Emma ya estaba dormida y mis padres acababan de irse a su cita. Elsa estaba sentada sobre la cama, observando mis expresiones, mientras yo leía las cartas y notas de los médicos. Aún no le decía acerca de mis sospechas de que Kyle era su hermano, lo que era lo mejor por ahora. Al terminar de leer los últimos informes, dejé la carta junto con las demás y miré a Elsa, quien me miraba expectante mordiéndose el labio inferior.
—Bueno... Si, yo creo que lo que me dijiste antes de dormirte es cierto. Ahí decía que era posible que los recuerdos volvieran de a poco, pero si aún no recuerdas nada...
—No lo sé... Prefiero creer eso por ahora. Además, en una dice que he tenido más pérdida de memoria que esa vez.
—Bien. Quedémonos con esa conclusión —le sonreí y me senté junto a ella.
Ella me miró y vi una pequeña sonrisa aparecer en sus comisuras.
—¿Dónde encontraste todo esto?
—Ehh... Fuí a mi casa...
—¿¡Qué!? —pregunté exaltado.
—No, él no estaba... Sé sus horarios. Me obligué a mi misma a aprendérmelos. Fuí hasta allí por los libros de mi madre... Bueno, ahora no estoy muy segura si de verdad me los leí por las noches, quizás era mi padre quien lo hacía y en cuanto comenzó a golpearme me metió en la cabeza que era mi madre quien lo hacía. Los agarré y vi las cartas. Volví aquí para que no descubrieran que me había ido —suspiró, agachando la cabeza.
No dije nada, sólo le tomé la mano y la dejé junto a las mías. Ella respiró entrecortadamente, intentando no llorar. Sabía que ahora estaba muy confundida con todo esto, pero yo por ahora no podía hacer nada.
—¿Jack? —preguntó de repente, volviendo a mirarme. Alcé la cabeza, esperando a que dijera algo más—. ¿Podrías... besarme... como lo habías hecho antes?
Me sonreí a mí mismo al descubrir que era muy inocente y tímida respecto a ese tema, pero no vacilé y la besé, pasando mis brazos por detrás de su espalda y apegándola a mí. La vi cerrar los ojos y, en cuanto lo hizo, también los cerré. El besó continuó hasta que ninguno de los dos tenía oxígeno en sus pulmones y por ello, nos tuvimos que separar. Maldita necesidad de oxígeno.
Elsa me miró, antes de acercarse a mí y volver a juntar nuestros labios. El beso comenzó a tomar un ritmo algo... diferente. Me aparté, jadeando.
—Elsa...
—Jack... Yo quiero... —la vi sonrojarse. Escondió su cabeza en el hueco que había entre mi cuello y hombro. Reí y le acaricié cariñosamente el cabello.
—¿Estás segura?
Asintió, aún sin mirarme. Puse ambas manos en sus hombros y la llevé hacia atrás, recostándola sobre la cama. Ella me miró, sonrojada aún, mientras me quitaba la camisa que llevaba dejando el torso al descubierto. Me recosté sobre ella, con cuidado de no poner todo mi peso sobre su delicado cuerpo. Besé sus labios cortadamente antes de bajar para besar su cuello, sintiendo su sabor contra mi boca.
(...)
Me estremecí en cuanto sentí sus labios sobre mi cuello, succionando y lamiendo allí. Con manos expertas me quitó el chaleco y la remera luego de apartarse, dejándome solo en ropa interior de la cintura hacia arriba. Él volvió a fijarse en mis cicatrices unos minutos antes de mirarme a los ojos. Sus ojos azules se conectaron a los míos.
Me besó fugosamente la boca mientras recorría toda mi espalda y vientre con las manos. Introdujo su lengua dentro de mi cavidad bucal, uniéndose con la mía en una guerra que parecía no tener fin. Buscó el broche de mi sostén para soltarlo y dejarlo caer junto con lo demás. Se apartó para mirarme a los ojos y acariciar mis pechos con sus manos. Comencé a jadear más de lo que ya lo hacía.
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Sálvame (Jelsa) ||Adaptada|| •TERMINADA•
Mistério / SuspenseElsa Arrendelle sólo desea escapar del mundo en el que vive: de la escuela en donde es víctima de crueles burlas y de su casa, que es cuando Agnarr, su padre, descarga su rabia y frustración en ella. No tiene el valor para irse, por lo que cada día...