Alex es un exitoso empresario, millonario y casado con la mujer perfecta o eso creía hasta que la encuentra en su departamento teniendo sexo con su mejor amigo. Sin saberlo una llamada caliente reforzará la relación con su secretaria Jenna a la cual...
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Ryan estaba en estaba en su departamento, sentado en el sofá con el control de la televisión en su mano. Estaba pasando un documental sobre las marcas más famosas del pueblo Unido. Sus ojos captaban las imágenes que el televisor le propinaba pero su mente estaba en otro lugar totalmente diferente.
¿Se lo decía o no?
Aquella pregunta le había estado volviendo loco toda la tarde, hasta ahora, que marcaban las 22:45 de la noche. ¿Llamaría o no a Alex para contarle que su secretaria andaba con el bastardo que le traicionó? Si eso hacía, le causaría más dolor del que estaba pasando ahora mismo. Sabía que sentía algo por aquella empleada. También podía no llamarle, y dejar que vaya sintiendo algo más fuerte por ella para luego terminar igual o más mal que ahora.
Se frotó el rostro con las manos, frustrado. En la tele ahora mismo estaba dando espacio a los comercios publicitarios y noticiero del país. Aburrido. Levantó el brazo con el control en la mano dispuesto a apagar el televisor y acostarse cuando una noticia de último momento de un programa de chismes le llamó bastante la atención.
La cara de Angelina salió en la ventana del televisor; cubría sus ojos con unos gruesos lentes oscuros y su cabello ondulado caía a los costados de sus hombros, mientras intentaba zambullirse entre los paparazis que no dejaban de fotografiarla.
-Pero... ¿Qué mierda? -Murmuró sorprendido sin entender que hacia ella ahí.
La pantalla se dividió en dos, apareciendo al lado derecho la mujer rubia que siempre hablaba para informar de los escándalos; en la pantalla izquierda se observaba la imagen congelada de Angelina.
- ¡No te puedes perder el programa del sábado a la noche! -Exclamó la mujer con una ropa extravagante mientras caminaba de forma sensual a la cámara -; Angelina Harris, la futura ex esposa del flamante empresario Alex Forbes, no da su brazo a torcer -Dijo, sonriendo con picardía -. Imagínense ustedes -Señaló con el dedo a la cámara -, la sensual Angelina Harris ha comenzado su carrera como modelo. ¡No te lo pierdas! -Dicho eso otro comercial de zapatillas Nike apareció.
Ryan apagó el televisor y fue a acostarse no sin antes soltar un:
-¡Joder!
***
Eran siete y cuarenta de la noche, y Jenna corría de acá para allá sin saber que hacer muy bien con su pelo; recogido, suelto, trenza, bincha o moño. Tenía los ojos delineados de color negro, las pestañas bien pintadas y una sombra suave de color rosado claro al igual que los labios que tenían una pincelada rosada; lucía bastante natural.
El timbre sonó.
-¡Mierda! -Gruñó en voz alta.
Agarró la tela rosada que se encontraba tirada en la cama y lo lió sobre la cabeza, formando una bincha con un enorme moño al costado. El timbre volvió a sonar y ella gritó:
- ¡Un momento!
Se roció colonia para bebés en el cuello y se colocó los tacones rosados. Se dio un último vistazo al espejo de cuerpo entero, de la habitación; se veía hermosa.
Caminó de forma segura hasta la puerta, se planchó el vestido con las manos y respiró profundamente antes de abrir la puerta, con una enorme sonrisa, la cual, se fue borrando lentamente.
-Hola, Jenna -Saludó con una sonrisa maliciosa, Angelina, vistiendo un vestido blanco ajustado y con el brazo derecho recostado sobre el marco de la puerta.
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