- ...No viniste. –
Aquellas terribles palabras se habían repetido como el pulso de su corazón en el oído, el que le hacía un eco insoportable en la cabeza, acelerado, aturdido. No podía dejar de mirar aquellos ojos, tan profundos que llegaba a perderse, pero que en su interior escondían la maldad más rebuscada y retorcida. Su cuerpo se había paralizado: las manos en su bolsa del colegio, su cuerpo ladeado, su rostro congelado por el miedo.
Y mientras, el ángel malévolo caminaba hacia él, cada vez más cerca... lentamente.
La saliva cayó por su garganta haciendo un fuerte ruido. Había cerrado la puerta tras él, y ahora se encontraban completamente solos los dos. Lo primero que se le vino a la cabeza, era que lo quería matar. Ante aquel terrible pensamiento, movido por el miedo, comenzó a dar pasos hacia atrás, en el intento de alejarse de esa mirada que taladraba su mente. Pero no pudo seguir avanzando; la pared se lo impedía, y ahora ya no tenía ninguna escapatoria.
- Me estaba preguntando... - Su hermosa voz se perdió entre los muros de aquel habitáculo, pero fue a parar directa en su oído, como un encanto. – Por qué no me tomaste en cuenta. –
Quiso hablar, pero sólo se le movieron los labios.
- ¿Algo que decir...? –
Los iris fríos volvieron a posarse en los suyos, de los que rebosaban un miedo incontrolable.
- ¿Nada? –
Intentó no llorar.
- Yo creo que sí. –
Finalmente, lo alcanzó.
Cartman cerró fuertemente los ojos esperando el primer golpe... pero no hubo golpes. En cambio, una sensación de agobio y calor comenzó a recorrerle entero al verse aprisionado entre aquella fría pared y el cuerpo de ese ángel, que ahora, lo mantenía acorralado. Giró la cara con los ojos todavía tan cerrados como su propia fuerza se lo permitía, incluso sin darse cuenta, estaba aguantando la respiración. Pero el calor que emanaba de su cuerpo lo hizo jadear con suavidad... algo que no pasó desapercibido ante Kenny.
- Dime... ¿Dónde estabas ayer? – Tomó su rostro con una mano, obligándole a que lo mirara, mientras mantenía el brazo firme con su mano apoyada en la pared para que Cartman no pudiera huir.
- N-no te importa... - Le traicionó su anhelo de ser valiente.
Entonces, el ángel retorcido hincó una rodilla entre sus piernas para terminar de inmovilizarlo. Se acercó más a ese cuerpo víctima de sus intenciones ocultas, le encantaba escuchar aquellos quejidos reprimidos.
- V-vale... v-vale... - Susurró Cartman, aún con los ojos cerrados, el rostro nuevamente ladeado, casi entregado. – E-estuve... en casa... -
- ¿Todo el día? –
Asintió.
- ¿Por qué me mientes? –
Esa pregunta le golpeó de lleno, provocando que su mirada temerosa se encontrara con aquella afilada que esperaba una explicación. ¿Acaso sabía lo que había hecho todo el día...?
- Creo recordar... - Su rodilla se clavó más entre sus piernas, haciendo así que el menor apretara los dientes para que no le escuchara gemir del miedo – que te dije que no quería que me mintieras. –
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**~Cuando Llores por Mí~**
FanficEric Cartman, un chico nacido en Los Ángeles, acaba de mudarse a un pueblo de Colorado llamado South Park en busca de una vida mejor. Lo que nunca pensó es que, allí donde iba, las cosas podían ser peores. Donde sufriría acoso escolar, por parte de...