pokecuento - zoroak... el corazon solitario

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Si las cursilería no les gustan váyanse a la mierda.

Por cierto, la historia está inspirada en el siglo 18.

Pokecuento – zoroark.... El corazón solitario.

De nuevo tuvimos que escapar de nuestro hogar, mudarnos a un país cercando, donde todo estuviese mas calmado.

La revolución habia ido mas allá, parecía un país en guerra con él mismo.

La gente por las calles peleaba con sus pokemon, se mataban entre ellos.

Gracias a dios, mi familia era muy rica, poseíamos algunas tierras en países cercanos.

Allí nos dirigíamos en un carruaje tirado por dos rapidash, a la región de johto, yo iba acompañada de mi leafeon.

Mi mejor amigo, lo tengo desde que era niña, mi abuela me lo regaló siendo un eevee, aun recuerdo ese dia que evolucionó en leafeon en el bosque defendiéndome de unos maleantes.

Despues de mas de dos días de viaje por fin llegamos, estaba realmente cansada, nada mas bajar agarré una maleta con mis pertenencias mas queridas, recuerdos de mi abuela ya fallecida, cosas de leafeon y poco mas.

Como siempre teníamos nuestros mayordomos que recogían el equipaje y nos atendían al llegar.

Pero a mi eso a veces llegaba a cansarme, tantas atenciones banales....

Me tiraba días días y días en mi enorme habitación, rodeada de hermosos vestidos, maquillaje...

Para que quería todo eso....

No niego que me gustaba verme con esos vestidos, pero, me sentia muy sola, si no fuese por leafeon caería en depresión.

Estuve ese mes en casa encerrada, solo se me permitía salir por los alrededores, pero yo siempre me escapaba e iba al bosque, allí leafeon y yo jugábamos con los pokemon.

Yo les llevaba comida y estos se ponían alegres.

Por fin convencí a las criadas para que me dejasen salir a la calle.

<voice>

Anyelik, ten cuidado si sales a la calle.

Si te pasara algo, tu padre no sabria como reaccionar.

<voice>

Ya lo se juju, cuidad de que no se entere mi padre, ademas, me acompaña leafeon, que podría pasarme.

Hasta luego.

Estuvimos por la ciudad mirando el mercado, habia un monton de puestos con raros utensilios, otros con verduras de la temporada.

También telas, carne y mas cosas.

Una señora estaba sentada en el suelo con unas ropas viejas y sucias mientras que sus dos hijos la abrazaban.

Rebuscaba en los bolsillos pero solo encontró un centimo, su hijo mas pequeño lloraba quejándose del hambre.

Esa escena me entristecía, yo saqué parte del dinero que llevaba encima y se lo di.

Jamás olvidaré la cara de la mujer al ver tanto dinero, ese dinero no podría ganarlo ni en 5 meses.

Esta me lo agradeció varias veces, pero a mi con una me bastaba, solo con ver la alegría en su rostro.

El mundo realmente estaba desproporcionado, algunos tanto, otros tan poco.

En la plaza principal habia chiquillos echando combates pokemon, también de mi edad, 17.

las historias de anyelik [backup] (corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora