Capitulo XXI. Tensión

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Tras el incidente en la ciudad, Rebeca y Janine estaban preparándose para su retorno a la escuela, pero sufrieron un percance al intentar hacerlo.

-El círculo de teletransportacion no está funcionando señora- dice Jan preocupada- algo interfiere-.

-No es posible...- responde Rebeca frustrada, ya que no habia respuesta por parte de la escuela- tendremos que llegar de alguna otra manera-.

Cuando Rebeca termino de hablar cayo de rodillas al suelo, tanto un sudor frio como palidez en su rostro se notaban.

-¡Señora! -grita Jan y los demas soldados que se encuentran a su alrededor, Jan preocupada se arrodilla para estar a su altura y comenzó a examinarla- sus reservas de mana estan por acabarse, tenemos que hacer algo o morirá-.

Rebeca cayo en brazos de Jan, apenas manteniendo su conciencia acerco la cabeza de Jan a ella.

-Defenderme de esa presion demoniaca fue demasiado para mi, ya no soy la misma joven hechicera que solia ser... asi que por favor, en mi lugar, salva a mi Reese y a los muchachos; no te lo pido como maestra sino como una abuela que necesita de ti, asi que, tienes... mi permiso de liberarte si es necesario- tomo de las manos a Jan con una expresion suplicante-.

-Entendido señora- responde ante el pedido con determinación- yo me encargaré de todo-.

En los terrenos de la escuela.

-Eres más débil de lo que me imaginaba- dice insatisfecho Dumah- me divertire un poco más- cuando terminó el enunciado corto una de las piernas de Franco-.

-¡Agh! - grito terriblemente Franco- somos demonios..., ¿Porque me atacas?- pregunta Franco con dificultad-.

-Yo no soy un demonio- dice en respuesta Dumah- soy un ser divino, así que no me rebajes, además atentaste contra nuestras vidas, teniamos que hacer algo-.

-¿Vidas? -cuestiona Franco- ¿Te importan tanto los humanos?

-Yo no me referia a toda esa escoria- dice Dumah- y no te debo ninguna explicación... ¿sabes? has tenido suerte que haya sido yo el que salió a matarte-.

Todo ese tiempo aparte del dolor Franco se preguntaba porque Dumah hablaba en plural, que mas ocultaba la existencia del principe.

De pronto un dolor cómo si estuviese siendo quemado vivo empezo a sugir de las heridas de Franco y sus extremidades empezaron a crecer nuevamente.

-¿Que es esto? -pregunto franco alterado- ¿me curaste?

-Si- dice Dumah con una sonrisa gentil- de otra manera moririas rapido -suspiro- y no seria divertido-.

Entonces empezó a balancear su guadaña de nuevo, y cuando estaba a punto de cortar a Franco, una espada lo detuvo.

-¿Quién?- volteo hacia hacia aquel que bloqueo su ataque sorprendido- ¿Quién eres tu?

-No te atrevas a siquiera dirigirme la palabra- Dumah cayo al suelo arrodillado ante la presion enorme- tú no eres digno de siquiera ver mi rostro, asi que, Abaddon, tu que eres mi fiel general, te espero pronto-.

-Si, mi su majestad- dijo una voz roncosa y distinta a la que habia salido del cuerpo de Sisai antes, no habia más ningun rastro de la presencia de Dumah por ningun lado-.

-Veo que aun no tienes el control sobre ese recipiente- dice Girard- espero que no me decepciones con la misión que te he encargado-.

Héroe o DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora