-Quiero que vengas conmigo- la rubia ve esos ojos que después de todos estos años no pudo olvidar. -No quiero que te hagan daño aquí, se que ahora no lo entiendes, pero no podre seguir protegiéndote mas, y si no lo hago te llevaran.
-¿A donde?- pregunta Melissa y aquel hombre nota la inocencia en su pregunta, este acaricia su mejilla. -A un lugar malo, donde hay gente mala, nos separaran, y yo no podré estar ahí para ti, ya no.
Sin previó aviso el hombre se esfuma cual polvo. La ojiazul mira a su alrededor, reconoce el lugar pero no sabe como llegó ahí, ahora es una pequeña niña.
-Nadie te va a querer si eres así- conoce a la perfección esa voz. -Las mujeres estamos aquí para obedecerlos ¿Sabes lo que pasa cuando crecen y no obedecen?- la pequeña niña con coletas niega.
-Las mandan al agujero ¿Quieres ir ahí?- la ojiazul niega asustada rápidamente. -No.
La mujer se inca frente a la pequeña niña.
-La única manera de sobrevivir es obedeciéndolos, que nunca se te olvide, obedece, sin opinar, tu opinión no importa, sin renegar hagas lo que hagas nunca ganarás contra ellos, es mejor si no dices nada, es lo mejor que puedes hacer.
Unos pasos se escuchan en el pasillo, Melissa reconoce ese silbido, intenta correr, pero no importa que tanto se esfuerce, el silbido cada vez es mas fuerte, quiere gritar, pero siente tanto miedo que tan siquiera puede separar sus labios.
La rubia despierta gritando, con la respiración acelerada y sudando. ¿Por qué? ¿Por qué no puede deshacerse de estos recuerdos? ¿Como se supone que deje su pasado atrás cuando este la sigue? ¿Que la vida no le ah dado golpes suficientes?
Melissa escucha una a puerta abrirse y después pasos apresurados. -¿Estás bien?¿Qué paso?- pregunta Dylan, observa a la ojiazul con los ojos rojos, pálida y asustada, desde la puerta, este se acerca, pero la menor retrocede cuanto este intenta tocarla.
-Hey, hey, tranquila- la menor trata de controlar su respiración y el castaño se sienta junto ella.
-¿Mal sueño?- Melissa asiente cabizbaja. -No hay nada de que temer-un pequeño chillido agudo se escucha seguido de un llanto por parte de la ojiazul. Dylan la abraza, despues de unos minutos se separan y la menor lo mira.
-Ya no quiero seguir viviendo- dice Melissa. -No, no ¿De que hablas?
-No tiene caso- la rubia baja la mirada. -Estoy sola- el mayor levanta la barbilla de Melissa para que esta lo vea.
-No estas sola, yo estoy aquí, y yo no me iré a ningún lado, todo va a estar bien ¿Si?- la menor asiente, Dylan le regala una sonrisa y comienza a caminar fuera de la habitación.
-No- susurra Melissa. -¿No que?- la menor no responde.
-¿Quieres que me quede?- la rubia asiente temerosa.
-Bien me quedaré aquí- Dylan se sienta en un pequeño sillón a un lado de la cama de Melissa, hasta que esta se queda profundamente dormida.
Esa fue la primera noche desde que escapo en la que la rubia no tuvo pesadillas.
A Melissa le gustaba ir al pueblo, era algo nuevo para ella, ver a la gente caminando a su alrededor antes la ponía ansiosa, pero ahora esto la calmaba, le gustaba ver a los niños jugar, perseguirse y esconderse uno del otro, le tomó un tiempo entender que esto era lo que los niños que no vivían en Regnault hacían a diario, a ella le hubiera gustado tener una infancia como esa.
-¿Quieres un café?- pregunta el castaño mientras se levantaba de la banca en la cual este y Melissa se encontraban sentados. -¿O prefieres un chocolate caliente?
-Chocolate caliente- responde la ojiazul, Dylan asiente y le extiende su mano a la rubia para ayudarla a levantarse, esta la toma y se pone de pie.
Se dirigieron a un café bastante popular en el pueblo, los dos se encuentran tomando sus bebidas en un silencio relajante.
-Necesitamos hablar- suelta el castaño. -¿De?- pregunta Melissa despreocupada.
-De todo, de cuando te encontré, de tus pesadillas de Tyler- enseguida la rubia deja su vaso en la mesa. -Dijiste que confiabas en mi.
-Confío en ti- afirma la ojiazul. -Pero no quieres decirme nada- responde Dylan.
-No necesitas saberlo- Melissa tan siquiera mira al castaño, no quiere hacerlo. -Si, si lo necesito por que quiero ayudarte y para esto tengo que saber de donde vienes y a que tanto le temes.
-¿Y eso que tiene que ver con Tyler?
-Nada, no tiene nada que ver con ayudarte- Dylan suspira. -Estoy enamorado, enamorado de un chica hermosa, mas allá de lo físico, es tierna, dulce, noble, perfecta- al castaño se le escapa una sonrisa y mira el suelo unos segundos, mientras que la rubio lo observa.
-Pero estoy enamorado de alguien que no se si en realidad conozco, estoy enamorado de alguien que le teme a algo y no quiere decirme a que, de alguien que viene de un lugar en donde se que le hicieron daño, pero no quiere decirme donde, de alguien que quiero proteger, pero no se de que, por eso a veces soy un loco sobre protector, ella me confunde, me besa y después se aleja de mi como si me temiera y que el siguiente día parece estar enamorada de un chico al cual le da la confianza que a mi me costo meses conseguir en semanas y a el lo besa de la forma en la cual no me dejo- la ojiazul no sabe que decir, se siente mal, nunca creyó que fuera necesario tener esta conversación y la verdad no quiere tenerla.
-Bien, pregunta- dice Melissa.
Dylan pensó que iba a ser mucho mas difícil, pero le alegraba que no fuese así. -¿De que o de quién huyes?¿Y por qué?
La rubia tiene miedo de que después de esto el castaño la vea diferente, pero tiene que hacerlo, así que comienza a hablar.
YOU ARE READING
OBEY
RomanceEl no sabe su nombre, no sabe de donde vino, solo la encontró sin pista alguna para saber de donde vino, quiere que le deje de temer. Ella solo quiere escapar, no quiere hablar de su pasado, se le ah enseñado a obedecer ante todo, sabe que la busca...