White lies // Zayn Malik

Capitulo 2.

— No empecemos con eso Malik, o te tendré que llevar al sicólogo para evaluar ese problema de la autoestima que tienes. 

— Emma, no es mi culpa ser así de guapo. 

Y sin decir más se metió en su cuarto de baño. Emma solo puso sus ojos en blanco, recogió la ropa echa un desastre del piso y fue hasta la cocina. Dejo la ropa en la lavadora, y comenzó a preparar el café como cada vez que venía. 

Zayn vivía solo, ya que estaba de intercambio aquí. La 'libertad' de vivir solo, lo hacía salir cada viernes, y sábado, para regresar prácticamente inconsciente, y despertar al otro día con una resaca insufrible, sin darle una explicación a nadie. Bueno, a ella, pero solo a veces. 

Dejo el café hecho y se fue hasta el salón. Tenía sobre la mesa su refresco favorito, una revista Cosmo, un par de magdalenas y una pila de libros gigantes. Al contrario de su mejor amigo, ella se tomaba bastante en serio sus estudios. Y no es que los libros fueran su vida, pero cumplía con sus responsabilidades. Y Zayn era una de ellas. 

— ¿Empezaste sin mí? – dijo al ver todas aquellas hojas desparramadas en el piso.

— Zayn te demoras treinta minutos solo en arreglar tu cabello. Como iba a saber yo que hoy tu vanidad está durmiendo aún. 

— Si no me cayeras bien, y fueras hombre. Patearía tu trasero.

— Que caballero. Se me saltan las lágrimas. Eres el señor Darcy reencarnado. 

— ¿Sr. Darcy?

— Ya sabes, Orgullo y Prejuicio. ¿No lo has leído jamás?

— No creo que lo lea nunca. 

— Deberías, te ayudaría a explotar tu lado sensible y dejar de ser tan bruto. 

— ¿Bruto yo? Lloré con una película!

— Zayn, todo el mundo llora cuando Dobby muere. Tienes que ser una roca para no llorar. 

— Louis no lloro. 

— Es porque no ha leído ni visto ninguna de las películas. 

— Bueno, tú ganas. 

Zayn creyó escuchar un 'como siempre', pero no estuvo seguro. Se sentó en el piso junto al sofá que ella estaba ocupando. ¿Qué sería de su vida sin ella? Emma era su mejor amiga. Y sin ella estaría perdido. Tomo las hojas de los ejercicios y comenzó a resolverlos. Eran de trigonometría, y estaban bastante fáciles. Pero solo por el gusto de ganar una batalla decidió ponerla en apuros. 

— Skryver...

— ¿Mmm? – dijo sin siquiera alzar la vista de su libro. 

— Necesito tu ayuda en este ejercicio. 

— ¿Cuál? – dijo quitándole la hoja. Lo miro durante unos segundos y comenzó a resolverlo. 

— ¿Terminaste? — pregunto Zayn inocentemente, divertido al verla fruncir el ceño.

— Dame una hora y lo termino. 

Zayn sonrió sin que ella se diera cuenta. Se veía completamente adorable. Con las gafas de leer cayendo por su nariz, su pelo completamente desordenado en una coleta y el gran sweater que llevaba la hacía parecer más pequeña de lo que era. 

— Listo – suspiró. Tomé la hoja de sus manos y en cuanto leí supe que había cometido un error.

— Te equivocaste. 

— No, mira – empezó a explicarlo pero no podía más que mirar aquel ceño que ponía cada vez que no tenía la razón o se equivocaba. Sus labios fruncidos sin parar de hablar.