La mañana estába algo opaca y fría, como de costumbre. Subí la cremallera de mi sudadera y caminé hasta llegar a mi viejo auto.— ¿Milo a dónde vas?— Kardia estaba de pié en el umbral. — Se supone que deberías tener reposo, no andar de machito precoz —
Abrí la portezuela del vehículo diciendo — Se supone que deberías estar en el hospital trabajando y no haciendo de padre— se mantuvo serio, y en silencio hasta que me me aseguré con el cinturón
— Menudo hermano me tengo, después no te quejes — desapareció y encendí mi carro para ir al gimnasio.
Doblé en unas cuantas calles para salir de la urba, cuándo a lo lejos divise a Rígel. Aceleré un poco más y al llegar dónde el estaba ,doblé interponiendome en su camino.
Vi como sus labios murmuraban algo de forma fastidiosa — ¿qué? — gruñó con las manos en sus bolsillos
— Nada. Sube — dije volviendo la mirada hacia otro lado, como si no me importara. — ¡Anda!, no tengo todo el día.
Obedeció mis palabras y subió al auto — Soy tu rival no debería estar aquí— señaló mientras mascaba un chicle.
Reí y lo miré con prepotencia — siempre lo haz sido , y estoy seguro que no sólo en mi auto desearías estár —
Rápida y exageradamente su rostro se giró hacia mí — Oh mierda! Acabas de contaminar con tus tóxicas hormonas, el aire que respiro — abrió la puerta del auto — mejor vete a la mierda.— salió del mismo y azotó la portezuela —Te veo en la jaula, idiota —
— Espero no lastimarte mucho — Le lancé un beso y le guiñe un ojo, antes de que me sacara el dedo y continuara con su carrera de calentamiento previa al entrenamiento.
~💥~
Al día siguiente, en menos de veinte minutos llegué al gimnasio y me preparé para el encuentro.— ¿Cómo te sientes? — preguntó mi coach, ayudándome a vendarme las manos —
— Genial — me limité a contestar
— ¿Y tu pierna? — indagó y levanté la mirada alertado — No me mirés así, sé bien que te ha estado dando problemas — me puse de pie — ¿De verdad estás seguro de lo que vas a hacer?
— Claro que sí — Ya en la arena se escuchaba la voz del narrador. — Estoy muy seguro
— Después de esto no habrá vuelta atrás ¿estás consciente? —
Me volteé hacia él, mientras me cubría con mi túnica — Zaphiri, ya tomé una decisión y no pienso cambiarla ahora.
Se levantó del banquillo de madera, me abrazó y dijo "vamos a darle entonces".
Suspiré y di mis primeros pasos en el pasillo para salir de los camerinos.
— ¡Milo Boldonatto! — todos chiflaban y uno que otro "Te amo" se escuchaba mientras me acercaba a la Arena. Me quité la tela que cubría mi moldeado cuerpo y entre a la jaula, en donde Rígel ya se encontraba.
— Suerte Milo — dijo con soberbia desde su lugar. A lo que sólo asentí sonriente.
Ciertamente, Rigel Overcats era un tipo alto de cuerpo levemente más fino que el mío, pero de igual forma trabajado debido a que éramos luchadores de MMA . Sus cabellos eran de un tono plateados casi tirando a gris, y su piel era pálida y tersa. Su carácter era imponente, y para que decir mentiras, eso me fascinaba, puesto que lo hacia más interesante y más deseable.
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¿ Y si te cuento mi historia de amor?
AcakNext : • Oneshots "Saintseiya"... • Diversos... • Homo... • Hetero... • Lemon... • Habrá capítulos cada vez que se me venga una idea loca a mi mente. Y por último, pero no menos importante... • ¡Espero lo disfruten a mil!