Cape Cod

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Al día siguiente vas al banco a retirar todo tu dinero después de la escuela.

Tienes el deseo de llamar a Shorter para ver si puede darte un indicio sin que se de cuenta. Tomas tu celular y empiezas a marcar pero te manda al buzón de voz.

Al cabo de unos minutos recibes una llamada de un número desconocido.

-¿Bueno?- Cruzas los dedos esperando que sea Shorter.

-¿_________? Soy Nadia...- reconoces al instante que si es ella.

-Hola ¿Qué tal? ¿Qué pasó?- De nuevo sentiste que te darían malas noticias.

-Solo para decirte que hoy en la mañana hablé con mi hermano. Me dice que están bien en el pueblo que te comenté. Se llama Cape Cod, está en Massachussets. Aún están ahí, y por lo que se estarán todo el resto del día.

-Gracias de verdad Nadia. Ya planeaba comprar el boleto a Los Ángeles por si acaso, sin saber si era el paradero.

-De verdad que te gusta...- suena feliz y cuelga.

-Si me gusta, y de hecho lo quiero.- Contestas sonriendo como si Nadia siguiera en el teléfono. -Y le tendré que decir pronto.

Checas cuanta distancia hay entre ese pequeño pueblo y tu ciudad. Ves que solamente son 3 horas de camino en auto pero no te llevarás el tuyo. Lo mejor es comprar un boleto de autobús y de ahí moverte a pie, taxi o bici.

Antes que cualquier otra cosa, decides ir a la tienda que ya conoces donde se pueden obtener muchas clases de sustancias, polvos e instrumentos de laboratorio para comprar los ingredientes que necesitarias para el viaje. Si llegara la ocasion de necesitar usar avion, tristemente se tendrian que tirar las cosas pero, de nuevo, es un riesgo que se deberia de tomar. 

Una vez que llegas, tomas una canasta y escoges todo lo que se necesitara: mercurio, ácido nítrico, cianuro y teofilina, un alcaloide estimulante del sistema nervioso central para poder hacer el captagon. Solo faltaría la anfetamina pero esa la comprarías ya estando en el destino. Despues de las compras, regresas rápidamente a casa y cargas tu mochila con las cosas que compraste, además de unos cambios de ropa, tu celular, unos tenis extra y una fotografía de tu familia... por si acaso.

Bajas para buscar a tu hermano, a esa hora ya debería estar en casa y lo encuentras en el comedor leyendo un libro.

-Edward...- piensas en que le dirás.

-¿Que paso? ¿Ya regresó tu novio?- Te dice sin despegar su mirada del libro.

Solo te quedas viéndolo directo a su persona y lo abrazas.

-Me estás asustando ¿Qué pasa?- Deja el libro a un lado.

-Necesito decirte algo...- Respiras hondo. -Tendré que irme un tiempo ¿Esta bien?

-¿A dónde iras? ¿Mis papás ya saben?

-No, no saben. Y no te puedo decir a donde... pero, me tienes que prometer que no intentarás buscarme. Te marcaré seguido para comentarte como estoy. Apoya a mis padres y...- en ese momento Edward te da una cachetada. Es la primera vez que hace algo así.

-¡Eres una estúpida! ¿¡Cómo que te irás sólo así porque si!? ¿¡Qué hay de nosotros!? ¿Porque te tienes que ir?- Reclama llorando.

-Hago esto para ayudar a Shorter. Pero te digo, volveré. Lo prometo...- mientes y eso te parte el corazón. No sabes si regresarás pero el amor que le tienes a Shorter es mayor que la razón que puedas llegar a tener o la lógica que tu cabeza llegue a procesar, incluso si eso te costara la vida.

Salvando a Shorter WongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora