Jenna sintió lastima por la situación, lo había estado deseando y fantaseando por tanto tiempo el "casarse" con Alex y ahora él se lo soltaba en esas circunstancias. Se quedó mirándolo sin expresión alguna; quería saltar a sus brazos y decirle que ella también quería casarse con él, pero algo no la dejaba y ese algo era "Angelina"; Emma y Roberts simplemente permanecieron en silencio al igual que el viejo chismoso que la había regado como a una planta.
-¿Sabes lo mucho que había estado soñando con este momento? -Jenna le sonrió con sinceridad mezclada con tristeza -pero tu propuesta no hará cambiar las cosas, no puedes comprobar la certeza de tu historia con simples palabras.
Alex suspiró y miró el techo con fastidio y luego a ella. -¿Cómo quieres que te haga creer en mi historia? Ya te he explicado mi parte y es la que cuenta -se encogió de hombros, restándole importancia al asunto. Ya estaba cansado de andar dando explicaciones a cada rato, él tenía un hijo enfermo que lo necesitaba, no podía seguir con los dramas. -; si quieres creerle a Emma... -la nombrada lo miró con los ojos bien abiertos, dispuesta a saltarle encima como una fiera -o a mi hermano o incluso a mi hijo -soltó una risa seca mientras jugaba con el pie en el piso -es tu problema, yo no puedo demostrarte lo contrario... ¿Cómo lo haría? ¿ir a buscarte a Japón?
-¿Japón? -cuestionó Jenna, confundida. No sabía de que estaba hablando ¿por qué Japón?
-Si, en lo de tu prima...
Jenna indagó entre sus recuerdos ¿Japón? ¿Japón? ¿en que momento le había dicho que iría a Japón? Había dicho tantas mentiras hoy que ya ni recordaba cual era cual.
-; además de eso tengo a mi hijo muriendo de cáncer, Jenna -dijo con dolor volviendo a mirar el suelo con una sonrisa triste. -. No puedo ir hasta tu puerta con ramos de flores, regalos y serenatas para hacerte cambiar de opinión teniendo que ocuparme de mi hijo y de mi empresa.
Nuevamente Jenna se sintió como una maldita hipócrita, realmente estaba esperando que Alex hiciera todo eso para hacerle creer su historia; que infantil. Todo lo que él estaba pasando y ella cargándole con más problemas innecesarios.
Era simple: no creerle y alejarse de él o creerle y permanecer a su lado con Fede y su futuro bebito.
Alex levantó la mirada hacia ella, con un nudo en la garganta, le dolía toda aquella situación, no quería perderla, no quería que se fuera de su vida en el momento que más la necesitaba. Soltó otro suspiro y sintió como la garganta le raspaba. -Si quieres irte no tengas miedo de quedarte en la calle, porqué te alquilaré un departamento, hasta que encuentres otro trabajo o si prefieres volver a la mi empresa.
Los ojos de Jenna se cristalizaron, él se estaba ofreciendo en pagarle el alquiler si se decidía ir de su lado. Él era un buen hombre, no había dudas de eso. Si decidía marcharse por no creer en su palabra, estaría perdiendo un gran hombre.
"Jenna deja los dramas por un momento" escuchó su voz interna hablarle.
-Me siento como una perra hipócrita -Jenna bajó la cabeza, avergonzada -. Te estoy causando tantos problemas por nada -su voz tembló, mierda, tenía unas ganas inmensas de llorar nuevamente.
Alex la miró por un segundo; Jenna estaba sufriendo con sus problemas internos y a él le dolía, no le gustaba verla mal. Se acercó y la tomó de la barbilla, levantándole el rostro y haciendo que sus miradas se cruzaran. Él se perdió por un momento en su mirada.
-Aún eres una "niña" -dijo con dulzura -pero puedes cambiar, puedes madurar y yo te ayudaré, pero solo si quieres cambiar realmente.
-No quiero que Angelina sea un problema entre los dos -confesó dolida, aún tenía dudas sobre lo que había visto pero necesitaba creer en su palabra.
ESTÁS LEYENDO
LA ASISTENTE ©
Novela JuvenilAlex es un exitoso empresario, millonario y casado con la mujer perfecta o eso creía hasta que la encuentra en su departamento teniendo sexo con su mejor amigo. Sin saberlo una llamada caliente reforzará la relación con su secretaria Jenna a la cual...