(Parte 3)

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Cuando el timbre sono anunciando el final de las clases, Scott corrió por el pasillo buscando a Aron entre toda la marea de estudiantes. Estaba decidido a disculparse antes de que el día terminara, pero no pudo dar con él. Aron se había ido y Scott no sabía que hacer al respecto.

—¿Te disculpaste?— preguntó Daemon parandose a su lado.

—No— nisiquiera pudó esconder su tono desganado. —Aron ya se había ido, seguramente para evitar toparse conmigo.

—Bueno, supongo que tendrás que esperar hasta mañana. —Scott asintió y empezó a caminar por el pasillo arrastrando los pies — Animo, que las cosas se solucionaran...yo por mi parte debo irme, hoy me toca trabajar en el taller.

—Claro, no vemos mañana.

Daemon le dió una palmada en el hombro y se marcho corriendo. El pelinegro era responsable en cuanto a su trabajo se refería y eso era algo que Scott admiraba de él, pero aquel día hubiera querido que se quedara para ayudarle a reparar las cosas con Aron.

Cuando Scott se metió en su auto listo para ir a casa frunció el ceño. Se negaba a dejar las cosas así y Dios sabía que si no se disculpaba no podtía estar tranquilo. Además quería borrar de su cabeza aquella expresión herida que había invadido el rostro del rubio con su comentario.

¿Qué podía hacer al respecto?

No sabía la dirección de Aron...¡Pero tenía una idea de la zona por la cual vivía!, pues no le quedaría más que ir a buscar casa por casa y solo esperaba encontrarlo antes de la hora de la cena o su mamá lo mataría por llegar tarde.

*************

La pequeña zona residencial Scarwell era caracterizada por sus casas de estilo familiar, un lugar bonito y comodo para familias pequeñas o parejas sin niños. Era un área bastante tranquila y ordenada. Scott había dejadó su auto estacionado un par de calles arriba y luego camino a lo largo de la avenida tratando de encontrar algun indicio de la casa de Aron. Se sintió tentado a tocar algunas puertas y preguntar, pero seguramente eso resultaría sosprechos y podía meterse en problemas.

Eran al rededor de las cinco de la tarde y parecía que su busqueda no daría frutos, entonces diviso a un grupo de niños que jugaban con sus patines sobre la acera. Tal vez preguntarle a los adultos resultaría sospechoso, pero con los niños no habría ningun problema...o eso esperaba.

—¡Hey! ¡Hola niños!— saludó acercandose. Eran dos niños y una niña y los tres se giraron para verlo con algo de desconfianza. — Estoy buscando a un amigo ¿podían ayudarme?

—Mamá dijo que no hablemos con extraños— la pequeña niña se acaricio el cabello de forma nerviosa.

—Y tú mamá tiene razón, pero no debes temerme, solo quiero  que me digan si de casualidad conocen a un chico llamado Aron Phillips.

—No— otro de los niños, uno de brillante cabello castaño, negó al tiempo que giraba levemente sobre sus patines. —No conocemos a nadie con ese nombre.

—¿Seguros? Es un chico rubio con unos ojos grise muy bonitos. —Los niños no diejron nada y Scott empezaba a rendirse— Se mudó con su madre hace como dos semanas y...

—¿Su mamá se llama Lily?— preguntó el tercer niño, tenía unos grandes ojos avellanados.

Scott no lo sabía, pero algo en ese nombre le resultaba familiar, creía recordar que Aron menciono ese nombre un par de veces en medio de las conversaciones que habían tenido. No quedaba más que arriesgarse.

—Si. — respondió.

—Entonces tal vez estas hablando de mi vecino— dijó el niño de ojos avellanados. —Él y su mamá se mudaron hace poco y ambos son rubios.

Solamente tú (Suerte #1.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora