Solamente tú (Suerte #1.5)

(Parte 10)

Capítulo Final

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Cuatro meses, cuatro meses de relación y Aron aun no podía creer que no se hubieran acostado aún. Estaba feliz por eso y no es que Aron fuera un promiscuo, pero sin duda era la primera vez que salía tanto tiempo con un chico sin haber tenido sexo. Pero era Scott después de todo y con él todo era diferente.

Era Sábado y Aron caminaba distraidamente por la calle. Scott estaba de viaje con su familia visitando a sus abuelos. El chico de ojos azulados lo había invitado a ir, pero Aron sabía que era demasido pronto para eso, pues si los padres del chico aun estaban asimilando el hecho de que fueran novios, no quería ni imaginar lo que pensarian sus abuelos. Ya habría otra oportunidad de más presentaciones familiares.

El rubio se detuvó de golpe al darse cuenta de donde había terminado. Se encontraba en un parque muy cerca de la casa de Scott. Cuando salió a caminar lo hizo sin un rumbo determinado, al parecer incoscientemente buscaba a Scott y para que negarlo, lo hechaba de menos y eso que hacia solo un par de horas que lo había llamado para contarle que estaba en camino.

Se encogió de hombros y se adentro en el parque hasta llegar a los juegos infantiles, ahí tomo asiento en uno de los columpios de metal y empezó a mecerse suavemente con la vista clavada al frente. Algunos niños jugaban animadamente en el pasamanos y otros más gitaban euforicos mientras usaban el sube y baja.

Aron nunca había considerado la idea de tener niños, a veces le daba un poco de miedo convertirse en una copia de su ausente padre, le daba miedo no ser lo suficientemente bueno para cuidar de otra vida. Pero ahí en ese momenro, no pudo evitar imaginarse a si mismo cuidando de un par de niños de cabello oscuro y ojos azulados o quizá rubios con los lindos ojos de Scott... se rió de si mismo por el rumbo que estaban tomando sus pensamientos.

—Hay Scott, me estas volviendo todo cursí...— dijo con un suspiro.

—¿Y eso es malo?

Aron gritó perdiendo el agarre sobre las cadenas del columpio y estuvó a punto de irse de espaldas contra el suelo, pero un cuerpo solido impidió que eso pasara. Aron echo la cabeza hacia atrás y sus palidos ojos grises se toparon con unos orbes azulados que lo veían con diversión.

—Hola muñequito—Scott se inclinó y le dio un suave beso en los labios. —¿Feliz de verme?

—¡Si!— Aron sonrio sin poder evitarlo— pero...¿no se supone que deberías estar de camino a casa de tus abuelos?

—Se supone— Scott se ecogió de hombros — Pero olvide que tenemos un importante proyecto de biología, el cual debemos entregar el lunes.

—¿proyecto? Pero no tenemos... —Y entonces Aron cayó en la cuenta de lo que realmente estaba sucediendo. —¿Le mentiste a tus padres?

—Tal vez — Aron no se lo podía creer— Pero en mi defensa diré que la idea de pasar un fin de seman lejos de ti se me hace demasiado insoportable.

—Awww— Aron se puso de pie y no perdió tiempo en lanzarse sobre su novio y rodearlo con brazos y piernas como un pulpo. —No se si sentirme orgulloso de provocar que te vuelvas un chico malo.

—Soy un chico malo— afirmó Scott poniendo su mejor cara de matón.

—Ajá y yo soy campanita.

—Pues con ese cabello rubio, estas muy cerca de serlo.

—¿Qué dijiste?—Aron se separó del más alto dispuesto a darle un puñetazo en el hombro, pero este salió corriendo antes de que lo lograra— ¡Vuelve aquí, cobarde!