—Vamos a soltar otro temazo con el gordo. — contó Cro.
—¿Si? que bueno, la rompen los dos. — sonreí.
Después de hablar un rato largo con Tomás, Dylan se despertó.
—¿Mami?. — apareció refregandose los ojos.
—Veni, amor. — lo llamé. — El es Tomi. — sonreí.
—Hola enano. — Tomás acarició su mejilla.
—¿Vos sos el novio de mi mamá?. — preguntó directo.
—No, no soy su novio. — rió.
Al principio estaba callado, no acotaba nada hasta que agarró confianza y se puso a jugar a la play con mi "amigo".
—¿Quieren que haga licuado?. — pregunté levantándome de entre medio de los dos.
—Uhh re si. — contestó Tomi.
—Si ma, pero correte que me va a ganar. — reí por eso.
C.R.O
—¿Sos el novio de mi mamá? decime la verdad dale. — el nene me miró serio y yo intenté no reirme.
—No soy el novio de tu mamá. — le dije por cuarta vez.
—Ah bueno, entonces si podemos ser amigos. — sonrió y solté una carcajada por eso.
—Ya está, te gané. — acoté dejando el joystick en la mesa.
—No, sos un tramposo del culo. —soltó.
—¡DYLAN TE ESTOY ESCUCHANDO!. — gritó Zoe de la cocina.
El me miró e hizo una mueca, ambos reímos.
Ya era tarde, me despedí de Dylan y de Zoe y me fui directo para la mansión.
Lit
—Dale hijo, subite al auto de una vez. — lo ayudé a que suba adelante.
—Pa, altas orejas. — dijo mirándome.
—¿Qué decís? son re lindas.— dije tocandomelas.
—No, esas que tenes acá abajo del ojo.—
—Aaaah, son ojeras Dy, no orejas. — reí y arranqué el auto.
—Bueno, es lo mismo. —
Paramos para comprar pollo porque tenia paja de cocinar.
Estacioné el auto, quisé bajarme y mi hijo empezó a señalar a unos pibes que estaban comiendo ahí.
—Mira pa, ahí está el gordo y Tomi. — soltó emocionado.
Estaba Duki con unos chabones, varios.
—¿Quién es Tomi?. — pregunté mirándolo.
—Es amigo de mamá y mío, el que tiene dibujos en la cara. — sonrio.— ¿bajamos?. —
el de barderos, el c.r.o
Asi que amigo de su mamá, mira vos. Ya le presentó otro chabón a nuestro hijo.
—Yo me quedo acá. — dijo acercándose a la mesa de ellos.
—No Dylan, vamos a comprar. — insistí.
—Pa me quedo con el gordo un rato. — rodó los ojos y tuve que aceptar.
Entré a comprar con una bronca, encima Dylan dice que es su amigo, todo mal.
Este sorete va a comprarse a nuestro hijo para poder tener a Zoe.
Compré lo más rápido que pude y salí en busca del nene.
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—¿Y desde cuando lo conoces a ese chico?. — pregunté.
—Desde hoy, después de comer vino un rato. — dijo sin sacar su vista del tele.
—Ah mirá vos, ¿es el novio de mamá?. —
—Uy papá ya te dije ocho vece' que no, no le dió besitos ni la abrazó ni nada. — bufó molesto y solté un suspiro de alivio.
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Zoe
—Hola mi amorcito. — abracé a mi hijo.
—Ma, ¿sabes a quién vi?. — preguntó.
—¿A quién?. —
—Al gordo, a Alejo, también estaba Neo y ¿sabes quién más?. — sonrió.
—¿A quién?. — volví a preguntar.
—Tomi, mamá. — rió, mire a Mauro y estaba con su mejor cara de orto.
—¿Si? que bueno amor. Pasa adentro, yo ya voy. — sonreí.
Dylan saludó a su papá con un abrazo que pareciera que no se van a ver en años, eso me parte un poquito el corazón.
—¿Todo bien? ¿se portó normal?. — pregunté cuando Dylan ya entró.
—Lo bueno es que se portó joya, lo malo es que me secó las neuronas con "su nuevo amigo Tomi". — dijo haciendo comillas.
sabía que iba a sacar ése tema.
—Genial, si se porto bien es un avance. — sonreí. — Mañana no vamos a estar, asi que avisame si lo buscas el viernes. — intenté entrar pero me agarró del brazo.
—Deja de hacerte la gila, Zoe que te sale horrible. — rodó los ojos. — ¿Desde cuando lo conoces al Cerreo? cualquiera. —
—Si, cualquiera que me vengas a hacer planteos estúpidos. No te interesa desde cuando, Mauro. Es un tema mío. — solté con idiferencia.
—Si, también es un tema mío porque ahora está metido en la vida de mi hijo loca, ¿Por qué se lo presentaste? ¿querés que le diga papá también?. — dijo enojado.
—No seas ridículo, lamentablemente el padre sos vos loco y no quiero que a nadie más le diga "papi" con el amor con el que te lo dice a vos, pelotudo. —
—Yo nunca le presenté a Lara, por vos Zoe. — dijo señalandome.
—Y presentasela Mauro, no necesito que hagas nada por mi. Mi hijo siempre va a ser mi hijo y siempre me va a elegir a mi antes que a cualquier loca tuya. — grité.— Vos también deberías pensar lo mismo en vez de decir giladas. —
Entré a y le cerré la puerta en la cara.
Que ganas de matarlo que tengo a veces, pero lo miro y sigo sintiendo que lo amo con toda mi alma, que hijo de yuta.
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hola amiguischau amiguis