Séptima Temporada OITNB, Karen Romero

Parte 11. "Algunas cosas, nunca terminan bien"

Piper Chapman.

Llegué hasta Queens, lo que alguna vez fue el restaurant de roja, no era ya ni sombra de lo que recuerdo, me acerque hasta la ventana de enfrente, se veía muy sucio, estaba lleno de cajas, ¿Qué diablos había pasado?

- ¿Puedo ayudarte?

- Si, lo siento, sabes si hay alguien dentro.

- No, ¿Es una inspección o algo así?

- Oh lo siento, me presento soy Piper Chapman.

- Dimitri. – dijo en seco.

- ¿Eres hijo de Roja cierto? – afirmo con el rostro. – Quiero ayudarlos, que pongamos en marcha de nuevo el sitio, que vendamos Pirochis. – él comenzó a reír.

- Querrás decir Piroshki. ¿A cambio de que realmente?

- Se lo debo a Roja, es solo un favor.

- Necesitamos vaciar todo y ver donde meteremos la mercancía, antes de iniciar lo que sea.

Comenzamos a vaciar todo, el expediente de roja era cierto, movían droga, heroína o mariguana, no estoy segura de que realmente, pero había cajas y cajas, kilos y kilos dentro, disfrazados entre algunos alimentos, en serio, era demasiada mierda. Mi celular sonó en ese momento.

- Chapman. – dijo Caputo al otro lado del teléfono. – El lunes comienza todo, creo que tenemos suficientes pruebas para iniciar el proceso.

- Es genial Sr. Caputo.

- Acaban de reabrir mínima seguridad. – dijo entusiasmado.

- ¿Podrán mover a Alex?

- Eso no lo sé. Pero lo averiguaremos, espero verte ahí.

Es genial, en mínima seguridad es más fácil ver a Alex, poder tocarla, incluso creo que podríamos tener una segunda luna de miel. Me entusiasma la idea de lograrlo. De sentirla de nuevo.

Estábamos sacando todas las cajas del lugar a la parte trasera para comenzar a rearmar todo, cuando unos tipos altos, de tez clara y calvos se aparecieron. Se veían molestos. Azotaron la puerta a nuestras espaldas y sacaron armas. Justo a tiempo para que Dimitri y yo pudiéramos escondernos sin que ellos notaran nuestra presencia.

De pronto a las espaldas de ellos, me pareció ver afuera a esa chica, hay rostros que nunca se olvidan, era ella, estoy segura, la pelirroja que visitaba a Alex en prisión. ¿Qué hacía ahí?

Ella también me vio estoy segura, se llevo la mano a la frente y negó con la cabeza, después de eso la vi salir disparada del lugar.

Los rusos, salieron flipando, no duraron tanto tiempo, dejaron otras cajas y se dieron a la fuga. Dimitri estaba bañado en sudor, coño, mierda, ¿Qué había sucedido?, si me hubieran cachado, estoy segura de que no hubiera corrido con suerte.

Dimitri me acompaño hasta la prisión, así podría hablar con Roja, yo con Alex y podríamos aclarar algunos puntos. Estaba ansiosa, desesperada, enojada, feliz, etc.

Me senté en esa mugrosa silla, Dimitri estaba a mi lado, esperando a su madre. Ella apareció primero, hizo una cara, que ya esperaba recibir, pero no pudo decir nada. Tenía que disculparse con su hijo, por haberla cagado de nuevo.

Alex apareció, verla me recuerda porque la amo tanto, porque decidí hacerla mi mujer, porque decidí casarme con ella, aún sabiendo que por muchas noches la soledad inundaría mi corazón, y que todas mis emociones se harían presentes. Sus ojos, maravillosos, hermosos y encantadores ojos verdes. Su porte de chica ruda, ese porte que solo encierra a una chica que necesita de mí como yo de ella, porque ambas nos necesitamos, porque se supone que cuando naces, estas completa físicamente, pero siempre falta algo, carajo, ella, ella siempre me falto, y me sigue faltando, pero la diferencia es que ya la encontré, ahora solo tengo que esperar.