paloma. || antoine griezmann ✔️

siete.

"tú me das la fuerza que se necesita para no marcharse
tú me das amor, amor "

Los días de Antoine parecían avanzar con el acelerador a fondo. Su estado de animo se había ido transformando y el paso del tiempo se le hacía mas liviano. Si bien él intentaba atribuir su optimismo a cosas mundanas como la mejoría gradual del equipo y sus consecuentes buenos resultados, sabía que había dos cosas fundamentales e imposibles de negar que intervenían en su estado de animo: el mayor tiempo que compartía con Paloma, y por ende, el menor tiempo que pasaba en su casa.

De hecho, aquel jueves se encontraba en la casa de su amante, preparando las cosas para cenar mientras esperaba que Paloma volviese de comprar. Se había ofrecido a acompañarla, pero ambos negaron la propuesta al darse cuenta que alguien podía verlos y empezar todo un teléfono -no tan descompuesto- de chismes -no tan falsos-. El francés caminaba por el pequeño edificio observando las cosas que la muchacha tenía distribuidas a lo largo y ancho del mismo. Lo que mas le llamó la atención era la agenda cuya tapa estaba intervenida con el nombre de la dueña en grandes letras dibujadas.

"Paloma"

¿Qué podía decir de ella que no sonara tan cursi o estúpido? Lo único que le venía a la mente es que ella, simplemente, era perfecta. Y no solo en el sentido físico. Ni tampoco por lo pensaba por ese sentimiento de adrenalina que experimentaba cada vez que la veía. Sino, mas bien, por la confianza que le trasmitía. Antoine sonreía porque después de mucho tiempo, alguien podía verlo a traves de todo el decorado que la industria le había pintado encima.

De lejos escuchó el "click" de la cerradura y dejó la agenda en su lugar. Paloma abrió la puerta y entró a su hogar con bolsas en sus manos.
-Bueno, conseguí carne, así que hoy vamos a comer milanesas- dijo festiva, aunque Antoine no estuviera seguro de qué estaba hablando.

Paloma apoyó la compra en la pequeña mesada de la cocina y prosiguió a colocarse el delantal. El francés se acercó al lugar donde ella estaba parada, le tomó la cara con suavidad para dejarle un pequeño beso en los labios. La muchacha soltó una risita, sorprendida.
-¿Y eso por qué fue?- preguntó, conservando una media sonrisa.
-Eres hermosa- respondió, acomodando un mechón de la cabellera rubia detrás de la oreja de ella.
-Ah, no, ese romanticismo no te lo robo- Intentó descomprimir la situación aunque luego se inclinó para devolverse el beso.

La muchacha puso manos a la obra, mientras Antoine se sentaba cómodamente a comer un paquete de Doritos. Pese al intento fallido de enseñarle al francés como hacer milanesas, tuvo que resignarse a cocinar todo ella, al menos por esa noche. Una vez preparada la cena, se sentaron y comenzaron a comer.

-¿Cuántas probabilidades hay de que te tomes unas vacaciones? - preguntó el francés mientras cortaba la carne.
Paloma rió.
-Anto, empecé hace un mes el trabajo, no hay chance ¿Por que preguntas?- levantó una ceja, intrigada.
-Oh, nada- el tono fingía desinterés - quizás, te gustaría pasar unos días en Francia...con comida y buen fútbol... -observó a Paloma, expectante.
-A ver si entiendo ¿me estás proponiendo viajar con vos? ¿Por el partido de champions?
-Eres una genio- respondió Antoine con una sonrisa. En su cabeza le parecía una excelente idea, sin mencionar el toque justo de ternura que creaba.

Contra toda expectativa, Paloma se puso seria, y en consecuencia, Antoine también.
-Antoine...¿vos pensaste en Erika? - su cara mostraba desaprobación y hasta un poco de enojo.
La cara del francés se transformó, intentó responder pero fue interrumpido.
-Esto está todo muy lindo, pero vos seguís estando con alguien más. ¿Con qué excusa me vas a llevar? ¿Qué pasa si alguien se entera? Nos turnamos para salir del departamento por si alguien nos ve ¿y vos querés que yo vaya a tu país natal? Y Erika, Antoine, Erika ¿vos pensas en ella?-terminó, alterada.

Griezmann tenía la expresión tiesa, claramente el comentario no le había simpatizado para nada.
-¿Y tú sí, Paloma? Porque hasta donde yo sé, se folla de a dos. - exclamó, enojado.
-¡Dios, Griezmann, ella es tu novia, conviven desde hace años! - se paró y se dirigió a la cocina, Antoine la siguió.
-¡¡Pero no la quiero, Paloma, no la amo más!! - gritó, sus brazos estaban abiertos y sus manos se movieron al ritmo de las palabras.

La habitación quedó en silencio total. Era obvio, de todas maneras. Ambos lo sabían, cualquiera que conozca un poco a la pareja se daría cuenta que la química ya no funcionaba. Pero el hecho de gritarlo, de decirlo en voz alta, instalaba inmediatamente la pregunta: ¿por qué seguía con ella si no la quería?

-Palo- comenzó, mucho mas calmo - dejaré a Erika, aún no se cuando, pero lo haré- se acercó a ella para tomarle la mano.
-Antoine, no quiero confundir más las cosas, no se que somos...
-Yo quiero hacerlo - interrumpió el francés. -no quiero estar más con ella.
La abrazó y se quedaron unos minutos así en el medio de la cocina.

Aunque sintió su pecho desinflarse y un pequeño tic de felicidad, Paloma por su parte no podía evitar llenarse de preguntas: ¿se estaba enamorando? ¿solo disfrutaba del buen sexo? ¿o acaso no podían ser ambas?

Esa noche luego de la cena, sin embargo, no durmieron juntos y difícilmente se besaron. Tirados en el sillón, con las piernas entrecruzadas y compartiendo un pote de helado, hablaron de lo que sea que se les apareciese en la mente.
-¿Mc Donalds o Burger King?- preguntó Paloma.
-Burger King. ¿Marvel o DC?-
-Mmm... Marvel. Esta es mucho muy importante, así que pensala bien - avisó. Antoine irguió su espalda y levantó las cejas. -¿Cristiano o Messi?- dijo finalmente.
Antoine colocó la mano en su barbilla y miró para arriba, simulando pensar profundamente.
-Definitivamente... Griezmann- exclamó, señalándose. Paloma revoleó los ojos. -Es dificil...Cristiano es excelente, pero Messi es de otro planeta...

La muchacha volvió a revolear los ojos.
-Dudaste mucho, se te acabó el tiempo. - habló.
-Pues iluminame, señorita piensa rápido.
-Messi, mil veces Lionel.
Antoine puso las manos en su pecho, fingiendo estar herido. -Me lastimas, Coceres.
-Ganaste un mundial, Griezmann, no necesitas mi consuelo.

A la medianoche, Antoine dejó a Paloma durmiendo y volvió a su casa. Cuando entró, una sensación de alivió recorrió su pecho, dejando atrás el enojo cotidiano con el que convivía. Sabia que tenía que hacer lo correcto.

----

Al lunes siguiente, Paloma llegó del trabajo algo decepcionada. Antoine había viajado para cumplir sus obligaciones con la selección y no volvería a España hasta luego de la fecha de Champions.

Sin embargo, en la puerta de su departamento había una caja negra, de doble tapa. Al abrirla, no encontró otra cosa que la camiseta de la selección argentina, firmada nada mas ni nada menos que por el gran Leo Messi.
"Hasta escribió mi nombre" se emocionó al ver el "Para Paloma" autografiado.
No dudó un segundo y subió una historia a su cuenta de Instagram, arrobando a su ídolo.
Abrió el chat de Antoine, le envió la foto del regalo y le escribió.

palomacoceres
vos sos de otro planeta.

antogriezmann
que conste que te regalé la de argentina
porque de la liga vas a usar la siete
del atleti.

palomacoceres
uf, y yo que te iba a pedir
la de angelito correa

antogriezmann
ha enviado un video

En el video se lo veía a él bailando en pleno vestuario con alguna aparición esporádica de Pogba y Mbappé. Paloma rió para si misma y se dejó la sonrisa el resto del día.
Oh, Griezmann, qué mágico que era...

----

Aló! He aquí el nuevo capitulo. Posiblemente no voy a publicar con la misma frecuencia con la que lo venía haciendo porque el estudio ya empezó a comerme el tiempo (y la cabeza), pero les prometo que tampoco voy a colgar con este fanfic (ni con el de Messi, que si no lo leyeron están bienvenidas a hacerlo(?)Así que nada, espero que les guste el cap y me vayan diciendo que les parece la historia (?) Y no se olviden de votar! Canción: "Paisaje" Vicentico