Luego de terminar el trabajo; archivar documentos, contestar correos electrónicos y organizar las reuniones, Jenna se dirigió al departamento de su novio casi a las diez de la noche, con quien vivía, él casi no se encontraba ahí, trabajaba hasta tarde en la misma empresa que ella pero en otro sector, como gerente. Realmente no tenían una relación de noviazgo, solo vivían juntos y mantenían relaciones sexuales.
Al abrir la puerta, todo estaba demasiado silencioso y muy vacío, él aún no había llegado, y lo más probable era que no llegase tampoco hoy; hace tres días que no sabía nada de él, ni siquiera si seguía vivo.
Se desnudó en la habitación dejando su uniforme sucio dentro de la cesta de ropa, tomó una toalla y se dirigió al baño, metiéndose en la tina de agua, en donde se relajó completamente. Estaba tan agotada. La situación en la que estaba viviendo le preocupaba bastante, no tenía una casa propia ya que sus padres habían muerto hace dos años atrás en un accidente automovilístico, dejándola sola con un montón de deudas que no pudo pagar y el estado le embargó la casa como parte de pago, dejándola en la calle, sin nada. Luego de aquello se quedó a vivir por un tiempo con su vecina, y luego conoció a su novio.
Apeas habían pasado veinte minutos de relajación cuando escuchó su teléfono de la línea exclusiva para las llamadas calientes sonar. Salió de la tina y se envolvió una toalla al cuerpo. Corriendo fue hasta el estudio en donde se encontraba el teléfono y con voz sensual saludó:
— ¿Buenas noches?
Esperó que la otra persona respondiera el saludo pero nadie habló y frunció el ceño y observó el teléfono en su mano pensando que estaba teniendo algún fallo. Pasaron aproximadamente cinco segundos cuando insistió de nuevo.
— ¿Qué pasa? —Preguntó con tono sensual — ¿El ratón te comió la lengua? —Rió suavemente.
Esperaba alguna risa tímida por parte del cliente, pero nada. La llamada se cortó. Enojada miró el teléfono y lo devolvió a su lugar.
—Idiota —Refunfuñó. La había hecho salir de la ducha para nada.
Se dirigió nuevamente al baño y se metió a la tina de agua, decidida a acabar con ese baño de relajación extrema. Luego de cinco minutos el teléfono sonó de nuevo. Gruñó levemente, parece que no iba a poder terminar hoy su baño, nunca la llamaban tan seguido. Entro al estudio y cogió el teléfono sentándose en el sillón de cuero, con la toalla cubriendo su desnudo cuerpo.
— Buenas noches —Saludó con el mismo tono sensual.
De nuevo hubo silencio, abrió la boca disgustada ¿acaso era la misma persona de hace rato? ¿La estaba tomando del pelo o algo parecido?
—Yo... —Habló suavemente un hombre —, disculpa, nunca había hecho esto antes. —Rió nervioso.
Esa voz se le hacía tan familiar a Jenna.
— ¿Soy tu primera vez? —Bromeó con picardía — ¿Cómo te llamas, cariño? —Indagó interesada, queriendo saber si era la persona que pensaba que era.
—Mi nombre no importa.
—Entonces te diré "bebé"
— ¡¿Qué... qué?! —Preguntó con sorpresa, elevando un poco la voz — ¡No quiero que me llames así! Es... patético.
—Es dulce —Exclamó —bebé —dijo sensual.
— Tengo que irme.
Jenna no alcanzó a decir nada más ya que él había cortado la llamada. Ella colocó el teléfono en su lugar y sonrió con picardía, ¡pero que bárbaro era el destino! Se le antojaba ponerle a Alex en su camino. ¿Él sabría que ella era Jenna, su asistente? Si ella pudo reconocerlo por la voz, ¿Por qué él no a ella?
Estoy muy feliz por recibir los comentarios y los votos de todas ustedes. Muchas gracias!!! Las quiero un montón :3
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LA ASISTENTE ©
Fiksi RemajaAlex es un exitoso empresario, millonario y casado con la mujer perfecta o eso creía hasta que la encuentra en su departamento teniendo sexo con su mejor amigo. Sin saberlo una llamada caliente reforzará la relación con su secretaria Jenna a la cual...