Capitulo XXIV. La prueba de Jadiel 1ra parte

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Tan pronto como la espada estuvo en sus manos esta se transformó en una lanza, esta media más de dos metros y tenía la marca de la familia Saint Trinity en su mango.

-No peleare contra ti, yo seré espectador al igual que la primera, dependerá de ti si puedes superar las adversidades que se vienen a continuación- dice Jadiel disgustado aún- así que regresemos a mis tiempos como el héroe- al terminar su frase chasqueo los dedos y todo a mi alrededor empezó a cambiar.

Paredes se movilizaron y empezaron a formarse cuartos donde yo estaba, adornos empezaron a formarse, muebles, ventanas y demás, estaba absorta en lo que estaba presenciando, y todo ese asombro continuo hasta que alguien llamó a la puerta.

-Entre- dije sin más, note que mi voz no era la misma, voltee hacia abajo y no traia la ropa que llevaba, tenía un atuendo antiguo además de que no era mujer si no, un hombre.

-Su majestad- dice la persona frente a mi- ¿se encuentra bien?

-No hay nada de que preocuparse Beatrice- al decir su nombre varios recuerdos que no eran míos llegaban a mi cabeza, esta persona frente a mi, pareciera que la conocía, pero no era posible que esta persona siguiera viva, Beatrice la gran reina madre y esposa de Jadiel Saint Trinity-.

-Querido- me miro con preocupación la reina Beatrice- se que no ha dejado de rondar tu cabeza la insistencia de guerra de los países vecinos, solo te digo que estaré de acuerdo contigo en lo que sea que elijas, siempre estaré a tu lado-.

-No se que haría sin ti- sentía que mi mirada se enternecia y no podía más que ver sus ojos.

De repente, el escenario cambió de nuevo, ya no me encontraba en ese despacho, estaba en un... funeral.

-Siento no haber podido hacer algo al respecto, Beatrice -salia de mi una voz tan profunda y llena de tristeza, intentando abrazarla y reconfortar a la pobre mujer a mi lado.

-No había posibilidad de... saberlo- dijo sin más- que nos quitaran a George, que asesinaran a un pobre e indefenso niño, no había posibilidad de saber... que llegarían tan lejos- nuevamente quebró en lágrimas al ver como se sellaba el mausoleo.

-Yo- salió de mi nuevamente, pero sentía esta vez que la rabia estaba consumiendo- no dejare que esto sea perdonado, acabare con los culpables y les dejaré ver que no debieron provocarme.

Todo se desvaneció tal cual, entonces recordé, que parte de la vida de Jadiel fue trágica al perder a su primer heredero, en esos tiempos las cosas no eran tan fáciles, las hostilidades por lo recursos entre los países provocaban guerras entre los humanos, olvidándose del enemigo en común, los demonios, ese niño fue asesinado por humanos, por eso nadie lo vio venir.

Volví a ver otro escenario, pero ahora llevaba una armadura y estaba en un campo de batalla, y estaba sosteniendo la espada de Viktorie en mi mano derecha y un escudo en la izquierda, sentía como atravesaba cuerpos con ella y era bañada en su sangre, todos humanos y entonces recibí el control total del cuerpo.

-Tu prueba- escuche su voz, la de Jadiel- comienza-.

Mi mente se bloqueó, entendía perfectamente el que debía ganar la batalla, pero eso era al costo de vidas, personas y dudé, dejé de moverme.

En ese mismo instante un soldado enemigo captó mi falta de movimiento y se encaminó a atacarme ferozmente, su movimiento de espada fue a mi parecer en cámara lenta porque lo siguiente que hice fue moverme hacia el lado contrario de su ataque y cortarle el brazo con el que blandia su espada.

Los gritos de agonía resonaban por todas partes, moviendo mi cuerpo apunte con el escudo hacia el cuello del soldado y le aplaste la traquea acallando los gritos, entonces mire hacia el próximo valiente que me enfrentaría.

Empecé a moverme, me sentía tan llena de odio e ira, que mataba a todo enemigo que cruzara mi campo de vista, la sangre escurría de mi espada y escudo, mi cuerpo se bañaba en ella y entonces llegue con su general, solo me vio y se quedó inmóvil por un momento; note el miedo en su mirada, recupereandose tomo su lanza y la apunto hacia mi.

-Asi que, vienes a terminar con nuestro disputa- dijo este burlonamente- para poder vengar a tu pobre hijito, para ello primero tendrías que derrotarme y después al resto de los generales, ¡el ejército de tu reino no se compara al nuestro!

-Los soldados dependen más de calidad a cantidad- solté sin mas, tratando de no caer en sus provocaciones- ¿que no ves que ya estoy frente a ti? Nada, ni nadie me detuvo y pronto... seras el próximo.

-En nombre de esta lanza sagrada que me fue entregada por el mismo papa, yo te matare, falso héroe- apunto hacia mi- ¡el honor será mío!

Este deseo de sangre, no es mio, es demasiado intenso para que un ser humano lo tenga, ¿que es lo que esta pasando?

Me acerque al hombre blandiendo mi espada en la mano derecha y posicionando mi escudo en la izquierda, corri en su dirección.

Lo primero que colisionó fueron mi escudo y su lanza, moviendo aparte su lanza, di un estoque con mi espada, en seguida el se movió con una precisión abnormal esquivandolo, utilizo el otro extremo de su lanza doble rasgo mi pierna y se alejo de rápido de mi.

-¿Creías que te enfrentaria con un arma normal? -rio este- esta arma al entrar en contacto con tu tejido, tu sangre, no dejara de buscarte y robar tu fuerza en combate, hasta que mueras-.

Lo mire, es un arma maldita, que el mismo papa le dio, tengo que terminar esto e indagar sobre aquello.

Sin decir ninguna palabra corri hacia el, había empezado el combate, cada golpe, con escudo, espada y lanza, era cubierto por su respectivo portador, lanzándome estocadas hacia mi rostro logro desequilibrarme por mi tardía al desviar con mi escudo. Con el otro extremo golpeo mi escudo lanzandolo lejos y logro enterrarla en mi pierna izquierda.

Pense que caería al suelo, pero solo sirvió para enfurecerme, tome la lanza y lo mire, en ese momento vio su equivocación, con la espada aun en mi mano derecha le corte un brazo izquierdo de tajo.

-¡Arg! -grito este ante la sangre que se despedía del lugar donde solía estar su brazo- ¡yo debo ganar! -intento recuperar su lanza pero fue inútil ante mi agarre, en el momento que lo saque del muslo le arrebate la lanza, y le corte el abdomen con la espada. Su miedo y frustración me dieron una alegría incomprensibles.

-Tu seras el primero en morir- le dije viéndolo tirado en el suelo- tu muerte servirá como ejemplo a tus compatriotas, nadie se mete con mi reino y menos con mi familia-.

-¡Monstruo! No deberías estar de pie, toda tu fuerza-.

-Eso no tiene ni el más mínimo efecto en mi, soy el heroe, mi único rival es el rey demonio, y creo que nunca tuviste la lealtad de esta arma, sin mas preámbulos, muere- clave la lanza desde su mandíbula y salio por la nuca, lo levante con la misma arma y me dirigi hacia el campo de batalla.

-¡Su líder ha muerto!-grite mienteas clavaba la lanza en suelo y el cuerpo colgaba de ella- y aquel que no se rinda tendrá una muerte lenta, tendré piedad de matar con rapidez a los primeros en rendirse, ¡sin piedad mis hermanos!

(No puede ser tan cruel, todo lo que estoy haciendo en este cuerpo, lo estoy disfrutando, ¿porque esta pasando esto?)

Guarde mi espada en su empuñadura y quite el cadaver de la lanza, la satisfacción que me había dado usarla de esta manera no podía describirla.

-Creo que he encontrado a mi compañera-.

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2020 ⏰

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