Un misterioso nuevo rostro que descubrir

0 0 0
                                    

(Un mes después, el día antes de la fiesta de cumpleaños de Alek)

El tiempo pasa muy rápido... Pero me gusta, porque por lo menos tengo alguien con quien pasarlo.

Estuve pensando en la fiesta de Alek, en un vestido y un regalo, hasta que llegué a la conclusión que le regalaría un videojuego para su consola, InFamous: Second Son, me comentó hace un tiempo que quería el juego.

Mi vestido es bastante simple, ya que soy bastante pálida me van bastantes colores, pero esta vez será un vestido rosado ciruela, casi pasando a gris, sé que al describirlo no suena muy bonito, no soy buena explicando pero me gusta.

Es bastante normal, tiene un cinturón grueso ligeramente más claro que el tono del vestido, no pasa más que mi rodilla, de hecho es bastante corto... Detalles.

El día anterior estuve probando peinados y otras cosas.

Dormí bastante durante la noche y soñé con otra figura extraña. Hace un mes que no sueño con figuras, pero ahora parecieron volver.

Esta era una figura de un chico de por lo menos 13-14 años, bastante atractivo pero no de mi gusto.

Estaba frente a él y no pude ver muy bien, estaba borroso y parecía que en cualquier momento yo iba a desmayar.

Lo último que alcancé a ver fue que el chico, de alguna forma, me atrajo al frente de el, y repentinamente me sentí inmovilizada y veía como el chico acercada su rostro a mí mientras sonreía de forma traviesa y ligeramente seductora.

Antes de que nuestros rostros se pudieran encontrar desperté, algo molesta porque el sueño me produjo curiosidad.

Bueno, necesito salir a trotar, mi guardia salió a trabajar hace un rato y necesitaba ejercitar mis piernas.

Me coloqué mi ropa deportiva, una polera bastante suave que tenía un mensaje en inglés, "Lovin' U", unas calzas-pantalón bastante utiles, zapatillas para correr y una mini coleta para que el cabello no me estorbara.

Preparé mi música en mi celular y mi botella de jugo energético y salí a correr.

Durante el camino ví a un chico leyendo en una banca, notó que lo miraba y me sonrió exactamente igual a la figura del sueño.

Al ver su mirada de vuelta volteé y seguí mi camino. No quería problemas ahora.

Volví a mi casa a la hora de almorzar, la fiesta era a la noche. Entonces debía comer algo, bañarme, vestirme, arreglarme, tomar el regalo e irme.

Luego de hacer todo eso salí en camino al salón de eventos del lugar donde vivo, en el camino encontré a Alek y lo saludé.

—Wow, Catherine, te ves hermosa.— Dijo sonriendo.

Me sonrojé un poco por el comentario y estiré la mano con el regalo. —Gracias... Ten tu regalito, Alek.—

—Gracias, pequeñuela, ¿entramos? Necesito que conozcas a alguien.— Dijo tomando mi mano.

—¡Como quieras! ¿Quien es-?— Dije antes de parar en seco cuando Alek me puso frente al mismo chico del sueño y de la banca.

—Catherine, te presento a Christian. Christian, te presento a Catherine.— Dijo Alek sonriendo.

Me quedé viendo al chico por unos segundos y luego comencé a mirar el suelo, temblando.

¿Qué pasa con esto? ¿Por qué lo he visto tanto?

—Buenas noches, Catherine, Alek me ha contado mucho de ti, una de esas cosas es que eres una chica con la que uno puede encariñarse muy rápido y que la combinación en tus ojos es muy hermosa.— Dijo el chico.

Noté que Alek se sonrojó un poco al escuchar la primera cosa que pensaba de mí. Al igual que yo.

—Pues, es un gusto, espero que podamos ser amigos.— Respondí sonriendo.

Parecía ser él quien ví en el sueño.

Luego de eso Christian se fue a otra esquina.

Durante media fiesta no pude sacarlo de mi cabeza, hay muchas coincidencias.

Alek me miró y me preguntó algo.

—¿Qué pasa, Catherine?—.

—Oh, nada, ¿por qué preguntas?— Respondí saliendo de mi mundo de pensamientos.

—Estas muy pensativa, y estuviste sonriendo como idiota, ¿acaso eres ese tipo de chica?— Dijo tomando dos vasos de bebida y pasandome uno.

—N-No...— Respondí.

—Bueno, parece que tu y Chris serán buenos amigos.— Dijo sonriendo.

Le sonreí de vuelta.

—Eso espero.—.

—Dudo que lo hayas visto por aquí desde tu llegada, estuvo fuera del país por un tiempo y no lo había visto por 5 años, el siempre fue un año mayor que yo. Me dijo que iría a nuestra escuela y clase.—

—¡Qué bien!— Dije, y luego me autosusurré: —Hay algo extraño en ese chico, necesito conocerlo mejor.—

—Uhm... Catherine, ya que pasado mañana tenemos clases... ¿Podemos vernos a la tarde? Necesito... Mostrarte algo.—

—Oh, claro, ahí estaré.— Dije sonriendo.

Luego de hablar volvimos a juntarnos con el chico y disfrutamos el resto de la noche. Y en un momento que Alek se alejó de nosotros porque sus padres lo llamaron sentí que Christian me habló con una profunda voz.

—Ahora que tenemos la oportunidad. Ven conmigo.— Dijo serio.

—¿Qué pasa?— Dije acompañandolo.

—En unos días iré a tu clase, no te atrevas a usar tus encantos o poderes conmigo, tengo los míos y no temo ensuciar mis manos con sangre rosa.—

Quedé paralizada, ¿cómo este chico que acabo de conocer sabe de mis poderes y mi sangre?

—¿C-C-Cómo lo sabes?— Pregunté aterrada.

—No soy tan idiota como parezco, reconozco a los míos enseguida. ¿Sabes como? Tus ojos, tu rasguño...— Dijo acorralandome en el muro en un lugar sin gente.

—Pero... Solo me podrías reconocer si me vieras usar mis poderes... Mis ojos siempre son tomados como algo extraño nada más...—

—Controlar la mente y el cuerpo humano sirve bastante. Tu te mantienes pasiva, no ocupes tu mierda de poderes en lugares específicos y estudia algo.— Dijo ahora con una sonrisa, no una cálida, sino que una traviesa. —Si los ocupas en lugares con siquiera una persona humana nos arruinarás la vida a todos. Y recuerda, en un tiempo perderás la capacidad de que tus poderes sean automáticos.—

Intenté responder algo pero escuché que pedían que todos los invitados fueran a la sala a ver los regalos de Alek.

Mientras caminaba junto a Christian solo pensé en algo.

¿Quién es este chico y por qué no puedo separarme de él?

Al escuchar su nombre para que pasara adelante a acompañar al cumpleañero para la foto me quedé observandolo.

Su cabello, forma de caminar, su forma corporal, su sonrisa... Todo me hacía sentir extraña...

Como si estuviera acorralada a su lado.

Las cadenas del EspacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora