendo y claramente lo que parecía ser una sala en la segunda planta estaba ocupado por Emmett, Esme y Seth. Sin embargo lo que logró impactar a Aro fue el estado de aquel joven, estaba casi con el color de un vampiro, sin embargo era su delgadez y estado anímico lo que claramente diferenciaba.
Escuchaba con claridad como Emmett y Esme pedían a Seth que se alimentara pero era el mismo niño quien no quería ingerir nada a menos que fuera agua al parecer. Escenas similares se proyectaban hasta que el niño ya no podía estar de pie y era el vampiro, su esposo quien terminaba por cargarlo hasta una habitación que tenía pinta de ser una de hospital, casi las 24 horas del día conectado a una bolsa que al parecer era lo único que lo mantenía vivo y también dormido. Carlisle lo revisaba cada cuanto para inyectar algo y luego se retiraba para hablar con Emmett quien parecía cada vez más abatido, Aro suponía que el niño estaba enfermando cada vez más y eso significaba que pronto lo tendrían que transformar, pero ahora no sabía hace cuanto fue que vio aquello el vampiro, quizás para ese instante el niño estaría ya como neófito.
Tal como parecía observar la casa se había quedado sola, teniendo solo en el interior aun Seth dormido a causa de los medicamentos, aquel subordinado se había acercado hasta quedar en uno de los balcones y pronto dirigirse hasta la habitación del menor, al verlo más cerca pudo ver como estaba el verdadero estado de Seth, su estado gritaba que pronto moriría y eso significaba que claramente Emmett terminaría transformándolo para no perderlo, sin embargo eso no estaría en sus planes, por lo menos necesitaba que alguno de sus subordinados de mayor confianza estuviera presente para poder morder antes al niño y de esa forma traerlo hasta Volterra, algún tipo de distracción tendría que servir para lograr tener al niño en su poder y si fuera posible el mismo poder transformarlo, tenerlo bajo su yugo, que obedeciera sus ordenes y que hubiera algo más por lo cual un Vulturi debiera ser temido.
Su subordinado pronto giró hacia la ventaba y salió por esta para irse lo suficientemente lejos para que nadie detectara su presencia, pocos minutos después estaba Emmett ingresando a casa pero lo sorprendente era ver como aquel niño que estaba casi agonizando se incorporara y decidiera comer como si claramente no hubiera sucedido nada.
Cada vez el interés que tenia por el -ahora- menor de la familia Cullen, crecía con rapidez.
Algo había ocurrido con ese niño, sin duda alguna pero no sabía el motivo y eso era lo que de cierta forma molestaba a Aro, quien siempre se enteraba de todo, quien siempre estaba un paso delante de sus enemigos, pero sobretodo de sus presas.
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No se llamaría amor sino Doliera 3 [EmmSeth]
VampirosUna nueva aventura empieza para Seth, ahora convertido en el prometido de su imprimación, Emmett, sin embargo al hombre lobo había algo que le preocupaba y eso era que todo estaba demasiado en calma: "Mucha calma solo puede traer una gran tormenta"...