저녁 식사
"¿esto es una puta broma?" es lo primero que pregunta Changbin mientras que arruga la nota, los labios de Felix tiemblan y niega constantemente con la cabeza. "¡joder, habla! tienes como veinticinco putos años pero no puedes decir ni una palabra."
"l-lo s-iento..." se disculpa mientras que aparta la mirada, y como era de esperarse. comienza a llorar dejando que esas gruesas lágrimas caigan directamente hacia el suelo.
"joder, deja de llorar." escupe casi con asco y da un paso hacia atrás. "no estoy para bromas, me largo."
Changbin está dispuesto a caminar, sin embargo, la puerta se cierra de golpe logrando que se detenga y puede escuchar a sus espaldas un lloriqueo del más pequeño para después sentir unos brazos rodearle su cintura y las lágrimas ensuciar su espalda.
"p-por f-favor. no me dejes, t-te l-lo su-suplico por favor." se aferra de una manera casi exagerada al cuerpo del pelinegro, logrando que el corazón de Changbin reciba una punzada. "h-haré lo q-qué tú-tú quieras ¿s-sí? so-solamente no me dejes. ¡por favor!"
"dios" el pelinegro a duras penas pudo girarse pues Felix no estaba dispuesto a romper aquel abrazo que necesitaba desde hace tiempo. "¿cómo es que ya estás muy grande y aún pareces un crío?" pasó sus delgados brazos por encima de los hombros de contrario y lo atrajo aún más a él, recargo su quijada en su cabeza y comenzó a la labor de consolar al chico de cabello decolorado. "tranquilo, Felix. no voy a dejarte, loco."
"g-gracias." responde finalmente, dejando de llorar.
"por favor, dime que todo lo que leí fue una muy mala broma ¿sí?" pide nuevamente Changbin, sin embargo Felix se aferra aún más a él. "que puto miedo, joder."
"s-se que da mucho miedo y aterra." su voz es bajita, como si quisiera que nadie lo escuchara. "p-pero si sigues las órdenes, nada malo te sucederá, te lo prometo."
"¿hay algo qué más deba saber?" pregunta, pues una parte muy grande de él pedía que saliera corriendo pero otra le decía que no podía dejar solo a ese chico, se veía tan frágil y delicado entre sus brazos, que temía que algo le pasara si se iba corriendo. está vez... no podía ser tan cobarde como para irse.
Felix asiente lentamente y comenzó a apartarse de él.
"a-a la hora de la cena, s-solamente ve tú p-plato. no importa que pase, solo ve tu plato."
el pelinegro tragó y asintió lentamente, procesando todo. quería irse pero cada vez que miraba como el cuerpo del más pequeño temblaba, se negaba. no era tan bestia para poder dejarlo solo en un lugar como ese.
"de acuerdo, puedo cumplir las reglas." le sonríe finalmente. "por cierto, mi nombre es Seo Changbin, seré tu niñero de una semana."
y Felix soltó una risita, asintió, entonces después del incomodo pero gran momento, el pelinegro se dispuso a ver la habitación.
había una gran cama donde perfectamente podrían caber incluso tres personas pero en los pies de esta, había una cama y a tal estado que estaba era como si se tratara de un perro quien dormía ahí.
"Changbin hyung, us-usted duerme en esa cama" su dedo tembló, señalando la cama grande. "y-yo a-aquí." y efectivamente, señaló la cama del suelo. "l-la c-ena es l-la que usted g-guste."
"¿por qué no dormimos en la misma cama?" interrumpe el pelinegro mientras que mira el perfil de Felix. "y no me llames hyung, ¿qué edad tienes?"
"veinticuatro, hyu... oh lo siento, Changbin."
"pues solo soy mayor por cuatro años, no debes de decirme hyung." aparta la mirada. "bien, me dijeron que la hora de la cena es a las 9:00 pm, ¿quieres que la preparemos?"
"¡s-sí!" asistió emocionado.
Changbin giró sobre sus propios talones y se dispuso a caminar, abrió la puerta y dejó que primero pasara Felix. y él pudo jurar que en el pasillo contrario, vio lo que parecía ser un... ¿niño?
"n-no l-le mires, si es que él no te llama." Felix toma su mentón y le hace girar la cabeza. "a ninguno de ellos le mires."
Changbin apartó la mirada y evitó por cualquier cosa mirar hacia aquella dirección, sus piernas temblaron pero con una postura recta siguió caminando, sintiendo como una mirada al final del pasillo, le seguía, exactamente a él.
"n-no m-mires, n-nunca v-veas atrás t-tuyo. ni siquiera gires si escuchas tu nombre, puede ser que alguien nunca te llamo."
Changbin asintió lentamente, definitivamente, no podía dejar solo a Felix en ese lugar. pues pareciera que siempre están; viéndolos. ambos caminaron hacia la cocina y Changbin se dispuso hacer la cena, que consistia en unas verduras al vapor junto con pequeñas frutas picadas y como ordenaba la dichosa lista, hizo las siete cenas. colocando perfectamente los cubiertos con los vasos llenos de agua y los platos acomodados de manera casi perfecta.
y como las reglas decían, Changbin se sentó enfrente de Felix.
justamente a las 9:00pm, Changbin sintió como a lado de su lugar, se movió la silla y por el rabillo del ojo, notó unos grandes ojos negros, mirándolo. tembló, y siguió las órdenes de Felix, mirar el plato y comer. en ningún momento miro a la persona -si es que era una persona- le miraba, sin tocar la comida, y cuando el pelinegro estuvo apunto de acabar sintió como aquella persona tocó su pierna.
sus manos temblaron pero siguió comiendo normal, dada las 10:00pm, vio nuevamente por el rabillo del ojo como aquella persona corrió la silla dejando un sonido sumamente ensordecedor a su paso, camino dado la vuelta al comedor para después dejar salido un (si se podría describir así) un tierno, gentil y sumamente agudo;
"gracias Changbin."
y subió corriendo las escaleras, dejando una risita al final.
"d-de n-nada." tartamudea y alza la mirada donde Felix le sonríe abiertamente.
"a él le caíste bien." le informa, se levanta levantando los platos y como portaba unos cortos shorts, pudo ver un hematoma, se pudo dar cuenta que,.. estaba en el mismo lugar que el niño le había tocado la pierna. "¿te ayudo?"
"tu pierna, ¿eso pasó ahorita?"
"n-no lo c-creo." le sonríe y procede a levantar los trastos, se detiene y toca la puerta dos veces, se escucha un golpeteo que le indica que puede pasar.
"Felix." le habla, pero el contrario ya se había marchado.
soltó un suspiro, todo lo que comenzaba a suceder, lo tenía aterrado. unos golpecitos en la ventana, lo hicieron girar y entonces, lo vio.
"¿quieres jugar conmigo, Changbin?"