ゃ | uno;

6.7K 579 178
                                    

¿Nunca les ha pasado que quieren tanto alguna cosa o alguien que haces lo que tengas al alcance para que esa persona o tu mismo, por haber conseguido lo que querías, este feliz? ¿Jamás? ¿Nunca les ha pasado? Bueno, para mi desgracia ese es el pan de cada día en mi vida.

Una triste, lamentable y patética vida.

Y solo hay una tonta razón para que eso sea así y es; Estoy enamorada de mi mejor amigo.

Ya lo dije lamentable, ¿no? El típico y estúpido cliché, pero ¿qué puedo hacer? Porque, dime tu, ¿cómo puedes dejar ese enamoramiento de hace aproximadamente nueve años? Si lo sabes estaría encantada de escucharte. Porque sé que fui y soy una tonta que tontamente se enamoró de su amigo cuando apenas tenía quince años.

No por nada le dicen la edad del burro.

Pero sinceramente eso no fue tan difícil de aceptar, lo difícil y espantoso fue que yo sabía, —muy en el fondo sabía—, que nunca me vería como algo más que su molesta amiga. Soy una masoquista y prefiero no prestarle atención a eso que, sabía yo, me hacía daño. Porque siempre tuve la esperanza que si hacia lo que él me pidiera me iba a ver con otros ojos.

¡Ja! Tan equivocada y ciega estaba, estoy, ¿donde esta mi amor propio? Hasta ahora no lo conozco.

Odio a todas aquellas personas que tuvieron la amabilidad de querer abrir los ojos a una idiota como yo, diciendo que él no era para mí, que solo me veía como una estúpida y tonta chica que haría lo que fuera por él. Esa chica patética que hacía todo lo que él le pidiera, esa que se humillaba y se sigue humillando por él, esa que sigue siendo una estúpida y deja su orgullo de lado por él.

Pero sobre todo me odio a mi misma, por ser como soy hasta ahora, por como fui antes y, lo peor, sigo siendo una chica patética.

Aún después de que él me haya confesado que era gay, infantilmente, no lo quise aceptar. No podía. Y me odiaba más por ello. Yo soy tan ingenua. Tanto que después de dos o tres semanas que había pasado su confesión todavía deseé que todo fuera una broma de él, que me llamaría pero no lo era. Mi amigo nunca me llamó, salvo para decirme lo ligero que sentía de al fin poder salir del closet ya que antes no pudo hacerlo.

Agh, estúpido JungKook por ser gay.

Y no, no estoy en contra de los LGTB pero no soporto, o simplemente no quiero aceptar, que la única persona que, tal vez, haya amado también gustara los de su mismo sexo.

Aún después de la cuarta semana cuando al fin estaba, intentando, aceptar su orientación sexual, JungKook me haya enviado un mensaje citandome a un café diciendo; Tengo algo que decirte, me emocione, mucho, como toda la ilusionada que era me fui a un salón de belleza a realizarme un nuevo corte para verme bien solo para él.

Dios esa es la razón por la que me castigas, ¿verdad? ¿Por ser una perdedora total?

¿Cómo demonios pude haber pensado que él me había citado porque iba a decir lo equivocado que estaba y que se encontraba tan jodidamente enamorado de mí, como yo lo estaba de él? ¿Cómo siquiera pude haber pensado tal cosa?

Maldigo el día en que fui al maldito café y me encontré a JungKook bebiendo de su chocolate caliente. Maldigo ese día cuando él me vio y me hizo de la mano para que me acercará. Maldigo ese día donde como todo perro fiel hace caso a su dueño fui hasta él. Maldigo el día cuando un precioso castaño entró al café y se haya acercado nervioso a la mesa donde nos encontrábamos mi mejor amigo y yo pero, definitivamente, maldigo ese día por haber visto algo que jamás vi en los ojos de JungKook, había un extraño y precioso brillo mientras miraba al castaño.

PJM ¦ SECOND OPTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora