-- ¿Estas seguro de qué debería estar aquí? -- pregunto Aron mientras bajaba del auto de su novio.
-- Claro, tú vas a donde yo vaya-- Scott le guiño un ojo y le dio un suave beso en la mejilla antes de tomar su mano y desfilar por el caminillo de entrada hacia una linda casa de dos pisos con un jardín delantero lleno de hortencias de varios colores.
-- Tal vez a Daemon no le guste que este aquí.
-- No lo creo, se que parece que odia a todo el mundo, pero así es él.
-- Ya lo sé, no sé como pude pasar todo el día con su cara de poker...algún día se le va a endurecer la cara, digo, no le cuesta nada sonreir.
-- Lo mismo pienso, pero no es como que pueda obligarlo a hacerlo.
Ambos rieron y se acercaron a la puerta. Cuando Scott tocó el timbre se escucharon ladridos que sobresaltaron un poco al rubio. Nunca había tenido una mascota y los perros no eran sus preferidos, demasiadas babas y demasiado entusiasmo enfrascado en un cuerpo peludo.
-- Creo que te espero en el auto-- susurró Aron esperando que Scott no lo escuchara, pero supó que fracaso cuando el chico de ojos azulados soltó una suave risa.
-- No me digas que te dan miedo los perros.
-- Obvio que no, como si una bola de pelos fuera a darme miedo. -- infló las mejillas y desvió la vista. -- ¿Acaso me crees un debilucho?
-- Si definitivamente te dan miedo...
-- ¡Que no!-- Aron se giro y le dio un puñetazo en el brazo.
--Auch, eso no era necesario-- el más alto hizo un puchero bastante cómico -- ahora exijo un beso como compensación.
-- No pienso darte nada.
-- vamos muñequito, no me hagas esto. Sabes que me muero si no me besas.
-- Para que quieres que alguien que le teme a los perros te bese.
--¿Entonces aceptas que le temes a los peros?
--¡Que no!...solo no me gustan mucho que digamos.
Scott empezó a reirse y Aron estaba dispuesto a darle otro puñetazo justo cuando la puerta fue abierta y por ella apareció una linda jovencita de cabello negro y ojos de un café claro. Aron olvido por un momento que estaba teniendo una pequeña "pelea con su novio", especialmente cuando cachorro salió disparado del interior y prácticamente se lanzó sobre Aron haciéndolo caer sentado en el suelo.
-- Santa y jodida mierda-- Se quejó el rubio mientras trataba de esquivar los lengüetazos del cachorro. Aunque en realidad no sabía si era correcto llamarlo cachorro ya que era bastante grande. -- Deja de reírte Scott y mejor ayudame.
-- Lo siento...-- El más alto trataba de contener sus carcajadas y se apresuro a apartar suavemente al cachorro y luego le tendió la mano a su chico.
-- Puaj, tengo la cara llena de babas. -- y no era mentira. Su rostro estaba pegajoso.
-- Lamento eso-- la chica tenia sostenido al cachorro por el collar. -- Crush suele ser demasiado amistoso y lamer toda tu cara es su forma de saludar.
-- Pues si no me saluda, no me ofendo. -- respondió el rubio-- ¿Y quién le pone Crush a un perro?
-- Daemon -- la chica rió divertidad-- el dijo que este pequeño cachorro era como su crush.
Ese fue el turno de Aron para reír y no pudo parar ni siquiera cuando Daemon apareció por el pasillo con su usual cara de pocos amigos. Quien iba a decir que un chico tan rudo como el pelinegro podía tener debilidad por los cachorros.
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Solamente tú (Suerte #1.5)
RomanceSpin-off de la saga suerte ========== Aron Philips había perdido la fe en el amor, después de tantos desaciertos no podían pedirle que siguiere creyendo en un sentimiento que se le antojaba demasiado egoista. Pero entonces una mudanza cambiaria sus...