『✧』Capítulo 21. ¿Verdad o mentira?

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Noelia despertó en un campo verde y lleno de flores de colores pintándolo de una manera pacífica y alegre. La luz del sol transmitía una tranquilidad infinita. La chica se levantó del suelo, con un vestido de color rosado claro sobrio, el cabello suelto sin ningún lazo sujeto en él y sin zapatos. Experimentó aquello que jamás había sentido desde hacía años, la libertad. Comenzó a caminar por aquel lugar maravilloso, sentía el viento mover sus cabellos libremente. Llegó a un árbol lleno de flores de colores con un columpio hecho con enredaderas colgando de una de sus ramas. Dejándose llevar, se sentó en él e intentó moverse, pero extrañamente no tenía fuerza suficiente. El viento hizo aquel trabajo, meciéndola lentamente. Todo era como siempre lo había imaginado, sin ninguna preocupación o quehacer, era algo incómodo, pero en el fondo le gustaba. Cerró sus ojos, sintiendo la brisa tocar su rostro, de repente, un fuerte tirón al columpio la hizo sobresaltarse con el corazón en un puño.

-Es hora de cambiar de juego princesa~

Noelia volvió a abrir sus ojos con los latidos a mil por hora del miedo, todo el cielo se había vuelto negro, las plantas se habían marchitado y el ambiente se había vuelto pesado, casi insoportable para respirar. El culpable de tal acto se puso enfrente de la chica, y con esos penetrantes ojos azules oscuro la miró fijamente, sin decir ni una palabra, esbozando una blanca e inquietante sonrisa. Sin pensárselo un segundo más, la cogió fuertemente del brazo, levantándola del juguete y la acorraló entre él y el frondoso árbol.

-Eres tan linda y perfecta que no me aguanto las ganas de quitarte toda esa inocencia que tanto me provoca~

-¡¿William?! - gritó aterrada al sentir al chico atacar su cuello con besos y lametones, marcándola como suya.

Poco a poco, mientras las primeras lágrimas de terror se resbalaban por sus mejillas, el chico la desabrochaba el vestido con deseo y ternura. Se notaba a leguas que se estaba conteniendo, pero ella sabía que ese control, terminaría pronto. Para ciertas cosas, William no es paciente. A punto estaba finalmente de quitarle aquel sedoso traje de su cuerpo cuando decidió darla un fuerte mordisco en su cuello haciéndola incluso sangre que le pareció ver salpicar frente a ella. Su grito fue tan fuerte y el dolor tan real, que se despertó. Su respiración estaba agitada, un sudor frío recorría su frente y con el miedo aún pasando por su cuerpo. Se sentó en el borde de la cama y tapó su rostro con las manos tratando de despejarse para volver a dormir, pero era imposible. Necesitaba contacto humano, mínimo aunque fuera, no sentirse sola o una víctima fácil. Solo se le pasó por la cabeza la única persona que vivía con ella en aquella casa. Lo pensó durante varios minutos, reflexionando sobre todo lo que podría hacerle si entraba a por él. Finalmente, decidió darle la oportunidad.

-Ahora mismo solo me queda él... - susurró levantándose pisando el frío suelo con sus pies descalzos.

Caminó entre la oscuridad unos breves pasos hasta salir de su cuarto y estar frente la puerta de la habitación contigua, donde dormía su protector. Se armó de valor y entró. Las cortinas volaban levemente por la brisa de la noche con una enorme luna iluminando el cuarto. Frente a ella, la cama, ahora de Fabio, con éste dormido sin camiseta tapándose únicamente con la sábana la cadera por abajo. Dio un ligero paso y en el momento en que su pie volvió a tocar el suelo, Fabio se incorporó un poco, sonriéndola malvadamente.

-Vaya~ Vaya~ No si al final tú te pones el pie solita~ ¿Qué haces en mi habitación a estas horas~?

Su rostro cambió por completo al verla temblorosa y pálida, aterrada por tanta emoción junta.

-Oye... ¿Estás bien? - le preguntó sentándose sobre el colchón.

-Tengo miedo Fabio... Tuve una horrible pesadilla... Cuando esto me pasaba dormía con mi hermana... Necesito que alguien esté a mi lado para volver a conciliar el sueño... ¿Podrías ayudarme...? - le preguntó con las manos entrelazadas en su pecho, suplicándole con la mirada.

🎭⊰【Afnaf】⊱🎭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora