- No quiero ir a la escuela.-
Eric Theodore Cartman, un adolescente de 17 años, se había mudado junto a su madre hacía unos días a un pueblo de Colorado llamado South Park. Era su primer día en su nuevo instituto.
- Cariño, sé que es difícil para ti ahora – Liane, su madre, tenía 35 años. Había luchado durante mucho tiempo para encontrar un lugar mejor para ellos dos. Le hablaba con esa suave y dulce voz que siempre poseía para su hijo; incluso cuando estaba enfadada, aquel amor que se podía palpar en sus palabras no desaparecía.- Pero esta es una nueva oportunidad que no puedes desaprovechar. Nos hemos mudado por nuestro bienestar. –
- Se reirán de mí. –
Liane lo miró preocupada, y le acarició su castaño cabello.
- Cielo, nadie se va a reír de ti. –
- Claro que sí. Te lo aseguro. –
- ¿Por qué iban a reírse de ti? –
Su hijo no contestó a su pregunta.
- Tú eres uno más como ellos.-
Para ella era uno más como los demás en la escuela, y el mejor y único en el mundo.
- No quiero ir, mamá, por favor... deja que me quede hoy en casa. Prometo ir mañana. No me siento preparado. –
Liane suspiró, mirando a su hijo con preocupación. Sabía que para Cartman no había sido fácil seguir adelante desde que, prácticamente, tenía uso de razón. Justo desde que empezó a preguntarle a la temprana edad de cuatro años dónde estaba "papá".
- Dulcecito, tienes que ir. Es tu primer día de colegio. Estoy segura de que si te presentas con propiedad y eres amable y generoso harás muchos amigos. –
- Exactamente, ahí está el problema. –
- ¿Y cuál es el problema? –
- Que no soy ni "amable" ni "generoso". –
Ella torció un poco aquellos labios color carmín desde tan temprano, y se levantó, dirigiéndose a la cocina para terminar de prepararle la cesta de la comida: un bocadillo, soda, un zumo, peditos de queso y chocolate. Por si se quedaba con hambre, también le pondría una hamburguesa bien calentita y dos sopaipillas.
- Pues tendrás que serlo.-
Le dejó la cesta encima de la mesa, frente a él, con una expresión más serena.
- ¡Pero mamá...! –
- Ni peros ni peras. – Se cruzó de brazos.- Eric, si no tienes voluntad nunca harás amigos. Tienes que poner de tu parte. –
- No necesito amigos...-
- Todo el mundo necesita a alguien en algún momento. –
- ¡Pero yo te tengo a ti! Con eso me basta.-
Ella sabía que su hijo, otra vez, estaba intentando manipularle emocionalmente. Cartman era un perfecto estratega en eso cuando quería salirse con la suya y ella se daba cuenta, porque no era normal que él le dijera cosas bonitas excepto cuando quería algo a cambio. Le acomodó bien la chaqueta roja, le peinó un poco los cabellos suaves que le asomaban por debajo de su gorro celeste y le entregó el almuerzo.
- Vas a llegar tarde. El autobús está a punto de llegar. –
- P-pero mamá... -
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**~Cuando Llores por Mí~**
FanfictionEric Cartman, un chico nacido en Los Ángeles, acaba de mudarse a un pueblo de Colorado llamado South Park en busca de una vida mejor. Lo que nunca pensó es que, allí donde iba, las cosas podían ser peores. Donde sufriría acoso escolar, por parte de...