Capítulo 15

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Sé que soy reiterativo en esto pero... En serio, nuestra consejera no es capaz de cumplir su función, y no sólo eso, también empeora las cosas metiéndose en la vida personal de los estudiantes y entrometiendose donde no debe.

El verdadero problema de nuestra consejera es que en vez de centrarse en el área que debe, se va a otros extremos, indaga tanto en temas innecesarios que ni siquiera nos pregunta lo que realmente importa, no da espacio para opiniones y sus respuestas son tan cerradas que no dan ganas de preguntar, por lo mismo me quedaré por siempre con la duda de la legalidad de los teléfonos.

El problema es tan inminente que hasta los profesores se dan cuenta de esto y nos dan la razón a nosotros, pero no se puede hacer nada porque nuestra representante es la coordinadora más cerrada de mente en el mundo.

Hay una especie de contacto secreto entre algunos padres de estudiantes y el colegio. Me gusta llamarlos "La secta de chismes malinterpretados", porque este grupito nos ha traído más problemas de los que se pueden imaginar.

Resulta que algúnos padres van al colegio a comentar chismes externos al colegio, como por ejemplo que un estudiante habló con tal estudiante y no deben hablarse por tal razón. El punto es que el colegio, en base a esta información, pone vigilancia extrema en esos estudiantes, los llama a dirección, los interroga, se inventa una historia sin ningún fundamento y termina arruinando la vida de los estudiantes malinterpretando infomación proporcionada por padres de familia que no son capaces de educar a sus hijos en asuntos internos en el hogar, me parece hasta ridículo que al ya estar en secundaria se sigan dando estos casos de sobreprotección que para nada tienen que ver con el colegio.

Les contaré toda la historia desde el inicio con lujo de detalles, porque... ¿Por algo creé esta historia, cierto? Para desahogarme y contar mi insignificante vida.

Realmente no puedo asegurarles que mi versión de lo ocurrido es la real, pero esta es la información que recibí de mis fuentes confiables, ósea, mis oídos chismosos.

Yo, gracias a Dios, no estuve metido en este fastidioso drama, que dejaría una mala reputación en la imagen escolar de la mayoría de estudiantes por siempre.

Todo inició en el cumpleaños de un compañero, todo el salón asistió y la gente se dividió en varios grupos, los inocentes jugando afuera, los grupitos de amigos en los rincones, los nerds millennials telefónicos esparcidos por doquier, y finalmente los importantes, los pubertos con neuronas revolucionadas con ganas de descontrol y sexo.

Descargaron una aplicación de retos, con retos bastante fuertes por así decirlo. Entre ellos se encuentran colocarse hielos en partes íntimas y posteriormente comerlo, dar beso al que tengas al lado, hacer perreo intenso, etc etc...

El punto es que todos y cada uno de estos retos se cumplían, y por gracia del espíritu santo el colegio se enteró detalladamente de cada uno de los retos, los involucrados, y todo tipo de informa que no deberían saber.

Aquí es donde yo me pregunto... ¿Cómo, porqué o cuando obtuvieron esa información? Allí es cuando mi idea de la secta cobra algo de sentido. Probablemente algún padre observó todo desde las sombras e informó al colegio por que le dió la real gana. Y claro, en el colegio se esparcieron todo tipo de rumores en la escuela. Todo esto entre 5to y 6to grado. Veían al salón como una especie de barrio lleno de desamparados y psicópatas. Aunque realmente lo éramos si nos comparamos con los actuales estudiantes de 5to grado que siguen pensando que Santa Claus existe.

Estábamos invadidos por constantes charlas y reuniones por parte de los directivos, al punto que era hartante. Esto es culpa de todos, de los estudiantes por no controlar sus neuronas, de los padres por no controlar su boca, y del colegio por no saber manejar el tema. Sinceramente aprovechaban cada ocación para lanzar indirectas bastante directas, era frustrante al punto en que ya al enmendar el error insistían.

Bienvenido A SecundariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora