Un momento antes de la lucha

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Capítulo 7:

La sangre fue derramada sutilmente sin vacilar, no hubo necesidad de cegar la vida de los inocentes que le acompañaban cuando solo se necesitaba ser rápido y cortar el cuello del objetivo de manera correcta como si de un cirujano se tratase. La cabeza de la familia Paimon yacía muerto en su cuarto cerca de su cama, todo había sido observado por dos de sus esposas, las más jóvenes pensó el perpetuador del asesinato al ver cómo estas reaccionaban sonriendo al ver el cuerpo sin vida del que una vez las había tocado y ellas sentido repugnancia sin poder huir.

Era conocido que el hombre llamado alguna vez Sertrix Paimon era guapo en los estándares demoniacos, pero su manera de dirigir todo era antigua, quizá un sobreviviente de los hábitos de los seguidores de los cuatro Maou originales. Para muchos fue una hazaña que lograse vivir como lo había hecho estos años logrando una considerable cantidad de poder en el gobierno en las ultimas guerras proveyendo mano de obra en las reconstrucciones no solo en el inframundo sino también en la zona nórdica y griega, pero todo esto había acabado antes de poder tomar a sus dos nuevas esposas luego de que una desapareciese misteriosamente.

Ya nada importaba cuando Keran de que el cuerpo cayese inerte al suelo para limpiar su cuchillo, Adast se mantenía oculto ajustando los campos de detección mientras el último de sus acompañantes, Hana era uno de los más jóvenes del grupo siendo tomada por Cao Cao cuando esta comía a un demonio que trato de usarla como arma, ahora solo se mantenía en silencio esperando su momento pata actuar como muchos.

Los tres asesinos se mantenían ocultos en trajes diferentes a la vez que las máscaras usadas no poseían una relación evitando que les asociasen a alguna organización en particular, aun así debían ser cuidadosos.

-"¿qué haremos con ellas?"-pregunto Hana a través de su comunicador mientras preparaba su cuchillo-"¿debemos matarlas?"

-"podríamos tomarlas como rehenes para sacar algún bono"-sugirió Adast encontrándose fuera de la mansión alterado las barreras mágicas para no ser detectados-"mientras sean de alguna casa pueden ser útiles, más si son vírgenes, los demonios aman a las vírgenes".

-"el maestro e Isaac han de decidir eso, pero yo quiero matarlas"-lentamente la niña de acerco a las mujeres que no le tomaron en cuenta al ver el cuerpo de su esposo en el suelo, sin sentir lastima por ellas y en vez solo había desprecio-"es mejor liberarlas del sufrimiento que sienten como demonios".

-"no".

Con solo esa palabra la joven se detuvo, Keran siempre había ejercido una presión cuando deseaba mantener las ordenes o su ideología de seguir luchando por los suyos y cumplir con su deber, era por esto que se acercó a las demonios mientras Hana tomaba el cuerpo del antiguo líder Paimon mientras Adast solo podía suspirar por el cansancio de trabajar con dos niños.

-"se me dio una orden respecto a ustedes"-menciono el joven a través de su máscara que se asemejaba a un jaguar-"puedo llevarlas conmigo como rehenes esperando que alguien las reclame o simplemente las matamos, elijan".

Era claro lo que decidirían las mujeres, había caído en el infierno hacia mucho al ser vendidas como maquinas sexuales para según sus familias una gran causa así que ir de rehenes a cualquier lugar era mejor, pero no era malo intentar un cambio de planes.

-"¿qué necesitarías para que nos saquen de aquí?"-pregunto una de las mujeres.

Keran solo las observo un momento y comprendió, el deseo de vivir de manera digna, eso fue lo único que vio en ellas al ver sus ojos por solo un momento, pero él tenía una misión ahora y debía cumplirla más sabiendo de quien venía la orden teniendo que cumplir la orden, fue por ello que se despojó de toda su misericordia en estos casos. .

high School Dxd-la sombra del sekiryuuteiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora