(Parte 5)

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Había pasado una semana desde la primera vez que Scott fue a buscarlo a su casa para ir juntos a la escuela. Y desde ese día el chico de ojos azulados no había dejado de conducir hasta su casa por las mañanas y darle un beso de buenos días. No es que Aron se quejara al respecto, no era tonto y tampoco iba a decirse a si mismo que no le gustaba toda la atención que Scott le daba.

Pero Aron seguía teniendo dudas. No habían formalizado una relación y el rubio no sabía que tanto se le permitía acercarse a Scott. No sabía si tenía permitido besarlo cuando le diera la gana, no sabía si podía tomarle la mano espontaneamente y esa incertidumbre lo estaba atormentando más de la cuenta.

Por otro lado las cosas en la escuela iban bien y algo que le causaba gracia a Aron era el hecho de que había pasado de ser el "chico nuevo" a ser parte del "trio de los intocables". Al parecer ser amigo de Scott y Daemon le había dado el estatus de chico rudo y no iba mentir, eso le gustaba. No debía ir cuidandose por los pasillos de que algun Bully lo molestara, ya había dejado en claro que podía defenderse pero era mucho mejor que lo consideraran rudo al punto de no molestarlo.

Aquel día se encontraba en la biblioteca. En la clase de lengua y literatura los habían mandado a leer Frankestein de Mary Shelley. Y las copias de dicha lectura estaba precisamente en la biblioteca de la escuela, así que solo debía buscarlo y presentar su carné estudiantil para que le dejaran llevárselo. Recorría los pasillos sin prestar demasiada atención, por eso no se dió cuenta de que estaba siendo perseguido, hasta que una mano se poso en su hombro.

Aron se giró un poco sorprendido por el repentino toque y al hacerlo se topo con unos suaves ojos verdes que lo veían con nerviosismo. Dichos ojos pertenecian a una menuda chica de cabello castaño.

-Ho-hola...- balbuceo la chica mientras se balanceaba torpemente sobre sus talones.

-Hola-Respondió el rubio extrañado. -¿Puedo ayudarte en algo?

-Es que...yo quería saber si tú...-La pobre chica enrojecio hasta las orejas y clavó la vista en el suelo. - ¿Te gustaría salir conmigo?

-¿Qué? Lo siento, pero no alcance a escucharte -y en efecto, la chica había hablado en un tono tan bajo que el rubio no logro oirla del todo.

-Dije que...-La chica levantó el rostro que se encontraba más rojo que antes. - ¡¿Si te gustaría salir conmigo?!

"Oh, mierda", pensó el rubió sintiendose apenado por la linda chica. Aron odiaba aquel tipo de declaraciones porque cuando les decía que era gay, por alguna razón las chicas terminaban llorando y tratándolo como el villano. No era su culpa que no le gustaran las mujeres, pero aun no había descubierto la forma de rechazarlas sin hacerlas sentir mal. Tal vez no existía tal forma y era un asco la verdad.

Aron abrió la boca listo para rechazarla, pero volvió a cerrarla cuando un brazo calló sobre sus hombros.

-Lo siento bonita, pero Aron esta saliendo con alguien.

El rubió se estremecio al escuchar la voz de Scott. Tenía ese tipo de voz sexy que lograba erizarle los vellos de la nuca.
La chica abrió los ojos ampliamente con sorpresa y luego volvió a sonrojarse porque Scott le estaba dirigiendo la palabra. Y Aron no podía culparla, tener la atención de Scott era algo que sonrojaría a cualquiera.

-¿Es eso cierto? - preguntó la chica con duda.

-Oh, lo es. - Y nuevamente Scott le robó la palabra.

-Esta bien entonces yo siento...esto.

-Descuida- Aron sonrió amablemente. -No pasa nada.

La chica asintió y practicamente se fue corriendo de ahí. Entonces Aron se giró y cruzó sus brazos mientras miraba a Scott de manera interrogativa.

Solamente tú (Suerte #1.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora