(Parte 4)

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El helado era realmente delicioso. Una enorme obra de arte con seis bolas de helado de diferentes sabores, fruta picada en pequeños trozos, crema batida, nueces, topping de caramelo, una cereza y todo eso montado sobre una canasta de waffle. Sin mentir, ese era el helado más rico que Aron había probado nunca.

Pero lo mejor de todo es que podía compartir aquella obra maestra con un chico de ojos azules, que le sonreía como si fuera los mas lindo que hubiera visto nunca. Aron no sabía que era exactamente lo que Scott Adkins tenía para ponerlo así de nervioso y timido.

—¿Te gusta?— preguntó el de ojos azulados.

Aron asintió gustoso y es que no solo le gustaba el helado y la maravillosa compañía. También le gustaba mucho el lugar. Según le dijo Scott se encontraban en la zona comercial de la ciudad, en una pequeña plaza. La heladería tenía un pequeño jardín con mesas bajo una carpa.

—Este lugar es muy bonito— dijó el rubio llevándose otra cucharada de aquella delicia a la boca. —Gracias por traerme.

—De nada, además el que debería agradecer soy yo.

—¿Por qué lo dices?—Aron parpadeó confuso.

—Porque tu compañía me hace sentir como el chico más afortunado del mundo. —y como si sus palabras no fueran suficientes, Scott le guiñó un ojo y sonrió de medio lado.

Aron se atraganto con el helado y además enrojeció debido al comentario del chico. ¿Enserio Scott le estaba coqueteando? Enserio que le daba miedo mal interpretar la situación.

—¿Eres gay?— Aron prefería ser directo y resolver sus dudas de una vez. No quería malos entendidos, hacerse ilusiones y terminar con el corazón roto...como siempre.

—No— Scott se llevó otra cucharada de helado a la boca.

Aron frunció el ceño. Scott ni siquiera pensó antes de responder y más que confundirlo, Aron se sintió molesto ¿Si no era gay por qué le coqueteaba? ¿Acaso solo estaba jugando con él? Scott debió haber notado su incomodidad porque lo observó detenidamente con preocupación.

—¿Sucede algo?

—Es solo que...—Aron suspiró y clavó sus palidos ojos grises en el chico frente a él. —Me invitaste a una cita y coqueteas conmigo...pero dices que no eres gay, entonces ¿por qué haces todo esto?

—Porque me gustas.

—¡Y eso es jodidamente confuso!— El rubio se paso las manos por la cara y se recostó contra el respaldo de la silla. —¿Cómo puedo gustarte? Soy hombre por si no lo has notado.

—Oh, lo sé— Scott se enogió de hombros — Eres un hombre, de hecho eres uno muy guapo. Tienes unos ojos preciosos ¿alguna vez te lo habían dicho?

—Yo..es...¡Basta de hacerme cumplidos! — infló las mejillas y se cruzó de brazos. —Mejor habla claro y dime que quieres de mí.

—Por el momento quiero que te calmes y que me ayudes a terminar este helado y luego...si tú también quieres, me gustaría darte un beso.

Aron abrió la boca pero no supó que decir así que prefirió callar y encambió se lleno la boca de helado mirando un poco de recelo a Scott.

Scott por otro lado rió por lo bajo al ver la expresión de Aron. Se le antojaba tan tierno. Quiza debería sentirse raro por pensar que otro hombre era tierno o atractivo, pero ¿qué sentido tenía? Entrar en pánico no haría que Aron Phillips dejara de gustarle. Tan sencillo como eso.

Terminaron de comer en silencio y luegó se pusieron de pie mientras caminaban de vuelta a donde Scott había dejado el auto. Poredía sentir la mirada de Aron sobre su espalda y sabía que el delicado rubio debía tener la cabeza atestada de preguntas, así que solo espero hasta que explotara.

Solamente tú (Suerte #1.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora