Mauro
— Mamá, correte un poco. — dijo mi hijo empujandome de la cama.
Me destapé y lo miré sonriendo, el abrió los ojos sorprendido.
—Hola pa. — saludó mostrandome sus dientitos.
—Hola chancho. — dije y el se subió arriba mio.
—Vengan a desayunar eu. — gritó Zoe del comedor.
Cuando estabamos los tres sentados, Dylan miraba a Zoe y después a mi con cara de pícaro.
—¿Qué?. — dijo Zoe divertida.
—Nada. — habló mordiendose el labio.
—Pibe sos tremendo eh. — reimos los tres.
Estabamos viendo tele, Omar me estaba rompiendo las pelotas como siempre.
—¿Qué queres boludo? Estoy con mi hijo. — dije cuando atendi.
—No, estas con Zoe, no me mientas. —
Éste imbécil se piensa que es mi viejo o que onda?
—Y si Omar, es la madre de mi hijo. ¿Aparte cuál es el problema?.—
—Veni al estudio. — mandó ignorando mi pregunta.
—No, ahora no. Te dije que estoy con mi familia, deja de hincharme los huevos. —
—Mauro.. — fue lo último que dijo por que le corte.
—Anda si tenes que ir Mauro. — soltó Zoe mirándome.
—No, me voy a quedar acá. — dije firme.
Hasta las siete no me pienso mover, a ver con quién se tiene que ver Zoe.
Zoe
Dylan estaba sacándose fotos con el celular de Mauro, los dos nos reiamos por las caritas que hacía.
El timbre sonó y sonreí por inercia.
—Dylan, ¿preparado para la sorpresa?. — Dylan le dio el celular a Mauro, éste nos miraba confundido.
—Si ma, dale. —
Me levanté dejándolos, y fui a abrir la puerta.
Mauro
¿Sorpresa? No entiendo nada.
—¿Sorpresa de qué?. — le pregunté a Dylan.
—No se papi, si lo supiera no sería sorpresa. —
—Es cierto. — susurré.
Zoe estuvo como diez minutos buscando "la sorpresa"
—Mamá ¿por qué tardas tanto?. — preguntó Dylan impaciente.
Unos segundos después entro Zoe al living de nuevo, pero no sola, atrás de ella estaba Londra.
—¡¡PAULO!!. — gritó mi hijo emocionado levantándose para ir a abrazar al rubio.
Miraba a Zoe como sonreía mientras los miraba abrazados.
—Hola Mauro. — dijo el cordobés estirando su mano, que obvio acepté.
—Hola wacho. — hice una media sonrisa.
—¿Pau te vas a quedar?. — preguntó Dylan con brillo en sus ojos.
Sentía un poco de celos, bueno en realidad me estoy muriendo de celos en silencio.
—Si gringo, un par de meses. —
—¿Sabes que no soy gringo, no?. — ambos rieron.
—Ahora no, pero cuando eras bebito si, asi que para mi sos mi gringo. — Dylan negó sonriendo.
Me sentí mal, yo no estuve con el cuando era un bebé y me duele que él si.
—Tengo que grabar dos temas y tengo un par de shows acá, por eso vine. — contó Londra tomando mate.
—Buena Paulito. — dijo Zoe sonriendo.
—¿Y ustedes, todo bien?. — preguntó mirándome.
—Si si, joya. — sonreí.
—Maaaaa, te comiste mi block?. — soltó Dylan enojado entrando al living.
—No mi vida, se lo comió Joaquín. —
—Que culiau. — dijo y al instante abrió los ojos dandose cuenta de lo que dijo.
—¡DYLAN!. — dijimos al mismo tiempo con Zoe.
—Se me escapó. — él y Paulo rieron.
—Veni chancho, yo te traje uno. — confesó Londra aún riendo.
Cordobés choto, hay algo que hagas mal hijo de la yuta?
—No seas así. — susurró Zoe.
—¿Así cómo? No me le voy a hacer el amigo a tu ex, estás loca nena. — dije de la misma forma, ella rodó los ojos.
—Mamá, papá, miren esto. — mostró Dylan su block de 1kilo.
—Ya está hijo, sos la persona más feliz del mundo. — Zoe rió.
—Bueno chicos, yo me voy a ir yendo. — acotó Paulo agarrando sus cosas.
—¿Tenés dónde quedarte? Si no quedate acá, eu. — soltó Zoe.
¿QUÉ? esto tiene que ser una joda, una de muy mal gusto.
—No tranqui, tengo un departamento. — ufff.
—¿Puede ir un rato con vos?. — preguntó Dylan abrazandolo de su pierna derecha.
Paulo miró a Zoe y después a mi.
Ella asintió, yo también lo hice. Por que se nota que Dylan lo extrañó.
—Dale vamos chancho. — Paulo sonrió y le hizo upa a Dylan.
—Chau papá, chau mamá. Los leones con flow se retiran. — solto mi hijo saludando cómo soldado.
Zoe, Paulo y yo reímos.
—¿Por qué no me dijiste que él venía?. — pregunté con cierto enojo.
—Era una sorpresa Mauro. — rodó los ojos.
—Una sorpresa para Dylan, no para mí Zoe. —
—¿Qué problema tenés con él?. — bufó molesta.
—Que mi hijo lo quiere y vos también lo querés, él se merece más estar con ustedes y lo sabes. Me duele y se que es mi culpa y me lo merezco, pero me hubiese gustado que me digas que él iba a venir. — me levanté y fui a la puerta.
—Mauro para, no seas boludo eu. —
—Chau Zoe. — la saludé y me fui.
Hoy claramente no es mi día.
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Estoy actualizando seguido, pidan un deseo.