CAPÍTULO 52

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Miró al bebé con mucha ternura, el pequeño se comenzó a sacudir lentamente y abrió sus ojos azules emitiendo pequeños gemidos. Sintió aquel instinto maternal que había sentido por Fede, nuevamente. Ella quería ser mamá también. Deseaba acunar a su bebé en su útero, dejarlo crecer, sentirlo, conectarse con él y luego acunarlo en sus brazos. Saldría adelante por la criatura, trabajaría doble si fuera necesario, pero quería al bebé.

-Gracias por cuidármelo -la madre del bebé apareció con una sonrisa en los labios y lo tomó con delicadeza entre sus brazos -. Ya se me ha hecho tarde, no podré tomar mi café -dijo tomando un sorbo de su café. Quitó dinero de su cartera y lo dejó sobre la mesa.

-Fue un placer, señora -sonrió Jenna.

-Deseo lo mejor para ti y que tomes la mejor decisión para ti, no importa cual sea lo importante es que tu te sientas bien con ella.

-Tendré a mi bebé -dijo contenta.

-¡Felicidades! -exclamó con alegría -. Serás una excelente madre, ya lo verás, querida.

-Muchas gracias, en serio. Espero que le vaya bien.

-Adiós -se despidió moviendo los dedos, sin despegar la mano del bebé, cogió su bolso y se marchó.

***

Alex estaba encerrado en su oficina con Zoey dentro. Estaba nervioso, sentado en su silla con las manos cruzadas sobre su escritorio.

-Por favor, habla con ella, ¡explícale que no hicimos nada! -gruñó.

-No puedo hacer nada, no puedo convencerla de algo y para ser sinceros a mi tampoco me convence su historia -Zoey se cruzó de brazos -. Si es verdad que su mujer enroscó las piernas en su cintura ¿Por qué se lo permitió?

-No lo sé, sólo se acercó a mi con los papeles del divorcio segura de que los firmaría -hizo ademanes violentos con las manos mientras le contaba nuevamente lo sucedido, sin nada de paciencia -luego comenzó a coquetearme, se sentó en mi escritorio tanteándome de que le diera un beso a cambio del divorcio y...

-¡¿Se besaron?! -exclamó escandalizada bajando los brazos con enfado.

-¡¡No!! -gritó poniéndose de pie -. Nunca caería tan bajo, déjame terminar; le dije que si vino a jugar podía volver por donde vino, me tomó del cuello de la camisa y me estiró hacia ella enroscando sus piernas en mi cintura e intentó darme un beso, cuando traté de separarme de ella la puerta se abrió, ¡¡JODER!! -gritó furioso tirando los papeles que se encontraba sobre el escritorio, entre ellos la carta de liquidación de Jenna.

Zoey se tomó la barbilla entre los dedos y se puso a analizar lo que le acababa de decir Alex, no le había contado hace rato los detalles.

-Hmm... bueno, a mi si me convenció con su historia.

-Eso fue lo que pasó. Y por favor, tutéame, que Ryan es como un hermano para mí, seremos literalmente cuñados.

-¿Qué? No, yo no estoy saliendo con Ryan -dijo nerviosa y un poco molesta, si Alex sabía significaba que Ryan hablaba de ella con él, que vergüenza -además ese no es el caso. Jenna es demasiado terca dudo mucho que quiera creer.

Alex se acercó a Zoey y le puso las manos sobre los hombros y la miró con cara de perro abandonado.

-Por favor, eres su amiga, trata de convencerla, seguro irá a tu casa porque no tiene ningún otro lugar a donde ir ya que no querrá quedarse más conmigo.

Zoey recordó lo que Jenna le había pedido, no decirle nada a Alex de que iría a vivir con ella a su casa o de lo contrario él iría a buscarla.

LA ASISTENTE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora