CAPÍTULO CUARENTA Y DOS: Por fin cara a cara.

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CAPÍTULO CUARENTA Y DOS: Por fin cara a cara.

No creyó que explicarle a Emmett lo que Alice le había dejado fuera tan difícil y complicado.

Desde que le mostró los documentos de Liam y Naim, Emmett no tardó en caminar como león enjaulado mientras intentaba buscar algún cabo suelto para que la "supuesta" visión de Alice no se hiciera realidad, pero con media hora ya avanzada, no logró encontrar nada.

Y Emmett tuvo miedo por su familia.

Seth acompañó aquel silencio con lágrimas en el mismo estado, solo podía pensar en su pequeño niño y en aquel que no vería la luz.

Emmett pensó en lo mismo, ¿Cómo podría sobrevivir su pequeño Naim en un mundo tan cruel como éste? Naim era especial y era un niño. Vivió de primera mano lo que unos idiotas jóvenes le hicieron a su hijo, no podría ni pensar lo que harían personas adultas con él.

Naim no estaba listo para el mundo o quizás era el mundo quien no estaba listo para alguien tan especial para Naim. Su hijo.

Y luego no puedo pensar más que en su otro hijo, en aquel que crecía dentro de Seth, su esposo, compañero y amigo.

Emmett soltó un suspiro que, pese a que el funcionamiento de sus pulmones se hubiera detenido hace muchos años, logró calmarlo para poder sentarse al lado de Seth y abrazarlo.

–Perdóname. – pudo murmurar Emmett teniendo entre sus brazos a Seth, mientras ambos terminaron recostados en el sofá de su casa. –No pude cuidarte como era debido, como un compañero debe de cuidar. Creo que... hubiese sido mejor que estuvieras lejos de mí, por lo menos tendrías una vida tranquila junto a una familia unida. –

Seth se incorporó de golpe del pecho de su imprimación mientras en su rostro aun se veían lágrimas frescas. Su expresión facial era de sorpresa por las palabras de su esposo.

– ¿Qué? ¿De qué estás hablando?– Seth empezó a negar con la cabeza mientras su ceño se fruncía cada vez más. –Mi familia es tranquila y es unida. No podría pedir más de lo que ya tengo. – Su voz se endureció de la rabia que estaba conteniendo en ese momento, las palabras de Emmett le dolieron y no pudo más que soltar un suspiro mientras bajaba la cabeza y sus lágrimas se secaban con el pasar de los segundos.

–Seth...–

–Quizás ahora no soy totalmente normal, pero si lo fuera seguro que ahora no habría un bebé aquí. – El hibrido tocó su abdomen dándole una sutil caricia son su pulgar. –Si no hubiera imprimado seguro que mi vida hubiera sido tan monótona, adoro a mi hermana y a mamá pero no podría compararlo con ser solo un joven humano. Y nuestro Naim no es el niño más normal de todos. –Seth sonrió de forma nostálgica aun sin poder mirar al vampiro que estaba observándole. –Pero es un niño con un corazón enorme, capaz de perdonar a quien le hizo daño y seguir dando amor a las personas que ama. Nuestro hijo es encantador y no podría pedirlo de otra forma, Emmett; y claro, mi esposo es un vampiro, hombre y que tiende a ser celoso con lo que ama, pero no podría cambiarlo. Mi esposo y mi hijo no son personas ordinarias, son lo más maravilloso que me pudo pasar, y podría arriesgar todo por ellos una y mil veces.

Emmett, si éste es el fin, entonces sabré que he vivido bien, lo tuve todo, quizás por muy corto tiempo pero lo tuve. Ahora lo tengo. –

Emmett elevó su mano y acarició la tersa mejilla empapada en lagrimas y la acunó en su gran mano incorporándose lo necesario para acercarse a besar aquellos labios y poder darle algo de calma a su esposo, por el contrario Seth no dudó en cerrar sus brazos cual candado en el grueso cuello del vampiro, teniendo esa necesidad de estar lo más cerca posible del mismo, poder sentir su presencia unida a la de él.

No se llamaría amor sino Doliera 3 [EmmSeth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora