Una misión cualquiera

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Capítulo 5:

- "esto es bueno".

En medio de un cuarto espacioso decorado con pinturas de paisajes junto a zonas rusticas, carente de estanterías llenas de libros que le diesen el detalle de una habitación, la cual era usada la mayor parte del tiempo posible cada día. Pero en medio de esta se podía encontrar a un hombre sentado cómodamente frente a un escritorio el cual poseía una computadora portátil que ahora era usada por el hombre. Este mismo daba la apariencia de un humano de unos 30 años, su cabello castaño era corto y sus ojos verdes observaban con detalle lo mostrado en la computadora. Si bien uno pensaría que este hombre vestido de ejecutivo se encargaba de asuntos importantes uno deberá replanteárselo al conocer.

- "esta película sí que es estimulante"-dijo el hombre que para sorpresa de pocos se encontraba viendo un video porno.

Podría parecer a cualquiera una estupidez que alguien así haga aquel acto, pero de quien hablábamos era un ser al cual algunos llamarían la encarnación de la lujuria, otros un simple idiota con su cabeza hueca.

Alguien le había interrumpido a través toque de la puerta, más que decirle que se preocupase por lo que estaba viendo le hizo simplemente pausar el video para cambiar el ambiente del lugar por un tiempo, era momento de ser algo serios.

- "¿quién es?"-pregunto el castaño de manera animada sabiendo quien debía visitarle.

- "soy yo"-respondió alguien al otro lado de la puerta, resaltando ser un hombre.

- "pasa"-dijo el hombre al cerrar la computadora, la reunión seria larga en cierta manera.

Al momento que las puertas se abrieron se pudo apreciar a un hombre de cabellos rojos y ojos azules, su rostro aparentaba unos 30 años lo cual contrastaba con la apariencia del castaño el cual apenas llegaba a los 25 hasta hace unos momentos, debido a que este mismo fue cubierto por un círculo mágico para aparentar la apariencia de unos 40 años de sí mismo.

- "si vienes aquí solo debe ser importante Milicas"-dijo el castaño algo serio ahora.

- "en efecto Issei"-dijo el ahora nombrado Milicas al cruzarse de brazos sin sentarse aun en alguno de los sillones colocados en la habitación- ", es sobre el trabajo dado a nuestros colaboradores".

- "sé que les dan trabajo, pero no sé a cuál de todos te refieres".

Issei se encontraba curioso, era cierto que de los colaboradores de los que hablaba con Milicas podías encontrar a individuos con demasiadas capacidades, por lo cual muchas veces no estaba seguro de que podía adivinar a que les había enviado hacer cuando podían ser denominados como los miembros de las fuerzas secretas personales de ambos presentes.

- "Paimon".

Con el apellido de una de las familias de los 72 pilares mencionado Issei ya poseía una idea de a lo que iría esto, pero prefirió igualmente preguntar.

- "¿qué pasa con ellos?"

- "los otros maous ya comenzaron la investigación sobre los últimos acontecimientos relacionados a esta familia"-respondió Milicas-", aunque lo que me molesta es otra cosa...admito que los muchachos hacen un buen trabajo en las sombras, pero siento que les estamos pagando bastante poco a comparación de la importancia de sus misiones".

Milicas se notaba algo deprimido por lo dicho, no era mentira el comentario dado hace un momento, la paga a sus contribuyentes era bastante baja, al menos en los estándares de las cifras económicas que los demonios siempre han trabajado los últimos siglos y aun con ello él estaba olvidando que las regalías dado a los suyos se repartían incluso en el ocultamiento de todo lo que hacían tanto pedido por ellos como misiones que hiciesen a discreción propia, por lo cual no estaban dándoles poco al momento de pagarles, el ocultar todo lo que hacían era encubrir a una organización incluso en los rumores más simples, e incluso de dónde venían sus maneras de pagarles no era algo que fuese fácil de conseguir para que pareciera que algo extraño ocurría, no podían incluir actos ilegales o introducir a mas miembros a su círculo, ya no.

high School Dxd-la sombra del sekiryuuteiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora