Paseo a la tragedia

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Estuve escogiendo mi ropa por unos minutos hasta encontrar la adecuada, pasé de mi ropa de prisionero naranja café a un vestido azul cobalto con detalles del mismo tono pero más oscuros, zapatos negros y una chaqueta. Estoy lista.

Estuve en mi cama leyendo un libro y comiendo mi jalea hasta escuchar a mi guardia diciendo que era hora de salir.

Arreglé mi cabello y me puse un cintillo azul, tomé mi libro y bajé junto a Harry y mi guardia hasta un mini-bus, escogí los asientos delanteros para mí y Harry, ya que el conductor era el amable guardia.

Estuvimos en la carretera por unos 15 minutos aproximadamente hasta entrar al pueblo.

Paramos en la primera avenida del pueblo, a una feria artesanal.

—Okay, niños, tienen tres opciones, irse con el guardia Roy a comprar comida, la guardia Tamara a caminar a la otra avenida cercana o quedarse conmigo a ver la feria.—

Yo, Harry y dos chicos más nos quedamos en la ferie viendo, a los tres minutos los demás guardias con sus grupitos de chicos desaparecieron en la distancia.

—Catherine, mira, un camión raro..— Dijo apuntando a un camión que iba camino a una gasolinera.

—Sí que es raro... Es gordo.— Dije riendo.

—No se acerquen, chicos, no quiero que nada les pase.— Dijo el guardia.

—¡Mira, el camión está acercándose a la gasolinera, vamos a ver!— Dijo uno de los dos otros chicos que estaban junto a nosotros, tomando de la mano a su acompañante y lléndo a el camión.

—¡Señor guardia! ¡Se están acercando al camión!— Dijo Harry corriendo a agarrar a los chicos, el camión estaba apunto de chocar con la gasolinera vacía.

—¡Harry, no te acerques!— Grité.

—¡Nos van a castigar!— Dijo tirando a uno de los chicos a la calle donde estaba yo.

—¡Harry! ¡Ven ahora mismo!— Dijo el guardia, acercandose a Harry el cual estaba intentando alejar a otro chico del camión.

—¡Señor, no!— Grité viendo al camión estrellarse en uno de los tanques de gasolina de la gasolinera y explotando al instante, ya que éste estaba lleno de productos inflamables y chocar con una gasolinera y empezar una flama era letal.

—No puede ser-— Dijo Harry, lo cual fue lo último que ví que pudo modular antes de ser cubierto por la ola de humo y fuego.

Intenté agarrar el brazo de mi guardia para alejarlo, y cuando un trozo de fierro enorme en llamas se nos acercó gracias a la explosión, abrazé a mi guardia y éste a mí.

Estuvimos así por lo menos por 5 segundos, alzé mi mirada, pensando en que todo terminó, pero no fue así.

Algo estaba alejando el humo y trozos de todo de nosotros, una extraña fuerza que no podía verse.

Alejé a mi guardia y al único chico sobreviviente de la calle del accidente, sin apartar la mirada de la explosión, de Harry.

Luego se unos minutos, cuando una ambulancia, un camión de bomberos y autos de policías llegaran, no pude quitar la mirada del lugar.

Sentí algo correr por mis mejillas, estoy llorando por primera vez en años. ¿Esto es como se siente tener que seguir viva cuando pierdes a alguien preciado? ¿debí verlo morir? ¿debí ver su cadáver?

—No... Harry...— Me susurré a mí misma, agarrando el cuello de mi vestido y volviendo mi mano un puño, sintiendo que ya sin fuerzas mis rodillas y pies tocaban el frío suelo.

—Catherine, no llores, sé que es una gran pérdida para tí, y to tengo que cargar con toda la culpa ahora... Y odio verte triste.— Dijo el guardia tocando mi hombro.

Con la mirada borrosa por mis lagrimas pude notar grupos de gente corriendo a ver el accidente, entre docenas de gente estaban los dos guardias con sus grupos de niños, debieron escuchar la explosión y los servicios de emergencia llegar.

—Debemos volver. Suban al mini-bus.— Dijo la única guardia mujer.

Seguí llorando, ví a los bomberos apagar las llamas y a los policías alejando a la gente del lugar, pero ví algo muy impactante, una ambulancia estaba inspeccionando un bulto en el suelo, algo cubierto con algo encima y un charco de sangre alrededor.

Parecía ser el cadaver de el chico que causó la muerte de Harry, no puedo describir cuanto odio y rencor tengo hacia ese chico ahora.

Harry, por tener que ir a salvar a un asesino, tuvo que morir de forma tan trágica, no es justo...

Noté a mi guardia hablando con un policía y escuché un poco de la conversación.

—Sabemos lo que tiene que soportar, señor, pero no es su culpa lo ocurrido. Y si se hubiera acercado hubieramos lamentado el doble, su vida ahora es muy importante.— Dijo el policía.

—Pero yo estaba encargado de cuidarlos, yo estoy quedando como culpable ahora, yo traje pequeños a un paseo, y ahora volveremos con dos pequeños menos.— Respondió.

No pude escuchar más, algo me empezó a hablar desde el fuego, una voz masculina, de niño.

"Catherine, no cargues la culpa, de todos modos no estás sola y no lo estarás, tu amigo te visitará." Escuché.

Después de unos segundos viendo el fuego y secando mis lagrimas dejé de escuchar la voz y me fuí al minibus con el guardia, ¡¿este día podrá empeorar?!

Las cadenas del EspacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora