Alguien golpeó puerta del departamento de Alex.
Jenna apagó el televisor sin levantarse del sofá. Tenía las piernas flexionadas hacia su pecho con el control en la mano. Eran las diez y media de la noche y Alex se encontraba dándose una ducha. Los nervios se le bajaron al estómago haciendo un extraño ruido. Era Angelina que traía al niño y tenía que abrirle la puerta.
La puerta volvió a sonar.
Ella se levantó de un salto y caminó hacia la puerta, no podía dejarlos afuera, bueno, a ella sí pero al pequeñín no. Respiró profundamente al estar en frente con la mano sobre el pomo. Le daba nervios ver el rostro de aquella serpiente; giró y abrió de un tirón la puerta.
Ahí estaba Angelina, tan guapa como siempre. Si, si... que le cayera mal no evitaba que contemplara su belleza. Traía a Federick sujeto de la manita.
-Vaya... -habló lentamente Angelina, levantando la ceja derecha -. No sabía que trabajabas de empleada doméstica también.
Jenna se cruzó de brazos, molesta, esa mujer cada vez que abría la boca para haberle era únicamente para tirarle pestes encima.
-No, vivo aquí -forzó una sonrisa y la desafió con la mirada -. De todos modos no sería algo malo que trabajase como empleada doméstica para Alex ¿no? Digo, cualquier empleo es digno.
Angelina levantó la mano derecha haciéndole una señal de "stop"
-No me interesa ser sermoneada por ti, créelo -sonrió arrogante -. Y ya sé que vives aquí, chica tonta. Solo que no esperaba verte a ti sino a Alex.
Jenna simplemente bufó y bajo los brazos a los costados.
-Hola pequeñín -saludó al niño con una sonrisa dulce a pesar de tener a la malvada bruja parada en frente -, tu papá se está dando una ducha ¿Por qué no entras y lo esperas para que arrope? -le tocó la naricita con la punta del dedo índice.
Fede sonrió y afirmó con la cabeza en modo de respuesta, se soltó de la mano de su madre y la abrazó, despidiéndose de ella.
-Me divertí mucho contigo mami, buenas noches -bostezó, aun sin soltarla.
-También me divertí contigo, si tengo tiempo mañana vendré junto a ti, nuevamente -colocó sus manos sobre la pequeña espalda de su hijo.
- ¿En serio mami? -la miró, ilusionado, sin soltarla aún.
-En serio, corazón.
Fede rió alegre por haber sido llamado "corazón" por parte de su madre y por la magnífica noticia de que vendría mañana.
-Te quiero mami.
-Te quiero -contestó ella besándole el cachete. Recordó que estaba parada frente a la empleaducha y se reposicionó -. Vamos, adentro, vete a acostar ya -sacudió las manos hacia adelante, echándolo del lugar.
Fede simplemente se marchó riendo. Sabía que su mami le quería tanto como él la quería a ella.
Angelina simplemente se giró y se marchó de ahí.
-Amm... ¿adiós? -murmuró Jenna mirándola marchar.
Cerró la puerta y se dirigió al sofá en donde yacía el niño sentado con la cabecita reposando sobre el brazo interno del sofá. Cuidadosamente se acercó para mirarle la carita, tenía los ojos cerrados.
-Tan pronto te quedaste dormido... -dijo con ternura y le acarició la cabeza muy suavemente para no despertarle.
Tan lindo y pequeñito que era el hijo de Alex. Su corazón se derretía de ternura cuando lo veía o pensaba en él. Ansiaba que su enfermedad desapareciera y que pudiera crecer.
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LA ASISTENTE ©
Novela JuvenilAlex es un exitoso empresario, millonario y casado con la mujer perfecta o eso creía hasta que la encuentra en su departamento teniendo sexo con su mejor amigo. Sin saberlo una llamada caliente reforzará la relación con su secretaria Jenna a la cual...