Noa
Era viernes, hacía ya tres días de nuestra llegada. Esa noche, mi tía y Paul se iban a ir de escapada romántica durante el fin de semana.
—¿Seguro que estarás bien quedándote sola? —me preguntó mi tía un poco dudosa—Cariño, me sabe mal, acabamos de llegar, le puedo decir a Paul de posponerlo...
—Que si, tú no te preocupes por mí, estaré bien. Tu vete y disfruta.
—Bueno, si necesitas cualquier cosa, solo tienes que llamarme y en nada estoy aquí ¿De acuerdo? — se le veía un poco más animada por mi respuesta.
Aquella casa tenía de todo, dudaba que me aburriera. Me pasé la tarde leyendo, tumbada en el jardín y disfrutando de las maravillosas vistas que se podían contemplar desde allí. Me encantaba todo aquello, estar rodeada de naturaleza y tranquilidad.
Después de cenar decidí probar el pequeño jacuzzi que había en el baño de la primera planta. Nunca antes había estado en uno, me puse música y me relajé dejándome llevar.
Salí del baño con una toalla enrollada, cuando un movimiento me sobresaltó. Me topé con unos grandes ojos grises que me miraban. Eran profundos como el color del mar en invierno.
Había algo en ellos que hizo que me quedara hipnotizada. Un carraspeo hizo que me fijara en su boca. Tenía unos labios sensuales, deslicé la vista por él y me fijé en un cuerpo musculoso. Tenía el pelo corto y moreno. No sabía que me estaba pasando, me quedé embobada contemplando aquel tipo, hasta que empezó a soltar por aquella boca…
—¿Tú quién coño eres y qué haces en mi casa? —Su casa. Espera, ¿Su casa?
—Vaya, qué formas de hablar. Tú debes de ser Élet —Nadie me dijo que iba a volver aquel día, pero debía de ser él. Aunque nunca me lo hubiese imaginado con aquellas pintas de… como decirlo… peligroso.
—¿Cómo cojones sabes mi nombre? Y no has contestado a mi pregunta, ¿Quién coño eres? ¿Uno de esos rollos de mi querido padre? —¿Como que un rollo de su padre? ¿Me estaba tomando el pelo?
—¿Perdona? —No pude decir nada más.
—¿Eres cortita o qué? —uff, aquello me sacó de quicio. Quien coño se creía que era él para hablarme de aquella manera. Confundirme con un rollo de su padre y llamarme cortita. Sería su casa, pero en ese momento también era la mía.
—No soy ni un rollo de tu padre ni tampoco “cortita”. Soy Noa, la sobrina de Emily y ahora esta también es mi casa. Seguro que tu padre te ha avisado de que nos mudábamos, pero con lo imbécil que eres, igual no le has hecho ni puto caso —Dios, no sabía cómo había dicho todo aquello, esa no era yo, me salieron las palabras así de carrerilla. En aquel momento su cara cambió completamente, no se esperaba aquella respuesta, puso cara de sorprendido y luego de enfado.
Me puse bastante nerviosa al ver su cambio de actitud. Pero reuní todo el valor, me giré y continué caminando hacia mi habitación. Él venía detrás mía siguiéndome. Notaba como respiraba fuerte, estaba demasiado cerca. Parecía que cada vez estaba más enfadado. Pero antes de que pudiese decirme nada más, entré en mi habitación y le cerré la puerta en las narices.
Me alegré al ver que tenía un cerrojo y lo pasé. No me había dado cuenta de que estaba temblando. Apoyé la espalda contra la puerta e intenté tranquilizarme respirando poco a poco. No sabía que me había pasado, me hizo salir de mis casillas. Aquello no solía pasarme, tener agallas de actuar de aquella forma, ante un completo desconocido. Por un momento pensé que podía llegar a pegarme.
Ya eran las tres de la mañana y no podía parar de pensar, era imposible que Paul no le hubiese hablado de nosotras. Claro que sí, sí dijo que se lo tomó mal, por eso estaba en casa de un amigo. ¿Y de repente volvía a su casa y se pensaba que yo era un rollo de su padre? ¿Qué quiso decir con eso? ¿Qué Paul solía traerse muchos ligues a casa?
Me pase horas pensando en lo que dijo Élet. Esperaba que de ser verdad lo que dijo, fuese antes de estar con mi tía. Seguro que lo dijo porque estaba enfadado con su padre y que sabía perfectamente quien era yo. Por eso lo dijo, para picarme y que me rallara.
Me costó mucho, pero finalmente conseguí no pensar más en ello y quedé atrapada entre las redes de Morfeo. Quedé sumergida en una pesadilla que iba y venia durante toda la noche.
Todo a mi alrededor estaba muy oscuro, levanté la mirada y me encontré con un cielo negro, solo estaba iluminado por la luz de una luna llena.
¿Dónde estaba?
Parecía un bosque, pero nunca antes había estado en ese lugar. Un viento frio hizo que me estremeciera.
Empezaron a escucharse ramas romperse, parecía que alguien se acercaba. Empecé asustarme y a mirar a todos lados.
El sonido de un golpe me sobresaltó. “Plaf”
Ese sonido lo había escuchado antes, pero no sabía cuándo. “Plaf” otra vez el mismo sonido. Empecé a temblar.
¿Qué estaba pasando?
De pronto se escucharon sollozos.
—No, no, no, no, no… Otra vez no, por favor — dije en voz baja para mí misma.Otro golpe me hizo reaccionar y empecé a correr sin rumbo. No, no, no, por favor… No sabía dónde estaba, no sabía hacia dónde me dirigía. Corría mientras miraba a todos los lados.
¿Me seguirá? ¿Vendría por mí?
Cada vez corría más y más rápido, hasta que mi mirada tropezó con unos ojos. Aquello hizo que frenara de golpe. Mi corazón iba a mil por hora, mi pecho subía y bajaba muy deprisa. Estaba temblando. No podía quitar la mirada de aquellos ojos. Me había quedado paralizada.
Tenía todo su cuerpo escondido detrás de un árbol. Solo me dejaba ver sus ojos. Unos ojos de un color gris profundo.
**********
Holaa! =)
¿Qué os ha parecido el primer encuentro?
¿Y esa pesadilla? :O
Espero que os esté gustando ❤️Alba Morn
ESTÁS LEYENDO
SIEMPRE © (+18)
RomanceSinopsis: Noa es dulce y tímida. Élet es conflictivo e irritante. Dos almas opuestas, con un pasado desgarrador. ¿Pero qué pasará cuando el destino cruce sus caminos? Y cuando la verdad salga a la luz, ¿Serán capaces de perdonar? Una histora de amo...