Mi Pequeña Princesa. [ErrorxCore] ☆TLH 1☆

Capítulo 2 - El otro Sans.

— No lo entiendo, ¿para qué necesitas una casa?.

— Escucha, ya que parece importarte muy poco nuestro trato, y MI PRIVASIDAD, construiré una pequeña casa en la que ninguno de tus estúpidos aliados pueda entrar.

— Si no te conociera bien Error... diría que lo haces solo para molestarme.

  Los dos esqueletos estaban discutiendo frente a frente, estaban en la frontera, la franja en el suelo los separaba y los mantenía a cada uno en su lugar.

— Como sea... hey, emh, tu... tu amiga, CoreFrisk... eh... ¿élla como está?.

  Ink miró al Sans glitcheado confundido, ladeando la cabeza sin entender.

— ¿Te importa alguien además de ti?, esa si es una novedad.

— Tsk, ¿sabes qué?, vete al demonio Ink.— Se volteó colocando sus manos en sus bolsillos y caminando hacia el lado contrario, con molestia.

  Ink también se volteo caminando hacia su hogar. Core estaba asomada por la puerta, observando a ambos esqueletos con curisidad.

— Sé en lo que estás pensando.— dijo Ink al llegar a ella, luego apoyó su mano en la cabeza de la menor con una leve sonrisa.

— ¿Me dajarás?— dijo ella con un rostro de cachorro suplicándole.

— No vas a cambiar de opinión, ¿no?, tú y tu determinación en salvarlo... muy bien, s-siempre y cuando... estés segura y sepas como defenderte en una emergencia.— Ink la observó preocupado, nervioso e indesiso.

  Core sonrió abrazándolo, había estado una semana entera suplicándole que le dejara ver y hablar con Error.
  Tan rápido como lo soltó, salió de la casa corriendo. Traía un cambio de ropa que Ink le había creado. Una remera mangas cortas negra y unos short gris oscuro. Anteriormente eran de colores, pero sorprendentemente al colocárselos, se tornaron acromáticos, como ella.

  Corrió hasta encontrarse con la franja, la observó fijamente durante unos segundos. Sonrió inhalando y dió un paso atravesando la, exhsaló.
  Comenzó a caminar por el lugar tarareando bajo, mirando a los lados en busca de Error. Se detuvo de golpe con una sensación extrana en su espalda, pero de alguna forma era agradable.

— Humana. Creí haberte dicho que no aparecieras de nuevo por aquí.— La voz amenazante y aterradora de ese Sans, hizo que la menor se emocionara.

  Ella sonrió levemente volteándose hacia el mayor. — Si... lo sé, sin embargo vine de nuevo.

— Imagino que tienes una razón lógica y no eres una suicida o una idiota.

  Se oyó una risa hacer eco en el lugar, Core nunca lo había oído reir y eso le causaba ternura.

— Vine porque quiero ser tu amiga.

  Error rió de nuevo, pero esa vez burlonamente y comenzó a caminar pasándo de élla. — Muy buen chiste. Ahora regresa por donde viniste.

— N-no era un... chiste. Por... por lo menos no me dejes aquí sola, este lugar es demaciado grande, voy a perderme.— Suplicó la menor, mirándo al esqueleto alejarse.

— Tienes determinación, ¿no? Encuentra el camino.— Suspiró con molestia, desapareciendo luego de ello.

  Core estaba sola, perdida, e intentando hallar el camino de regreso. Pasó, por lo menos, dos horas caminando, con la mirada baja y cansada. Sus piernas estaban adoloridas, estaba sedienta, y caminaba lentamente con los ojos cerrados. En un momento de su recorrido, chocó contra alguien. Sonrío sobando su cabeza.